El 20 de agosto pasado, a las tres de la madrugada, el secretario de la fiscalía federal de primera instancia Nº 2 de Lomas de Zamora recibió un llamado telefónico del abogado del Complejo Penitenciario Federal N° 1 de Ezeiza. Allí le comunicaba que, pasadas las doce de la noche, constataron que faltaban trece internos del penal. Lo que luego se comprobó fue que la fuga se había realizado desde la celda N° 22 ocupada por uno de los internos, mediante un boquete en el piso y un túnel hacia el exterior. El túnel medía aproximadamente veintidos centímetros por cuarenta y cuatro centímetros de diámetro, y alrededor de ochenta centímetros de profundidad. El largo era de más de un metro.

Dos de los trece prófugos fueron atrapados en el mismo momento en que el funcionario le comunicaba a la fiscalía lo ocurrido. Los otros once internos aún permanecen prófugos.

A partir de estos hechos, el fiscal de Lomas de Zamora, Adrián García Lois, solicitó una serie de medidas tendientes a esclarecer lo sucedido e indagar las posibles complicidades de agentes del Servicio Penitenciario Federal y otras personas allegadas a los prófugos. Además, pidió al juez federal de Lomas de Zamora, Carlos Ferreiro Pella, que ordene la captura internacional de los 11 hombres.

En su escrito, García Lois indicó que, luego de visitar el lugar y ver el túnel por el que se habían fugado, pudo “inferir de que la evasión aludida no pudo haber sido efectuada sin la colaboración de personal” del Servicio Penitenciario Federal.

El fiscal también señaló la responsabilidad penal por evasión culposa de varios funcionarios del servicio penitenciario, “sin cuya negligencia la fuga […] no hubiera podido producirse”.

Además de librar la orden de captura internacional de los prófugos, García Lois también solicitó ante el juez que se tome declaración indagatoria a los dos internos recapturados la noche de la fuga.