18 de abril de 2024
18 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Un incendio dejó al descubierto una red de narcotráfico y prostitución
Paraná: Comenzó el juicio oral contra dos acusados de producir y vender cocaína
La causa se inició en 2011, luego de que explotara una “cocina” de producción de droga en una casa en Concordia. Como consecuencia del hecho, fue herida una mujer, que tras varias semanas de estar internada, murió en el hospital. Uno de los acusados sería la pareja de la fallecida, mientras que el otro sería amigo y socio.

Ayer por la mañana, en el tribunal oral federal de Paraná comenzó un juicio contra dos hombres acusados de producir y comercializar estupefacientes. Se trata de Rafael Salvador Benítez y Carlos Gabriel Olmos, quienes enfrentan la posibilidad de ser penados hasta con quince años de prisión.

En el caso, el Ministerio Público Fiscal está representado por el fiscal general José Ignacio Candioti. En la etapa de instrucción había participado María de los Milagros Squivo, titular de la fiscalía federal de primera instancia de Concepción del Uruguay.

Como lo estipula el Código Procesal Penal de la Nación, la audiencia se inició con la lectura de los requerimientos de elevación a juicio y a continuación, la jueza Noemí Berros (que lleva la voz en el proceso y estaba acompañada por los vocales Lilia Carnero y Roberto López Arango) pasó a identificar a los imputados.

A partir de todo eso, se pudo saber que hace ya casi tres años, en la madrugada del domingo 27 de marzo, explotó una “cocina” de cocaína que se encontraba alojada en un inmueble ubicado en la ciudad de Concordia, Entre Ríos. Como consecuencia de ese hecho, fue herida Elizabeth Tamay, que en ese entonces tenía tan sólo veinte años.

La joven sufrió quemaduras en un ochenta por ciento de su cuerpo y luego de estar varias semanas internada, murió. Sin embargo, el día que llegó al hospital distintas circunstancias llevaron a que se pudiera esclarecer un poco más el hecho y, en especial, el contexto en el que se produjo.

“Vi que se detuvo un utilitario y después de arrancar, apareció una joven envuelta en una sábana roja. Caminaba muy despacio”, dijo el oficial de la policía de Concordia, Rubén Fabián Telliz, ante el pedido del fiscal Candioti para que relatara lo que había visto el día que se encontró con Elizabeth. De acuerdo a su relato, la joven estaba prácticamente desnuda, envuelta en esa sábana roja que, a causa de las quemaduras, se le pegaba al cuerpo. “También tenía el pelo chamuscado. Llamé a un enfermero, la acostaron en una camilla y, antes de desvanecerse, alcanzó a decir que se llamaba Eli, Eli Tamay”, añadió Telliz, que esa noche cumplía guardia en el Hospital Masvernat de la ciudad entrerriana.

Más tarde, el policía comentó que ingresaron dos hombres, uno de los cuales era Benítez. Del otro, nunca se acordó. Sin embargo, uno de los enfermeros lo reconocería como Carlos “Chancho” Olmos, el otro imputado. En la etapa de instrucción, Telliz había manifestado que el imputado quería saber cómo estaba Tamay. Telliz le preguntó el nombre y Benítez se dio a conocer como “Alejandro Quiroz”, seudónimo que, a partir de otras declaraciones testimoniales que sucedieron en la audiencia, utilizaría en varias oportunidades, con el claro fin de ocultar su verdadera identidad. Al retirarse, Telliz comentó que “no le cerraba” la visita de Benítez y se lo comentó al enfermero. Fue quien lo alertó de que se trataba de Benítez y Olmos, “los que manejan la droga y la prostitución”.

El oficial entonces salió rápidamente para tratar de alcanzarlos, pero sólo pudo llegar a reconocer el auto en el que se retiraban, un Renault Clio gris, y anotar la patente.

Dio aviso al servicio de emergencias de la policía provincial y a partir de ahí, se ordenó la detención del vehículo y sus ocupantes. Esto se logró poco rato después. En ese momento, se encontraba sólo Benítez dentro del auto. Sin embargo, estaba estacionado a metros de la casa de Olmos. Por pedido del fiscal de la provincia, el juez de garantías ordenó que se allanara el vehículo de Benítez, su domicilio y el de Olmos y la casa que había estallado.

El testimonio de los padres de “Eli”

Elda Mariela Pérez, la madre de Elizabeth, fue la primera de la familia que se enteró del accidente y también la primera en atestiguar. Señaló que ni bien supo del incendio, tomó un remis desde la localidad de Chajarí, donde aún vive junto a su familia, en el que estaba acompañada por su marido, Horacio Tamay, quien a su turno agregaría que en ese auto también viajaban las dos hermanas más chicas de Eli.

Antes de subirse a ese auto, Pérez dijo que había conocido a Benítez en diciembre de 2010. Hacía varios meses que su hija se había ido del hogar (“en agosto”), hasta que un día la contactó desde Concordia y le dijo que estaba de novia y trabajaba como niñera. Entonces llegaría diciembre: antes de las fiestas, fueron a una quinta que alquilaba el imputado, que se presentó como la pareja de Elizabeth. Luego lo vería otras veces: en un complejo de cabañas, al que había asistido con sus otras hijas, o en la puerta de su casa, cada vez que el hombre iba a buscar a la víctima de la explosión. También dijo que una semana antes del hecho, Elizabeth y Benítez le habían pedido a ella y a su madre que salieran como garantes de la casa que iban a alquilar. La abuela de Eli y madre de Elba, Rosa Baldesari, confirmó esto, aunque aclaró que “ella iba a ir el lunes [dos días después de la explosión] a Concordia, pero antes de firmar algo, iba a leer de qué se trataba”.

Cuestiones similares relató Horacio Tamay, aunque señaló que prácticamente no había tenido trato con Benítez. Sin embargo, él y su esposa coincidieron en que la madrugada en la que iban en el remis hacia el hospital, Benítez los llamó por teléfono para interceptarlos antes de que llegaran. Como no sospechaban de nada, accedieron al requerimiento. A pocas cuadras, abandonaron el remis y se subieron al Clio gris que manejaba el acusado. Les dijo que él no podía ingresar a ver a Elizabeth por no ser familiar, que no lo mencionaran cuando hablaran con la policía y que los acompañara hasta el lugar del accidente para que luego pudieran “atestiguar” que simplemente había explotado todo por un escape de gas. También les dio una suma de dinero, alrededor de 16 mil pesos, que, dijeron ambos padres, utilizaron luego para el sepelio de su hija y otros gastos que demandó la internación. Ahora, en el juicio, Benítez reclama que esta suma le sea devuelta.

Con el transcurso de los días, el matrimonio Tamay se enteró de todo lo que había sucedido con su hija, quién era Benítez, y a qué se dedicaban. Hechos y datos que fueron aclarados por los distintos oficiales de la policía que intervinieron en los allanamientos y prestaron su testimonio en la audiencia.

Cocaína y marihuana

Los oficiales Ariel Oyuela y Alcides Arce junto al ex policía antinarcóticos Jorge Faust aportaron sus versiones sobre lo que habían presenciado en cada uno de los allanamientos en los que participaron. Los tres coincidieron que el día de la detención de Benítez, el hombre llevaba consigo “varios miles de pesos” y poco más de siete mil dólares. Faust, quien participó de las pericias toxicológicas en el inmueble de Laprida y Las Heras que había estallado, dijo que el polvo blanco que se había encontrado en distintos sectores de la casa y principalmente en la cocina se trataba de cocaína. También relató que anteriormente, cuando se encuentra por primera vez con Benítez en el auto, el perro que emplearon para rastrear si existía droga en el interior “se había puesto nervioso tanto al olfatear la parte delantera como el baúl. En especial en el baúl”. Si bien esa vez no hallaron nada, de todas maneras comentó que debido al entrenamiento al que someten a los perros desde que nacen, “ese comportamiento sólo lo tienen cuando están ante la presencia de rastros de cocaína, que pueden ser rastros ‘muertos’”.

Finalmente, en el allanamiento de la casa de Olmos se encontraron con algo que llamó poderosamente la atención de Faust y Arce, el otro agente antinarcóticos que participó de los operativos: Debajo del colchón en el que dormía el otro imputado había una copia del expediente de la investigación que se había formado hasta ese momento, con las declaraciones que habían ofrecido los oficiales y, resaltado con marcador, el día en el que concurrirían ante el juzgado para declarar.

Del requerimiento de elevación a juicio, ya se sabía que "la mayor cantidad de las sustancias incautadas" se trataba de "sulfato y clorhidrato de cocaína; habiéndose hallado una cantidad menor de marihuana (2,8 gramos)". Y que, de acuerdo a lo que había sostenido la fiscal Squivo, "está establecido que todos los elementos secuestrados en el inmueble de calle Laprida y Las Heras presentaban vestigios de clorhidrato de cocaína, siendo que incluso los restos levantados de la vereda se corresponden con dicho tóxico".

En diálogo con Fiscales, Candioti se manifestó satisfecho con la jornada de hoy, ya que todos los testimonios habían aportado datos que presumen certeros y concordes con las otras pruebas que se desarrollaron a lo largo de la investigación.

Lo que sigue

En la audiencia de hoy, Benítez prestará declaración indagatoria y luego se espera el testimonio de otros testigos, entre diez y quince, según alcance el tiempo. Asimismo, a pedido de la defensa y con la convalidación de la fiscalía, Olmos no presenciará los debates que siguen debido a que sufre una afectación cardíaca. Recién regresara para la etapa de alegatos, que está pautada para el próximo 25 de marzo. Antes, se espera que concluya toda la etapa de ofrecimiento de prueba, en la que declararán alrededor de cuarenta testigos.