Desde el mes de julio, el equipo ATAJO del barrio Carlos Mugica (ex villa 31), viene realizando en el Club Cancha 9, del sector YPF de esa villa de Retiro, sendos talleres para promocionar derechos, brindar información sobre problemáticas recurrentes en los barrios y reflexionar colectivamente sobre ellas, a fin de elaborar estrategias comunes para superarlas.

Las jornadas surgieron tras la inquietud planteada por el delegado de la manzana 22, Víctor Castillo, quien además es integrante de las cooperativas de limpieza y de construcción El Salvador.

Durante el mes de julio, ATAJO organizó el primer taller de violencia de género destinado a hombres, en el que más de 40 varones integrantes de ambas cooperativas discutieron acerca la construcción del rol de la mujer, la influencia de los medios de comunicación, los estereotipos sociales y las diferentes formas de ejercer maltrato.

En los dos encuentros que duró el taller, resultó determinante la participación de Rocío Fortes y Josefina Durán, del área de Políticas de Género del MPF. En la coordinación de ambas jornadas se alternaron la operadora territorial de ATAJO, Lourdes Patzi Roque; Anahí Scioli, del equipo de trabajadores sociales de la Dirección general de Acceso a la Justicia, y Laura Duarte, del área de Formación y Promoción de derechos de esa Dirección.

En los encuentros posteriores el eje fue la violencia institucional, e incluyó la participación de las trabajadoras de la cooperativa. Los talleres sobre esta problemática estuvieron a cargo de Gerardo Fernández, de la Procuraduría de Violencia Institucional del MPF (Procuvin) y Katia Troncoso coordinadora del equipo jurídico de ATAJO; también participaron Carolina Maniowicz, responsable del ATAJO de la villa 31, y la operadora territorial Victoria Compagnoni.

Abusos policiales

Los asistentes se mostraron sumamente disconformes con la actuación de la Policía Federal, cuyos oficiales “se creen con un poder que no tienen porque aunque tengan un uniforme son personas igual que nosotros”, según expresó una joven. Otra vecina histórica de la villa agregó que “los policías van por los pasillos con las armas, empujan a los chicos o pisan a los animales, se manejan así”.

A su turno, los operadores de ATAJO hicieron un repaso de las herramientas institucionales disponibles para enfrentar los eventuales abusos, y expusieron los principales lineamientos que deben seguirse para el ejercicio eficaz del control democrático de las fuerzas de seguridad: identificar a los efectivos, comprobar si actúan, como deben, en trinomios; verificar si entre ellos se encuentra personal femenino; controlar la presencia de personal policial en las garitas en todos los horarios, entre otras indicaciones.

También se hizo hincapié en la importancia de realizar las denuncias correspondientes toda vez que se verifiquen abusos o apremios ilegales, tanto en el Ministerio de Seguridad de la Nación, como así también en el ATAJO o directamente ante la PROCUVIN, dependientes del MPF.

Además, los vecinos refirieron la existencia de allanamientos presuntamente ilegales, y los ingresos de personal policial a las viviendas, sin ninguna orden judicial habilitante. “Estás en el pasillo de tu casa y quieren entrar, te ponen contra la pared y te dicen que te pares bien y te patean”.

Antes de finalizar el taller, fue proyectado el cortometraje “El Método”, producido por la Comisión Provincial de la Memoria, que registra el rol de las fuerzas de seguridad en diversos momentos de la historia argentina y cómo alguna de las prácticas represivas empleadas durante el terrorismo de Estado continuaron en democracia. “Ellos siguen metiendo miedo, salís a caminar y los policías te dicen que no pases por tal lugar porque están los pibes, pero los pibes paran ahí porque viven ahí, te quieren asustar”.

Violencia obstétrica

Algunas vecinas expusieron también situaciones de violencia hospitalaria. Mediante la técnica de psicodrama, los cooperativistas denunciaron un caso de violencia obstétrica a través de la representación dramática de un parto, en el que “quisimos mostrar el maltrato, la desidia y la angustia por la que pasamos muchas de nosotras en un momento que pensábamos iba a ser el más especial de nuestras vidas”, según comentó una joven, quien fue madre hace dos años.

Otra confió que en el Hospital Rivadavia, al que asiste la mayor parte de la población del barrio, existen casos de discriminación hacia los migrantes. “Si no sos argentina, te mandan de un lado al otro, te maltratan, te dejan horas esperando o te escriben mal la receta”, relató. Sobre el particular, Katia Troncoso señaló que si bien la violencia obstétrica no constituye un delito específico, como lo son los apremios ilegales, la mala praxis o el abandono de persona, las mujeres tienen derecho a tener un parto respetado y que es necesario dar cuenta de estas violencias y realizar las denuncias correspondientes.

La culminación de taller consistió en la entrega de un material gráfico, con información sobre los derechos que tienen las personas en caso de ser detenidas por un delito, o demoradas por averiguación de antecedentes. En los próximos días, el equipo ATAJO entregará a los cooperativistas los correspondientes certificados de asistencia.