18 de abril de 2024
18 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Intervienen los fiscales Fernando Fizser y Sandro Abraldes
Ángeles Rawson: la querella pidió prisión perpetua para Jorge Mangeri

El abogado Pablo Lanusse, quien representa a los padres de Ángeles Rawson, le solicitó al Tribunal Oral en lo Criminal N°9 que condene al encargado de Ravignani 2360 por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal agravado por haber causado un grave daño en la salud de la víctima, en grado de tentativa en concurso real de homicidio agravado criminis causa para ocultar un delito precedente y para procurar su impunidad, en concurso ideal con el delito de femicidio”.

Ante los jueces Fernando Ramírez, Ana Dieta de Herrero y Jorge Gettas, Lanusse realizó su alegato, que se extendió durante más de siete horas. Lo dividió en varias partes: en la primera, hizo una reconstrucción de lo sucedido desde la desaparición de Ángeles hasta la detención de Mangeri. La segunda parte versó sobre cuestiones médicas y forenses y luego de un último cuarto intermedio, detalló el porqué de su acusación a Mangeri.

Al finalizar, el Tribunal anunció que la Fiscalía alegará el miércoles 24 de junio desde las 9.

La querella solicitó, además, que se extraigan testimonios (es decir, que se les inicie una causa) al encargado y amigo de Mangeri Jorge Meniguelli y al ex perito de la defensa, Adolfo Méndez. También, requirió que envíe el testimonio del médico que realizó la autopsia Héctor Félix Konopka para que el Cuerpo Médico Forense le inicie un sumario administrativo.

Meniguelli declaró en marzo que Mangeri le había comentado sobre las amenazas sufridas. Méndez, en la audiencia del 3 de junio pasado, sostuvo ante los jueces que las heridas de Ángeles podían deberse a “transacciones sadomasoquistas” y refirió que las lesiones del encargado podrían haberse producido cuando el acusado estuvo en la fiscalía de Paula Asaro

Lanusse comenzó con el relato de lo que tiene “por acreditado” que sucedió el 10 de junio de 2013. Ángeles Rawson salió del predio donde realizaba gimnasia a las 9:40. Se despidió de sus compañeras hasta el mediodía y caminó hasta su casa, ubicada a pocas cuadras de allí. A las 9:52, una cámara de seguridad de un edificio de la misma cuadra la registró mientras se dirigía a Ravignani 2360.

Según la querella, la adolescente jamás ingresó a su departamento, ubicado en la planta baja, sino que fue interceptada por Mangeri antes. “Fue llevada hacia algún lugar del edificio con un pretexto, pero su verdadero objetivo era abusar de ella”. Para Lanusse, el encargado se aprovechó de la edad de la niña, la diferencia física, y el conocimiento previo (más de 11 años).

Ángeles se defendió del ataque (“defendió su integridad física”, dijo el abogado) lo que produjo heridas en su agresor, refiriéndose a las excoriaciones y arañazos que presentó el acusado. Por este motivo, sostuvo que se encontró ADN del encargado bajo las uñas de la víctima.  También, describió las lesiones paragenitales y en los muslos que presentaba la adolescente.

Según la querella, la resistencia que realizó la niña fue lo que provocó la decisión de Mangeri de matarla. “Lo hizo para encubrir su delito previo, para cubrir su impunidad” y explicó que la muerte se dio por “estrangulación manual” en la zona del cuello y una “compresión” en los orificios de la nariz y la boca de la víctima.

“La cosificación se terminó de consolidar con el descarte del cuerpo”, continuó. Para Lanusse, ató sus tobillos, manos y le colocó una bolsa en la cabeza, a la vez que la introdujo dentro de una bolsa de basura. Luego, la introdujo en el circuito de recolección y tratamiento de residuos, “con el objetivo de que jamás fuera hallada”.

La querella valoró positivamente los testimonios de familiares, amigos y conocidos de Ángeles. Hizo hincapié en el testimonio de Dominga Torres, la mujer que trabajaba en el departamento de la familia y en el de Jerónimo Villafañe, hermanastro de la víctima. Torres fue la que aseguró que la niña nunca entró al departamento.

Villafañe, por su parte, le dijo a su madre el viernes 14 de junio en la Fiscalía: “Jorge está hasta las manos”. El hermanastro de Ángeles estaba en la sala contigua a donde se encontraba el encargado mientras declaraba. Relató la llegada del médico Gerardo Decanio que lo revisó y el comentario que le hizo éste sobre las heridas a la fiscal Paula Asaro, que ayer estuvo en la audiencia. Decanio había declarado el 7 de mayo pasado que las lesiones “eran complejas y de diferente data” y que por eso había solicitado profesionales para que lo asesoraran.

Lanusse aseguró que Mangeri “nunca fue torturado” y que las lesiones que presentaba fueron “autoprovocadas o realizadas con consentimiento del acusado”. Además, sostuvo que “se instalaron coartadas falsas” desde la defensa y que se ha recibido “colaboración en el intento de consolidar las versiones fantasiosas de ciertos hechos”. Sobre el ADN del acusado hallado bajo las uñas de las víctima, consideró que era un prueba vital de la pelea que había dado la niña por “defender su integridad”. Descartó por completo la posibilidad de contaminación entre muestras.

También, ponderó el trabajo realizado por la junta médica, especialmente por los peritos de la querella Vicente Quiroga y Primarosa Rinaldi de Chieri. Sobre el informe de autopsia realizado por el médico Konopka, fue tajante: “espero que algún día se vaya del Cuerpo Médico Forense, es inaceptable el descuido con el que obró”.

Hacia el final de su alegato, Lanusse indicó que Diana Saetonne encubrió a su marido con la instalación de una coartada falsa en la causa. Si bien aclaró que por el artículo 242 del Código Procesal Penal, no puede declarar contra su cónyugue, sí consideró que incurrió en el delito de “falso testimonio”.

La querella sostuvo que está probada la “cosificación” sufrida por la niña y que el “quehacer delictivo” del acusado estuvo “signado por la violencia de género”. Refirió que mató a Ángeles  porque “no pudo hacer de ella un objeto” y para “garantizar su impunidad”.

Calificó a la muerte como un “femicidio” y explicó que ese tipo de homicidios no tiene porqué darse específicamente en l ámbito de las relaciones de pareja. También sostuvo que la figura de femicidio sanciona “el machismo sexista como lo que sucedió en este caso”. Citó a la Convención de Belem do Pará, a la que nuestro país está adherida y que versa sobre formas de  prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer.