El titular de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), Abel Córdoba, y la fiscal nacional en lo Criminal Cristina Caamaño participaron del Tercer Encuentro por una Seguridad Democrática y Popular, realizado el viernes pasado en el Congreso de la Nación. La jornada se dio en el marco del Día Nacional de la lucha contra la Violencia Institucional, en la que también participaron familiares de víctimas, funcionarios de los tres poderes del Estado, y representantes de organizaciones políticas, sociales y de Derechos Humanos.

Córdoba formó parte del panel “Acceso a la tierra, acceso a la vivienda, acceso a la justicia”, junto al diputado nacional Jorge Rivas y el coordinador del área de tierras del CELS, Eduardo Resse, entre otros. Para el titular de Procuvin, el fenómeno de violencia institucional nunca afecta un solo derecho ya que “nunca existe un hecho de este tipo si no hay otros derechos que han sido previamente vulnerados y negados”. En ese sentido, el fiscal destacó que la crisis habitacional es la misma en todos los centros urbanos donde “cada una de las personas tiene que disputar en absoluta desventaja aquello a lo que tiene derecho y tolerar que su derecho valga menos que un interés económico o inmobiliario”.

Por su parte, Caamaño integró la mesa en la que se trató el abordaje que los medios de comunicación hacen de estas temáticas y se presentó una guía para el tratamiento responsable de la violencia institucional. Según la fiscal, “los medios estigmatizan, y sólo pueden colaborar si informan con precisión”. Para la representante del Ministerio Público, es vital que en estos casos los periodistas “no se aferren a las versiones oficiales de las fuerzas de seguridad que actúan en supuestos enfrentamientos, sino que hablen también con los testigos, los jueces y fiscales que intervienen en las investigaciones”.

Córdoba puso énfasis en el control externo que debe ejercerse sobre las fuerzas de seguridad. Para el titular de Procuvin, esto es necesario ya que “las fuerzas policiales han estado siempre en cada una de las represiones a las políticas contestatarias de este país” y agregó que “no hay periodo de la historia donde eso no haya pasado, por lo que es imprescindible controlar de manera constante para no tener que luego desarrollar procesos donde el acceso a la justicia sea algo lejano, en el mejor de los casos”. A su vez, Caamaño resaltó cuáles deben ser los límites de la prensa al tratar temas de complejidad: “El periodismo que no acompaña es el que distorsiona, el que opina porque tiene que llenar un espacio y se ve obligado a inventar. Lo que interesa es cuál es la intención  de la noticia: o informar realmente o apuntar al escándalo”.