23 de octubre de 2024
23 de octubre de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Curso de la DATIP
Capacitación sobre balística aplicada a la investigación penal
El ciclo se enfoca en la balística como disciplina científica y sus funciones en el marco de investigaciones penales, y en los procedimientos que deben observarse durante un peritaje.

Organizado por la Dirección General de Capacitación y Escuela del MPF, la licenciada en criminalística Silvia Bufalini inició días atrás el curso “Balística aplicada a la investigación penal”, orientado a magistrados, funcionarios y empleados del MPF. La docente es consultora de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP).

Durante los tres encuentros previstos, Bufalini introducirá los conceptos básicos de esta disciplina científica y sus funciones en el marco de una investigación penal. También, se enfocará en los procedimientos que se deben observar durante un peritaje y los conocimientos relacionados con el armamento.

La primera reunión sirvió para dar un marco teórico: se explicó que la balística forma parte de la criminalística y es la ciencia que estudia integralmente las armas de fuego, el alcance y dirección de los proyectiles que disparan y los efectos que producen.

“La balística forense es la que se aplica a la resolución de problemas judiciales y se clasifica en tres tipos, interior, exterior y de efectos”, definió la docente.

“La primera es la que se ocupa del estudio de la totalidad de los fenómenos que se producen en el arma, su estructura, mecanismos, funcionamiento, carga y disparo de la misma, en tanto, la exterior, corresponde a la trayectoria del proyectil, desde el momento en que abandona la boca del cañón del arma hasta su arribo al blanco. Este recorrido es la que a posteriori se verá representado en los peritajes”, explicó.

La balística de efectos analiza los daños producidos por el proyectil en el blanco alcanzado, maderas, vidrios, metales, hormigón, accidentes balísticos, y en el cuerpo humano, las características del orificio de entrada causado y de la zona inmediata que lo rodea.

“Estos elementos aportan los datos que a futuro servirán para establecer distancia, ángulos, dirección, y trayectoria de los disparos”, aclaró Bufalini.

La mayoría de las armas de fuego poseen en su ánima (hueco del cañon) un microrrayado único y diferente que las individualiza, siguió,  “ y el paso de un proyectil por el interior de la misma traerá consigo la impresión de los elementos que componen este microrrayado (campos y estrías) producto de las fuerzas de rozamiento o fricción ocasionadas por este desplazamiento, lo que permitirá, a través de la experticia de comparación balística, identificar e individualizar el arma de fuego que haya sido disparada en un hecho delictivo”.

Por último, señaló que “lo mismo ocurre con la vaina o casquillo percutido, en el cual quedan impresas marcas y/o huellas ocasionadas por la aguja percutora, la pieza de eyección y la pieza de extracción, entre otras, con lo cual se logra también identificar e individualizar el arma de fuego que haya sido empleada en la comisión de un hecho punible”.