Desde el mediodía del martes, la oficina de atención móvil de ATAJO se ubicó en la plaza de Correa y Rómulo Naón, corazón del Barrio Mitre, donde recibió denuncias realizadas por vecinos y vecinas de ese barrio, contra la actuación de la Policía Metropolitana en un procedimiento ocurrido el día anterior. El lunes 21, alrededor de las 15:00, efectivos de esa fuerza de seguridad dependiente del Gobierno porteño reprimieron con balas de goma a unos 50 jóvenes que pretendían linchar al supuesto violador de una niña.

El hecho se produjo luego de que un grupo de vecinos se dirigiera a la casa de una mujer del barrio, que pidió ayuda para detener a un hombre que unos minutos antes habría violado a su hija de 10 años, dentro de su casa.

Según relataron los vecinos, los oficiales de la Metropolitana los tirotearon, dejando un saldo de 10 lesionados, todos con heridas de balas de goma, en algún caso con hasta 22 perdigones en un mismo cuerpo.

La Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción Nº 15, a cargo de Mariana García, interviene en las actuaciones iniciada por “resistencia a la autoridad”. Para impedir que el supuesto violador sea linchado, los oficiales metropolitanos iniciaron un tiroteo contra los jóvenes que mostraban su indignación. La represión alcanzó por igual a los vecinos que intentaban calmar a los más exaltados.

Si bien la Gendarmería, que tiene una garita en una esquina del perímetro del barrio, logró llevarse detenido al sospechoso, los oficiales de Metropolitana se apersonaron en el lugar y comenzaron a disparar a los vecinos, con el objeto de dispersarlos, lo cual desencadenó una lluvia de piedras por parte de los más jóvenes, y la posterior represión por las calles interiores del barrio.

Varios testigos señalaron que entre los heridos se encontraba al menos un gendarme, que fue alcanzado por una posta de goma mientras intentaba rescatar a un adolescente que se había agachado detrás de un auto en el momento más intenso del tiroteo.

“Comenzaron a disparar sin motivo alguno. Recibí 22 disparos en todo el cuerpo, a una distancia de aproximadamente un metro. Fui ayudado por la gendarmería que me sacó del lugar y me acercó a una ambulancia del SAME. Los gendarmes trataron de parar a la Metropolitana, pero igual le dispararon a cualquiera que pasaba”, declaró un hombre de 43 años.  Otro vecino denunció que oficiales de la Metropolitana ingresaron a su domicilio sin su consentimiento ni orden judicial, y desde allí tirotearon a los jóvenes que protestaban en la vereda.

En tanto, una mujer declaró los daños registrados en su vivienda, contigua a la casa donde se habría producido la violación. La casa de una sola planta, además de las marcas de los perdigones en su pared exterior, registra roturas en un toldo ubicado en el patio. En su declaración amplió que los oficiales de la Policía Metropolitana disparaban desde el techo de su casa a los jóvenes que, desde afuera, respondían con piedras.

El ATAJO móvil continuó durante todo el día miércoles recibiendo testimonios de los vecinos, para remitirlos luego a la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN).