Se sabe: la villa está en el margen de la ciudad. La atención de los problemas urgentes que agreden la condición sanitaria de su población queda siempre para el final. Uno de los problemas más acuciantes es, sin dudas, la acumulación de basura, común a todas las villas de Buenos Aires. Los residuos se juntan en una esquina, y alcanzan hasta la siguiente. Según denuncian los vecinos, los camiones recolectores pasan en forma deficiente: no tienen horario para sus recorridas, y los fines de semana directamente no pasan. Los pobladores deben acostumbrarse a convivir con los olores, la suciedad y los roedores que generan los desperdicios no recolectados.
Desde octubre de 2014 rige en la Ciudad un contrato para el servicio de higiene urbana. El pliego adjudicado contempla la necesidad de proveer un servicio de calidad para las zonas vulnerables. Entre otras cosas, recolección dos veces por día y 6 veces por semana, cestos papeleros en las aceras e higienización de contenedores. Pero no se cumple.
Hasta el año 2006, en el sector de Cristo Obrero de la Villa 31 bis, no existían cloacas, desagotes pluviales, red de agua potable ni vías pavimentadas. No es, desde luego, la única villa donde esto sucede, pero el caso bien sirve para graficar las demás situaciones. Los camiones encargados de vaciar los pozos ciegos no prestaban servicios en la zona, con lo cual las calles se inundaban constantemente y los residuos cloacales ascendían a la superficie. La mayoría de los pozos, además, presentaba fisuras y las aberturas se encontraban rotas y al aire libre. Para paliar la situación, los vecinos construyeron redes informales de cloacas y pluviales que se descargaban en los pasillos de la villa.
En esa villa existe un proyecto colectivo que se llama “El medio ambiente en la Villa 31”, que fue proyectado hace algún tiempo y comenzó estas semanas su primera etapa de trabajo. Sus promotores buscan “impulsar una acción colectiva a efectos de exigir la implementación de una política pública destinada a la recolección de residuos en el barrio, que garantice el acceso al derecho a vivir en un ambiente sano”.
Por tal motivo, el equipo ATAJO inició la recorrida por las diferentes manzanas de la villa, con el propósito de confeccionar un diagnóstico certero del problema dando cuenta de las zonas más afectadas por la acumulación de basura, y de las cooperativas de reciclaje. Algunas de ellas, si bien están asignadas, aún no vieron formalizados sus planes de ejecución.
En los recorridos fue realizado un registro fotográfico de los lugares donde se juntan los desperdicios y escombros, y fueron entrevistados los referentes de las instituciones intermedias y los líderes barriales. Para eso, el equipo elaboró un instrumento de relevamiento para saber de qué modo afecta a ellos la problemática y cuáles son sus propuestas para la búsqueda de una solución.
En las entrevistas realizadas, todos los vecinos y delegados manifestaron su preocupación e indignación por la problemática, ya que refieren que es un tema histórico que nunca termina de resolverse. También observaron que, además de las responsabilidades institucionales y políticas, faltan concientización y cuidado por parte de los vecinos para con su propio barrio.
Debido a la complejidad del problema, que es crónico y casi intrínseco a la condición de vida en las villas porteñas, el área jurídica del Programa ATAJO elaboró un modelo de acta y de oficio para enviar al Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño, en caso de recibir demandas por parte de los vecinos o ante situaciones de manifiesta irregularidad.
Intervención jurídica
La intervención jurídica planteada por ATAJO consiste en una solicitud de información pública a las autoridades del Gobierno porteño en la materia. El escrito insta a que las autoridades estatales identifiquen “el ente o empresa que se encuentra a cargo de la recolección de residuos y del servicio de barrido y limpieza en las villas 1-11-14, 21-24, 20, 31 y 31 bis de esta Ciudad”, y también “se especifique si se trabaja junto con cooperativas del barrio y en su caso, se indique con cuáles de ellas”.
El texto considera esencial conocer “en qué sectores de las villas especificadas se desarrolla el sistema de recolección de residuos. Se especifiquen barrios y manzanas incluidas en el sistema”, como así también “el modo y los medios utilizados para la prestación del servicio” en relación a “la periodicidad de la recolección; la cantidad de contenedores por manzana para la contención de los residuos domésticos y disposición de los mencionados contenedores en los distintos barrios especificados; la limpieza, desobstrucción y desinfección de las calles interiores; la desratización y fumigación; y el Control de plagas en caso de que fuera necesario”.
Asimismo, el escrito busca dejar sentado “qué tareas y actividades fueron y son realizadas en las villas mencionadas para el cumplimiento de la Ley 1854 de ‘Basura Cero’ respecto de la gestión de los residuos sólidos urbanos”.