El Tribunal Oral en lo Criminal N°16, presidido por María Cristina Bértola e integrado por Gustavo González Ferrari e Inés Cantisani, condenó a un hombre a la pena de 10 años de prisión por abusar sexualmente de su hija de ocho años. En su alegato, Fernando Fiszer, interinamente a cargo de la Fiscalía General N°16 ante los TOC, solicitó una pena de 11 años de prisión para el abogado, quien abusó en reiteradas oportunidades de su pequeña hija. El primer hecho ocurrió a fines de diciembre de 2012, durante un crucero a Brasil y se reiteró en distintas oportunidades en el departamento del barrio porteño de Palermo, donde vivió el 12 de abril de 2013, cuando la pequeña, que entonces tenía 9 años, le contó a su madre lo que sucedía. El representante de Ministerio Público solicitó la extracción de testimonios y la intervención de la justicia contravencional de la Ciudad de Buenos Aires dado que el acusado también incumplía con el pago de la cuota alimentaria.

La madre de la pequeña nunca sospechó de lo que ocurría hasta que un día su hija le dijo que “sí la obligaba a ir con su padre se tiraría de una ventana”. Cuando la madre cuestionó a su hija porque no quería ver al padre, esta le respondió “papá me toca”.

Ante esto, la madre de la niña consultó con su psicóloga y con una psicopedagoga que asistía a la pequeña por sus problemas en la escuela, quienes le aconsejaron que hiciera la denuncia, aunque no pudo concretarla hasta gestionar un nuevo DNI dado que el padre de la chica se había quedado con el documento.

Durante una sesión de terapia, la nena se puso de espaldas y recordó uno de los episodios de abuso. El relato llamó aún más la atención de la madre porque coincidía con pedido que el hombre le había hecho en la intimidad.

En una de las audiencias, la mujer recordó “que la relación padre-hija parecía amorosa", agregó que siempre consideró "un buen padre" al hombre, aunque calificó a su ex pareja como una persona “bastante obsesiva".

Condena

Los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal N°16 condenaron "a la pena de diez años de prisión, accesorias legales y costas, por ser autor penalmente responsable del delito de abuso sexual gravemente ultrajante agravado por haber sido cometido por un ascendiente" desde el 26 de diciembre de 2012 al 12 de abril de 2013, cuando la niña se lo reveló a la madre.

El fallo sostiene que “los hechos se desarrollaron de forma al menos quincenal, salvo en los viajes que realizaban juntos, en los cuales los abusos se desarrollaron con mayor frecuencia, dado que ambos se encontraban solos”.