Lohana fue una activista por el reconocimiento y respeto de las personas trans. Durante sus años de militancia fundó la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual (ALITT), cuyo reclamo para el reconocimiento como asociación civil llegó a la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

En el camino de lucha contra la discriminación que sufren las personas travestis y trans para incorporarse al mercado de trabajo, creó la primera Cooperativa de Trabajo, llamada “Nadia Echazú”.

En 2010, lideró la creación del Frente Nacional por la Ley de Identidad de Género, tras lo cual se logró la sanción de la Ley Nacional de Identidad de Género N° 26.743, que reconoce el derecho de todas las personas a la identidad autopercibida, el derecho a la salud integral de las personas trans y su despatologización. Esta norma es ejemplo y vanguardia a nivel mundial en la temática.

Fue asesora y legisladora de la CABA y se encontraba a cargo de la Oficina de Identidad de Género y Orientación Sexual del Observatorio de Género del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires.

En una de sus últimas apariciones públicas participó del encuentro que la Procuradora General tuvo con las organizaciones de género y diversidad sexual, el pasado 22 de diciembre, manifestando “un agradecimiento especial no sólo porque empezamos a experimentar lo que es vivir en un estado de derecho, sobre todo en la justicia, donde históricamente fuimos ninguneadas, no reconocidas, sino también a que hoy muchas compañeras trabajan dentro de la justicia. Si esto no es paradoja de la vida, realmente qué sería”.