23 de abril de 2024
23 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Una investigación de la fiscalía federal
Cómo desbarataron la banda que producía y vendía droga a gran escala en Rosario
La pesquisa, a cargo del fiscal Juan Murray, había comenzado en marzo, con la intervención de equipos interdisciplinarios de la Procunar. Durante la investigación se priorizó llegar a los estamentos más altos en la cadena de tráfico. El procedimiento, bautizado como "Operativo Flipper", estuvo protagonizado por policías federales sin vínculos en la zona.

El trabajo en forma coordinada con equipos interdisciplinarios de la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar), una investigación que priorizó siempre la persecución de los estamentos más altos en la cadena de tráfico, la reserva absoluta y la ejecución de tareas por parte de una fuerza federal sin vinculación con el territorio fueron los pilares en los que se asentó el éxito de la Operación Flipper, en la que la Fiscalía Federal de Rosario logró desbaratar y detener a un grupo de personas dedicados a la producción y comercialización de estupefacientes a gran escala.

Así lo informó a Fiscales el fiscal Juan Murray, quien dirigió la pesquisa que llevaron a cabo efectivos de la División Operaciones Federales de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina.

El fiscal destacó "el trabajo multidisciplinario, eficazmente coordinado por los fiscales y estratégicamente dirigido a los más altos eslabones de la cadena de comercialización narco-criminal" y remarcó que se trató de "una investigación realizada íntegramente por la Fiscalía y ejecutada por fuerzas de la Policía Federal Argentina".

Tras catorce allanamientos coordinados, la investigación culminó el jueves pasado con el hallazgo de una cocina de droga en una casa ubicada en Las Achiras 2825 del barrio Country Club de Funes, una localidad situada a 18 kilómetros del centro de Rosario.

En esa zona se realizaron diez procedimientos, otros tres se hicieron en la provincia de Buenos Aires y el restante en la Ciudad Autónoma.

"Los Monos, los Cantero, etcétera, son bandas de abajo, están por debajo de todo esto", explicó el titular de la Procunar, Félix Crous, para dar cuenta de la magnitud del hallazgo. Crous estuvo presente el jueves junto a Murray en el Operativo Flipper, así denominado por la investigación que culminó en el chalet de "Delfín" Zacarías, donde funcionaba la cocina. "No tiene antecedentes la logística secuestrada, no sólo en términos de la cocina sino también por el nivel de los integrantes de la banda que fueron detenidos", remarcó Crous.

En ese sentido, Murray precisó que en las tareas investigativas "se logró descubrir la fuente de abastecimiento de precursores químicos" de Zacarías y "una vez que se determinó el lugar y la fecha donde sería procesada la pasta base para convertirla en clorhidrato de cocaína" la fiscalía pidió al Juzgado Federal "catorce órdenes de allanamiento para ser realizadas en forma simultánea y doce órdenes de detención". "Es para destacar el trabajo de la SEDRONAR, que pudo establecer contacto con otras investigaciones a partir de la falsificación de las etiquetas de los precursores", ponderó Crous.

El fiscal rosarino indicó que en los procedimientos se logró "la incautación de aproximadamente 300 kilos de pasta base y clorhidrato de cocaína ya procesado, alrededor de 1300 litros de precursores químicos, dinero en efectivo y divisas extranjeras, alrededor de media docena de automotores y el descubrimiento de un sofisticado laboratorio de producción de clorhidrato de cocaína, el cual contaba con una secadora importada de grandes dimensiones, como también una envasadora de vacío presumiblemente para embalar panes de cocíana destinados a la exportación" (ver fotos).

Murray destacó que para la investigación diagramó junto a la Procunar una estrategia de persecución criminal "en base a información de campo, obtenida por entrevistas realizadas por profesionales especializados" y puntualizó que "se privilegió poder llegar a los estamentos más altos dentro de la cadena de tráfico de estupefacientes por sobre la posibilidad de realizar procedimientos inmediatos en lugares de expendio al menudeo de dichas sustancias".

El fiscal de la causa también remarcó que "se actuó en todo momento en la más absoluta reserva" y que se confió la ejecución de las tareas investigativas a efectivos de fuerzas federales sin vinculación con el territorio, aunque esa delegación "se hizo de forma supervisada y confrontando de manera permanente" la información suministrada por la Policía "con la que la propia fiscalía iba acumulando en base al trabajo de los equipos multidisciplinarios de la Procunar".

A este esquema de trabajo se adicionó un despliegue importante de recursos técnicos para procesar datos al mismo tiempo en que se producían, "lo que hizo poder aprovechar de inmediato cualquier información de relevancia", indicó Murray, al tiempo que ponderó que "se dispuso en todo momento de personal suficiente tanto en la órbita del Ministerio Fiscal como de la fuerza policial, para que en el momento que fuera necesario se pudieran implementar los operativos sin tener en cuenta días ni horas en que estos debían concretarse".

El fiscal rosarino puso de resalto la coordinación establecida con el Juzgado Federal "de manera permanente" para que "este pudiera analizar las peticiones del Ministerio Fiscal de manera inmediata", aún cuando se realizaran "en día y hora inhábil, para resolver sobre la procedencia o no de tales requerimientos".

Cronología de una pesquisa

La investigación que terminó con la detención de Zacarías comenzó en marzo pasado, gracias a "un dato que lo vincula como proveedor de un par de lugares de expendió al menudeo de sustancias estupefacientes en el norte de la ciudad de Rosario". El dato, puntualizó Murray, surgió "a partir de hechos de violencia y amenazas sufridos por algunos vecinos".

La vinculación de Zacarías con aquel lugar de comercialización "se logró determinar luego de la detección de un automóvil perteneciente a una remisería del imputado cuya titularidad había pertenecido a quien operaba al frente del mismo, el que habría sido entregado como pago de sustancias estupefacientes". Los investigadores individualizaron el coche "en las inmediaciones de uno de los lugares de venta, descargando hacia el interior del mismo bolsas de nylon que contenían presumiblemente en su interior sustancias estupefacientes". A ese indicio se le sumaron otros que "permitieron vincular a Zacarías con la red de comercialización y a ubicarlo como proveedor mayorista de la misma".

Murray explicó que se buscó que el operativo fuera "exitoso en lo material, es decir que se logre desarticular la red narcocriminal, como exitoso en lo formal, que se logren condenas a partir de la prueba que se colecte en los procedimientos".

En ese estado de la investigación, la fiscalía además contaba con indicios suficientes sobre el aumento injustificado de los bienes de Zacarías y de su entorno famiiar, pero "se decidió dejar en suspenso la investigación patrimonial para no interferir con la investigación sobre narcotráfico, pues una alerta dada por un pedido de informes en el marco de una investigación patrimonial puede generar que el investigado repliegue su actividad ilegal frustrando así la investigación principal".

La investigación siguió su curso y gracias a la información recogida con avanzados medios tecnológicos e innovadoras técnicas de recolección de datos se llegó a establecer que Zacarias "no era solamente un mayorista de sustancias estupefaciente, sino un productor de las mismas".

Así, explicó el fiscal, "se logró descubrir la fuente de abastecimiento de precursores químicos que el mismo poseía, y una vez que se determinó el lugar y la fecha donde sería procesada la pasta base para convertirla en clorhidrato de cocaína" se requirieron al juzgado las catorce órdenes de allanamiento y las doce órdenes de detención.