En la tarde del viernes 22 de mayo, Katia Troncoso, coordinadora del área de Violencia Policial, junto a Lucas Logioco y Julián Corti, colaboradores de esa área dependiente de la Procuraduría de Violencia Institucional (PROCUVIN), dictaron un taller sobre esa problemática a jóvenes que cursan el tercer año del Colegio “Domingo F. Sarmiento”, ubicado en el barrio de la Recoleta.

La actividad, en la que participaron treinta estudiantes, giró alrededor de las obligaciones que tienen las fuerzas de seguridad al momento de detener a niños, niñas y adolescentes, y los derechos que les asisten a los jóvenes ante un acto de detención.

El taller forma parte de la serie de encuentros sobre distintas problemáticas (trata de personas, violencia de género, derechos electorales y sistema penal juvenil), que organiza el Programa de Acceso Comunitario a la Justicia del MPF en esa escuela, sita en la calle Libertad al 1200, y para los que son convocados alternativamente expertos de las Procuradurías especiales. La población escolar del colegio Sarmiento se compone en un 60 % por adolescentes que viven en la villa 31, del contiguo barrio de Retiro.

El disparador para el debate en grupos fue la proyección del corto “El método”, realizado por el Consejo Provincial de la Memoria. El film, de 12 minutos de duración, ilustra sobre el rol que “el miedo” cumple en la manipulación y el control social que el sistema de exclusión realiza a través de las fuerzas de seguridad. En el corto podía verse la diferencia entre los barrios con esquinas, donde se divierten y pasan sus horas de ocio los jóvenes pobres, y los barrios sin esquinas, los countries, amurallados, con cabinas de vigilancia y alambres, donde viven los sectores más pudientes de la sociedad.  Así, el film concluyó que la tortura, la estigmatización y el abuso institucional configuran “el método” (de ahí el nombre del corto) que permite perpetuar las condiciones que generan concentración de riqueza y exclusión social.

Tras la reflexión colectiva, los especialistas de Procuvin insistieron sobre  la necesidad de que los jóvenes estén informados sobre los derechos que tienen ante las fuerzas de seguridad, y la importancia de denunciar apremios y maltratos policiales en el ATAJO más cercano, para evitarlos a futuro.

Antes de finalizar el taller, fue repartido entre los adolescentes un material instructivo sobre cómo actuar en caso de una “Doble A” (detención por averiguación de antecedentes), una de las formas más frecuentes de hostilidad policial hacia grupos sociales vulnerables.