Los jueces Daniel Llanos, María Cecilia Maiza y Marcelo Alvero absolvieron hoy a Mauro Martín (ex jefe de la hinchada de Boca Juniors), a Gustavo Petrinelli (cuñado de Martín) y a Maximiliano Mazzaro, quienes estaban acusados de un homicidio ocurrido en agosto de 2011. El fiscal de juicio Jorge López Lecube había solicitado esta medida al considerar que existía “un margen de duda que los excede de la responsabilidad”.

El Tribunal Oral en lo Criminal N° 24 ordenó la “inmediata liberación” de los imputados, que debía concretarse esta tarde. Todos estaban detenidos: Petrinelli y Martín desde enero de 2013, cuando se ordenó el allanamiento de la casa del primero y Mazzaro desde junio de ese año, luego de estar prófugo durante varios meses. Estaban acusados por el delito de “homicidio agravado por el concurso de dos o más personas”

El 29 de agosto de 2011, pasadas las 23:30, Petrinelli discutía en la esquina de Pieres y Caaguazú, en Liniers, con su vecino Cirino porque el perro había ensuciado la vereda de su casa. Según los testigos, luego de diez minutos de discusión, el integrante de la hinchada de Boca realizó una llamada a su cuñado para que se dirigiera hacia allí. Minutos después, en un Volkswagen Bora, llegaron Martín, Mazzaro y el único prófugo que tiene la causa, Daniel Webhe.

“¿Me hiciste venir para esta boludez?”, habría dicho Martín al llegar. Luego, se subió al auto con Mazzaro y se alejó del lugar. Quedaron, entonces, Petrinelli y Wehbe. Esté ultimo sería quién, por razones que no pudieron establecerse, le habría pegado una trompada a Cirno lo que generó que cayera y golpeara su cabeza contra la vereda. La víctima falleció dos días después, en el Policlínico Bancario.

El alegato

López Lecube realizó, a lo largo de casi dos horas de exposición, un análisis de las pruebas presentadas en el juicio y las declaraciones de los testimonios ante los jueces. Dio por acreditado que ese 29 de agosto hubo una discusión entre vecinos y que, “quizás equivocadamente, ya que tenía otras posibilidades”, Petrinelli llamó a su cuñado.

Indicó que no pudo demostrarse que la convocatoria era para resolver el conflicto “de manera violenta”. Al contrario de lo que se había sostenido durante la instrucción, para el fiscal y los jueces no pudo probarse que a Cirino le hayan dado “una golpiza” a la víctima. “En esta causa no se está analizando eventos relacionados con el fútbol o con Boca Juniors sino que se intenta esclarecer un homicidio”, expresó el representante del Ministerio Público.

También, mencionó el testimonio de los vecinos, quienes escucharon una discusión pero que se refirieron vagamente a la presencia de Martín y siempre en base a trascendidos. Se refirió a que la detención y el allanamiento de la casa de Petrinelli se realizó más de un año después de los hechos y que, hasta el momento de la indagatoria de los acusados, “la prueba era endeble”.

“¿Webhe pegó por qué quiso? ¿Por qué lo mandaron? ¿O para quedar bien con Martín?”, se preguntó el representante del MPF. “No hay ningún elemento que sostenga la imputación; existe un margen de duda que los excede de responsabilidad”, expresó.

Para los jueces, los argumentos de la fiscalía estuvieron “fundados con creces”. “El fiscal cubre con crecer el análisis absolutorio”, sostuvieron, aunque no hicieron lugar al pedido de falso testimonio a uno de los testigos de la causa.

Por haber ayudado a Mazzaro mientras se encontraba prófugo, estuvieron acusados el ex arquero del plantel profesional de Boca Pablo Migliore; el integrante de la hinchada Maximiliano Levy; Claudia Cecilia Pacheco; la pareja de Mazzaro, Mariana Alejandra Reinoso, y Agustín Eduardo Rey. Todos fueron beneficiados con una “probation”, es decir, la suspensión del juicio a cambio de realizar tareas comunitarias.

Por otra parte, en una causa anexada, Lopez Lecube requirió la pena efectiva de seis meses de prisión a Martín por “desobediencia”. El 4 de diciembre de 2011, el ex jefe de la barra brava concurrió a las inmediaciones de la cancha de Boca para festejar la obtención del campeonato, cuando tenía una restricción de ingresar o acercarse a 500 metros del estadio durante la realización de eventos deportivos.