El hito más importante fue el comienzo del juicio. Luego, haber escuchado a todas las víctimas fue algo muy intenso por todo lo que transmitieron.

Por otro lado, los relatos de los motorman dieron una imagen mucho más precisa sobre las condiciones en las que circulaban y el estado de las formaciones. Los maquinistas debían afrontar cambios de modalidad de los servicios, de normal a rápido por la cantidad de gente que viajaba en las horas pico, por las cancelaciones; como era el sistema de asignación de los trenes a los conductores en el depósito. También, los inconvenientes mecánicos que los conductores reportaban; de qué forma eran asistidos por los operarios, o cómo lo resolvían directamente ellos.

Por otro lado, fue relevante que detallaran las distintas maniobras que realizaban en la estación Once en horario pico, durante el ingreso al andén donde sucedió la tragedia.

El relato de los operarios también fue significativo: detallaron tanto antes como durante de la concesión, las condiciones en las que se encontraban, por ejemplo, las herramientas de trabajo. Uno de los testigos manifestó que solamente tenían como herramientas un destornillador, una pinza y unas cintas o pedazos de cintas. Lo que no se hacía con cinta, lo ataban con alambre. Durante las audiencias, los operarios de los talleres de Castelar describieron con mucho detalle el estado de los coches.

Además, escuchamos a los profesionales y empleados que atendieron a Córdoba luego del 22 de febrero de 2012. Había distintas hipótesis. Los testigos pudieron contarnos en qué condiciones se encontraba Córdoba luego de la tragedia los signos clínicos y los informes médicos que fueron variados incluido el de si había ingerido alcohol.

A medida que avanza el juicio, empiezan a clarificarse los roles que desempeñaban cada uno de los imputados, algunos van confirmando la hipótesis del requerimiento. En las audiencias va surgiendo información más detallada y concisa. Es lo que genera la oralidad y la inmediatez en esta etapa del proceso.

La Fiscalía lo que está haciendo es verificar o no las responsabilidades de quienes habrían tenido un rol penalmente relevante en la tragedia. Uno de los hechos que llamaron  la atención escuchando a los testigos y repasando las declaraciones testimoniales, es haber encontrado una diferencia de aproximadamente una hora en blanco, entre Galarce y Andrada, los motorman que condujeron el “chapa 16” antes de que ocurriera la tragedia. Que de por sí, podría ser un error de cálculo, pero compulsando las documentaciones, esto es, el sumario realizado por la propia empresa TBA en dos informes provenientes de la ex concesionaria,  habría dos personas, (figuran dos nombres de motorman), que podrían haber manejado el “chapa 16”, si no fue, por las declaraciones de los testigos, un supervisor.

Esta diferencia de tiempo nos obliga a solicitar como nueva prueba la declaración de estos dos conductores que habrían conducido el “chapa 16” la madrugada del 22 de febrero del año 2012.

Esto surgió como consecuencia de una escucha de radio grupal donde mencionaban que el “chapa 16” tenía una zapata agarrada. Andrada en su declaración testimonial en primera instancia, no dijo nada sobre esto. Galarce tampoco, ni siquiera se reconoció como la voz que hizo esta manifestación. Esta frase fue dicha entre el horario de Galarce y Andrada, con lo cual, son demasiados indicios que nos dejan dudas, y ante esas dudas esta Fiscalía va a ir al fondo de la cuestión.

De por sí, todos los juicios son importantes y uno asume esa responsabilidad. En este hecho en particular, murieron 52 personas y hubo 700 heridos aproximadamente y hay 29 imputados.

Entre quienes están sentados como imputados, tenemos a ex funcionarios, empresarios, empleados, profesionales. Con un nivel de complejidad en los hechos que se ventilan que hace de este juicio uno de singulares características pocas veces visto.

Otra cuestión importante  es el nivel de tecnicismo que tiene el funcionamiento de las formaciones Toshiba. Eso hace que todavía sea mucho más complejo este proceso.