24 de abril de 2024
24 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Delitos contra la integridad sexual
Condenaron a diez años de prisión a un hombre que abusó de su nieta
Fue una decisión del Tribunal Oral en lo Criminal Nº16, en línea con lo pedido por el fiscal Fernando Fiszer.

Los jueces Hugo Decaria, Inés Cantisani y Gustavo González Ferrari condenaron a un hombre a diez años de prisión por abusar sexualmente de su nieta durante diez años, la misma pena que había solicitado el fiscal Fernando Fiszer durante su alegato. El Tribunal Oral en lo Criminal Nº16 le ordenó que se abstenga de mantener cualquier tipo de contacto con la víctima y que no se acerque a ella en un radio de 300 metros, hasta el momento en que la sentencia quede firme y se haga efectiva su detención.

Según establecieron los jueces, el hombre de 83 años abusó sexualmente de su nieta desde sus siete hasta sus diecisiete años. Los abusos consistieron en darle besos en la boca y tocarla en sus partes íntimas. Para los magistrados, estas acciones implicaron un “sometimiento gravemente ultrajante, con daño en su salud mental y afección de su desarrollo psico-sexual”.

Los jueces indicaron que tanto el testimonio de la damnificada como de su madre fueron decisivos para comprobar los hechos denunciados y que quedaron corroborados por los informes psiquiátricos y psicológicos que se realizaron en el expediente.

Los hechos ocurrieron en la casa del imputado, en el barrio de Villa Urquiza. Cuando la víctima era una niña, iba a almorzar después del colegio y el hombre aprovechaba que se quedaba dormida en la cocina, la despertaba y la tocaba. Durante la adolescencia, los abusos continuaron hasta que en junio de 2013, la joven intentó suicidarse. Su madre lo impidió y llamó a un psiquiatra, a quién la víctima le confesó lo que ocurría con su abuelo.

Los jueces indicaron que tanto el testimonio de la damnificada como de su madre fueron decisivos para comprobar los hechos denunciados y que quedaron corroborados por los informes psiquiátricos y psicológicos que se realizaron en el expediente. Consideraron que los dichos que efectuó su progenitor, quién optó por no creerle a su hija y sí a su padre, “no resisten el menor análisis y si se quiere, resultan una respuesta absurda ante la evidencia que surge de los restantes elementos de prueba antes enunciados”.

Para el fiscal, la damnificada tenía miedo a contarlo “porque por un lado nadie le iba a creer y por otro provocaría una ruptura familiar”. Tuvo en cuenta también que la situación tan prolongada en el tiempo le trajo severas consecuencias a su desarrollo sexual, además del “temido resultado que era el no crédito de parte de su padre”  y que perdió contacto con su abuela, que era una persona importante para ella.

Los jueces consideraron como agravantes el hecho de que la joven se encontraba bajo el cuidado del ahora condenado y que se aprovechó del estado de vulnerabilidad en que se encontraba y de la confianza de sus padres “para satisfacer su propio deseo”.

Si bien el Tribunal lo condenó a la pena que solicitó Fiszer, consideró que se trataba del delito de “corrupción de menores agravada por el vínculo” y no “abuso sexual cometido en la modalidad de gravemente ultrajante por su duración, agravado por el vínculo”, como había propuesto la fiscalía. La condena aún no está firme porque el acusado presentó un recurso de casación.