Con diez abogados, un gremialista y un periodista como testigos ofrecidos por las defensas, se realizaron esta semana dos nuevas audiencias del juicio por los crímenes cometidos por la banda de ultraderecha Concentración Nacional Universitaria (CNU), en el que se juzga la conformación de una asociación ilícita y ocho homicidios. Antes de las declaraciones, se dio a conocer el fallecimiento de uno de los imputados, Marcelo Arenaza.

Victorio Assali estudió derecho entre 1970 y 1976. A preguntas del propio imputado Gustavo Modesto Demarchi, le dijo: “Usted no pertenecía a la CNU. Jamás lo he visto en nada de eso”. Y lo ubicó en la vereda “del costado” de la agrupación, “no en la de enfrente”.

El testigo relató este martes que acudió al velatorio de Ernesto Piantoni, el líder de la CNU asesinado el 20 de marzo de 1975 y velado en Casa Sampietro. Se quedó hasta cerca de la medianoche y momentos antes de retirarse, cuando estaba sobre la calle Hipólito Yrigoyen porque el tránsito había sido cortado por un vallado, vio llegar “dos o tres autos, dos Torino y un Falcon”, de los que bajaron muchas personas, a las cuales no conocía. No llegó a ver armas.

Consultado por las muertes que se produjeron en la madrugada siguiente, Assali sostuvo que había “distintas versiones” sobre lo sucedido. “Que fue gente que vino de afuera con colaboración de acá, obviamente; que intervinieron distintos grupos; que civiles y amigos del Dr. Piantoni habrían querido tomar su desquite por su muerte; también se decía que habían intervenido servicios”, precisó.

Más adelante, en una extensa declaración, fue consultado por lo que conocía o lo que se decía entonces sobre el secuestro y asesinato de María del Carmen Maggi. “En aquella época se había puesto de moda poner bombas, y eran blanco la gente de CNU”, dijo en primera instancia. Enseguida recordó una que ocasionó daños en el local de la agrupación de ultraderecha y otra en la casa de Granel, uno de los imputados. “La gente de la CNU era víctima de atentados con bombas, ese era el contexto”, sostuvo. "¿Cómo vincula esto con el homicidio de quien era secretaria general de la Universidad Católica?", le preguntaron. “Se decía en los corrillos políticos que la respuesta fue la muerte de Coca Maggi, (de hecho) después no se pusieron más bombas”, expresó.

A su turno, Héctor Intrieri, dijo ser “compañero de Demarchi” y se reconoció como militante del Comando de Organización (CDO). Si bien primero dijo no haber trabajado en la Universidad, recordó haber tenido un contrato “durante unos meses” en el área de seguridad. ¿Qué hacía? “Controlaba la Facultad de Ingeniería, se cuidaba la entrada, que no hubiera desorden”, sostuvo en primera instancia. Ante las preguntas de uno de los jueces dijo que “vigilaba que se hiciera bien la limpieza”, estaban en la puerta de entrada, “a algunos” le pedían libreta para dejarlo entrar.

Dijo que también desarrollaban esa tarea “otros compañeros del CDO”, y que lo había contratado Demarchi, quien entonces era secretario académico de la Universidad Provincial, bajo la gestión de Josué Catuogno.

Antonio Daguzán, por su parte, se reconoció en los 70 como perteneciente “a un núcleo ortodoxo del peronismo”. “Montoneros estaba enfrente nuestro, ellos decían estar en el peronismo, para nosotros no”, opinó. Desestimó que Demarchi militara en CNU, y al referirse a los cinco crímenes cometidos horas después de la muerte de Piantoni, sostuvo: “Los corrillos se lo adjudicaban a CNU”.

El gremialista UTA Dalmacio Calderón fue preguntado por Demarchi: “¿Yo integraba CNU?”. “No, absolutamente, nunca”, respondió. Y consultado por los cinco crímenes de la madrugada del 21 de marzo de 1975, expresó: “Sé que sucedieron algunas cosas así, pero no lo tengo presente”.

El periodista Oscar Gastiarena, quien fue director de los diarios La Capital y de El Atlántico, no brindó detalles sobre los hechos que en este juicio se investigan. Sobre el espacio de militancia de Demarchi dijo desconocerlo, y mencionó que “le atribuían que militaba en CNU”. Y contó un breve pero intenso diálogo que mantuvo con el abogado imputado cuando se candidateó para intendente en 1983. “Le dije que se hubiera postulado a diputado para pasar más inadvertido. Te van a hacer pedazos con esto de esta organización (por CNU)”, contó el periodista. “Medio que se molestó, me dijo que no tenía nada que ver, y que no había ninguna prueba que muestre que participó de la agrupación”, añadió luego.

La mayoría de los testigos del lunes habló del Sindicato de Abogados Peronistas que, entre otros, integraban los imputados Demarchi, Coronel y Granel, y de las elecciones internas del PJ en 1973. También dejaron “buenos conceptos” sobre varios de los acusados.

Eduardo Hooft, quien fue defensor de Marcelo Arenaza y Héctor Corres en la causa por el asesinato de la estudiante de arquitectura Silvia Filler en 1971, dijo que en los cafés de Tribunales “se decía que Demarchi era ajeno a (CNU) por ateo y anticlerical”.

Eduardo Bonoris, quien dijo tener una amistad con Demarchi, al referirse a los crímenes de Pacho Elizagaray, su tío y primos, Videla y el médico Bernardo Goldemberg, mencionó: “Se decía que era una venganza”.

Dijo que concurría “de vez en cuando a tomar café” con Demarchi a la Fiscalía Federal, pero que no recordaba a los empleados, y sólo refirió a “uno muy bajito”. Consultado sobre si sabe si los homicidios que se están juzgando, fueron investigados en su momento, expresó: “No sabría decir”. Y sobre qué autoridades judiciales intervinieron, fue breve al responder: “(Pasó) mucho tiempo”.

Alberto Moriondo, al referirse a la CNU dijo que “decía actuar dentro del peronismo, que estaba volcado a la derecha y que no era un grupo muy numeroso”. Respecto de un posible vínculo de Demarchi con la agrupación, señaló: “Desde joven era amigo entrañable de Piantoni, pero estoy seguro que no participaba de la organización”.

Respecto de los cinco homicidios cometidos en la madrugada posterior a la muerte del líder de la CNU, expresó: “Algunos decían que era una reacción porque habían matado a Piantoni, otros no, era un comentario, en un momento de gran violencia en Mar del Plata y el país”.

Demarchi le preguntó al abogado Horacio Garaguso por los “actos vandálicos” producidos tras la muerte de Piantoni, en referencia a los cinco homicidios. ¿A quiénes se atribuyeron? “No me gusta referirme por corrillos”, respondió el testigo. Y repreguntado luego dijo que se decía que actuó “una pandilla de ex militares y gente de CNU”.

Respecto de Roberto Coronel dijo que se trababa de una “excelente persona”. “No podía creer cuando me dijeron que participaba de CNU”, añadió, lo que valió una repregunta. ¿Por qué la extrañez por su vinculación con CNU? Dijo que en la agrupación en la que militaba no usaban armas, y que le constaba que –al menos- un CNU estaba armado, en referencia a Héctor Corres. En medio de una asamblea –que debió concluir abruptamente- lo escuchó decir: “Cuando termina el diálogo de las palabras empieza el diálogo de las balas”.

Jorge Gauna, consultado por la autoría de los crímenes de la noche denominada “5x1”, dijo que los comentarios no hacían referencia a ninguna organización, sino a “gente de afuera”. También negó la pertenencia de Demarchi a CNU, aunque expresó que en 1975 –año en que se cometieron los crímenes juzgados- conocía solamente a Roberto Coronel. Carlos Archimio dijo conocer a CNU solo por dichos y expresó que nunca escuchó decir a Demarchi que militara en CNU. César Chávez dijo que tampoco le constaba que el imputado haya integrado la CNU, aunque aclaró que llegó a Mar del Plata recién en 1978.