29 de marzo de 2024
29 de marzo de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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El hecho ocurrió el 9 de noviembre
Pidieron enjuiciar al policía de la Metropolitana que baleó a Lucas Cabello
La fiscal del Distrito de La Boca, Susana Calleja, y el titular de la Procuvin, Miguel Palazzani, solicitaron que Ricardo Luis Gabriel Ayala sea juzgado por el delito de homicidio agravado por ser miembro de una fuerza de seguridad, en grado de tentativa. El agente le disparó tres veces a la víctima aduciendo que fue amenazado con un arma de fuego, lo que fue negado por todos los testigos.

Los titulares de la Fiscalía de Distrito del Barrio de La Boca y de la Procuraduría de Violencia Institucional, Susana Calleja y Miguel Palazzani, respectivamente, solicitaron hoy la elevación a juicio oral de la causa en la que el agente de la Policía Metropolitana Ricardo Luis Gabriel Ayala está acusado por el intento de homicidio de Lucas Cabello, en un episodio que tuvo lugar en la tarde del 9 de noviembre pasado, cuando el joven volvía a su casa luego de comprar el almuerzo para su familia. Además, los representantes del MPF destacaron la celeridad de la investigación.

Calleja y Palazzani consideraron completa la etapa de instrucción de la causa y acreditada “tanto la materialidad del hecho como la responsabilidad criminal” de Ayala, quien se encuentra detenido en el Complejo Penitenciario Federal N°2 de Marcos Paz.

A partir de los elementos de prueba reunidos en la investigación, los fiscales le atribuyen al imputado “haber intentado matar” a Cabello en la puerta de su domicilio, ubicado en Martín Rodríguez al 500 de la Capital Federal, el 9 de noviembre cerca de las 15:45. “En tal ocasión y abusando de la función que cumplía en el servicio de custodia dispuesto” en favor de una familia que vive en un domicilio lindero, “el imputado disparó en tres ocasiones con su arma reglamentaria, la pistola Pietro Beretta Storm, calibre 9mm, N PX-0626H contra el cuerpo del joven Cabello”.

En su presentación ante el juez Osvaldo Rappa, Calleja y Palazzani recordaron que las heridas recibidas por la víctima a causa de los proyectiles “pusieron en riesgo su vida y le han provocado severísimas lesiones”; entre ellas, un daño en el testículo derecho que determinó su extirpación quirúrgica y una fractura con estallido de las vértebras cervicales, “que posiblemente le deje secuelas neurológicas irreversibles, ya que en la actualidad presenta parálisis de sus cuatro miembros (paraplejia) y se encuentra traqueostomizado y gastrostomizado”.

A pesar de la gravedad de las secuelas que padece y de que aún se encuentra internado, Lucas Cabello pudo brindar su testimonio el 15 de marzo: “Contó que el día del suceso salió de su casa a comprar comida y vio que en la puerta lindera estaba el policía, que lo miró desafiante de arriba a abajo. Fue hasta la panadería de la esquina, compró un par de sándwiches y, al regresar, el mismo policía volvió a mirarlo, por lo que él le preguntó por qué lo hacía. Ante su respuesta de que se metiera adentro, se inició un breve intercambio de palabras y él se dio media vuelta para entrar a su casa”, señalaron los fiscales. “Al ingresar al pasillo -continuaron-, Lucas escuchó un paso fuerte y al darse vuelta nuevamente, vio que el policía le apuntaba a la cabeza con su arma reglamentaria, por lo que atinó a correrse un poquito para atrás y ahí sintió el primer disparo, que le rozó la pera y le entró por el cuello. Recordó que en ese momento empezaron a zumbarle los oídos, cayó al piso y recibió los otros dos disparos; sin embargo, ya no podía moverse, y escuchaba los gritos de Camila [su esposa], quien se había acercado al advertir la primera detonación, diciéndole que no se muriera, mientras lo sostenía del cuello”.

Su relato se complementa con el de los vecinos que vieron lo ocurrido y se acercaron a ayudar. Ninguno vio que Cabello tuviera consigo o le apuntara con un arma de fuego, como adujera el agente de la Metropolitana en su descargo. La pareja del joven narró que habiendo recibido el primer impacto, Lucas cayó herido y, aunque “su hija de dos años salió y empezó a llorar y gritar, el policía volvió a disparar”, primero en la ingle y después en la pierna.

Calificación legal

“No existen dudas de que la conducta desplegada por el oficial Ricardo Ayala debe ser calificada como homicidio agravado por el abuso de la función de miembro integrante de una fuerza policial, en grado de tentativa, delito por el cual deberá responder como autor penalmente responsable”, precisaron Calleja y Palazzani.