El martes pasado, alrededor de las 20:00, el fiscal Federal de Rosario Marcelo Degiovanni recibió un llamado de un oficial de la Delegación Local de la Policía Federal Argentina, en el que se le comunicó que se habría producido un secuestro extorsivo. El uniformado dijo que la esposa del empresario Carlos Alberto Villalba había denunciado que aproximadamente a las 17:30 el hombre se comunicó con ella y le dijo: “Quedate tranquila, andá a buscar al nene y el auto, ya te van a llamar más tarde”. A partir de ese momento, se establecieron otros contactos desde el celular de Villalba pero ya de parte de los secuestradores. En la última comunicación, le dijeron que juntara dos millones de pesos para liberar a su marido.

Según comentarios testigos del posible secuestro, Villalba se desplazaba en su automóvil VolksWagen Bora cuando fue interceptado por un Peugeot 308 color blanco y sin chapa patente. A bordo de este último vehículo, iban cuatro o cinco hombres armados, bien vestidos, quienes habrían reducido a Villalba para luego abordar el auto de la víctima y alejarse del lugar. Esto sucedió en el predio perteneciente al Club Tiro Federal de la ciudad de Rosario.

De manera inmediata, más allá de la denuncia realizada en la subcomisaría 21 de la Policía de la provincia de Santa Fe que le dio intervención al Ministerio Público de la Acusación local, ante la posible gravedad de los acontecimientos, la Fiscalía Federal a cargo de Degiovanni se avocó a la investigación del presunto secuestro extorsivo. De esta manera, entre otras medidas, ordenó las intervenciones telefónicas directas solicitadas por los policías (medida convalidada por el juez federal de turno), declaraciones testimoniales, y la colaboración urgente de la División Operativa Central de la Policía Federal Argentina para una actuación conjunta con personal de la delegación policial de la provincia.

Al día siguiente, luego de que se hubiera establecido el probable lugar donde se habría mantenido secuestrado a Villalba, se autorizó al allanamiento del domicilio. Cerca de las 22:15, cuando los agentes junto al representante del Ministerio Público se dirigían al lugar, recibieron una llamada telefónica de la policía de Santa Fe donde se comunicaba que Villalba había sido liberado en un camino rural de Granadero Baigorria y derivado al Policlínico Eva Perón de esa ciudad para un chequeo médico. Entonces, se dejó sin efecto el operativo y Degiovanni se dirigió hasta el hospital para constatar el estado de salud. Luego de mantener un diálogo con la víctima, los médicos le dieron el alta y el hombre pudo regresar a su hogar. Asimismo, se comprometió a concurrir al día siguiente a la Fiscalía Federal para que le pudieran recibir testimonio.

Finalmente, a través de la Secretaría de Cooperación con los Poderes Judiciales, Ministerios Públicos y Legislaturas del Ministerio de Seguridad de la Nación, se instaló una custodia en el domicilio de Villaba durante las veinticuatro horas, mientras que se continúa con las investigaciones para establecer las identidades de los autores del hecho.

Más allá de que Villalba pudo regresar a su hogar sano y salvo, desde los representantes del MPF alertaron que a escasas horas de producido el hecho, se había filtrado la noticia en varios medios periodísticos, aunque no se supo a través de quién. Esta circunstancia dificultó las medidas investigativas y, consecuentemente, aumentó el riego que desde ya corría la vida o integridad física del hombre, considerando además que su mujer había sido advertida por los secuestradores que no hablara con la policía.

Degiovanni además destacó el apoyo brindado por la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) en las estrategias que se siguieron para investigar el delito.