05 de mayo de 2024
05 de mayo de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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El fiscal Santiago Vismara había solicitado que se lo condene a prisión perpetua
Condenaron a 16 años de prisión a un hombre por cometer dos homicidios dentro de la Villa 31
Los hechos ocurrieron entre enero y julio de 2011. Gerson Paul Muñoz tenía una condena por tenencia de estupefacientes, por lo que deberá cumplir una pena única de 17 años de cárcel.

El Tribunal Oral en lo Criminal Nº1 condenó a un hombre a 16 años de prisión por considerarlo responsable de dos homicidios ocurridos dentro de la Villa 31 de Retiro entre enero y julio de 2011. Gerson Paul Muñoz fue condenado por “homicidio simple” en dos oportunidades aunque el fiscal Santiago Vismara había considerado que uno de los hechos podía encuadrarse como “homicidio agravado por haber sido cometido con el concurso premeditado de dos o más personas”, que prevé una pena de prisión perpetua.

Muñoz se encuentra detenido en el Complejo Penitenciario Federal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires desde el 15 de abril de 2015. Como registraba una condena a dos años de prisión de cumplimiento efectivo dictada por el Tribunal Oral Federal Nº4 en junio de 2016 por tenencia de estupefacientes, los jueces Luis Salas, Martín Vázquez Acuña y Alberto Huarte Petite le fijaron una pena única de 17 años de cárcel.

El primero de los homicidios por los que fue condenado Muñoz sucedió el 3 de enero de 2011, cerca de las tres de la tarde. Jhonny Richard Goicochea Villalobos tomaba una gaseosa con su cuñado cuando se encontró con el acusado, al cual le recriminó haber agredido a su sobrina Zaira unos días antes. En ese momento, Muñoz se retiró y a los pocos minutos volvió con una pistola 9 milímetros, con la que amenazó a la víctima.

Inmediatamente, Goicochea Villalobos corrió para alejarse pero el acusado lo persiguió. A los pocos metros, lo alcanzó: le disparó en el pecho, lo que le produjo la muerte en pocos minutos. La secuencia fue relatada por varios testigos durante el juicio, entre ellos el cuñado y la hermana de la víctima y para el Tribunal fueron coincidentes con el resto de la prueba obtenida durante el debate.

El cuñado relató la discusión que hubo, aunque no quiso participar de ella porque dijo que “en ninguna villa hay justicia”. Reconoció a Gerson Muñoz como el autor de los disparos, así como también lo hizo la hermana de la víctima. Fue ella quién le contó a los jueces las amenazas que sufrían sus hijos, motivo por el cual Goicochea Villalobos enfrentó al ahora condenado.

Durante su alegato, la fiscalía señaló que, según los testigos, Gerson trabajaba para César Morán de la Cruz, alias “el loco César”, un hombre que se dedicaba a la venta de estupefacientes dentro de la Villa 31 y que actualmente está preso. Relataron que el acusado quería “sumar” a Kevin para que fuera su “burro” en la venta y que su hermana se oponía. El fiscal Vismara resaltó que “el loco César” fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal Nº24 por el homicidio de Kevin, que sucedió tres meses después del crimen de Goicochea Villalobos.

En su declaración durante la instrucción, Muñoz aseguró que era amigo de “el loco César” pero que no se veían muy seguido y que no tenía armas ni sabía como manejarlas. No obstante, la fiscalía recordó una condena que tiene por portación de arma de fuego en 2008 dictada por un juzgado de la Ciudad de Buenos Aires.

El segundo homicidio por el que se lo condenó a Muñoz ocurrió seis meses después, el 31 de julio de 2011, en las inmediaciones de la manzana 3 de la Villa 31 bis cerca de las diez de la noche. Gerson junto con otras cinco personas disparó contra otro grupo que se encontraba en el lugar. Dos de los disparos fueros dirigidos a Julio César Roncal Cochachi. Uno de ellos fue en la cabeza y le ocasionó la muerte.

Según explicó el fiscal, se trató de un “ajuste de cuentas, premeditado y organizado”. Explicó que el motivo por el cual Muñoz y los otros individuos atacaron a Roncal Cochachi fue una venganza, una rivalidad entre dos grupos luego del homicidio de Goicochea Villalobos. Según los testigos, hubo un “escrache” a la casa de la madre de Gerson días después donde rompieron los vidrios de la vivienda ya que lo consideraban autor del homicidio de su amigo.

Para el Tribunal, no quedaron dudas sobre la persecución que hicieron Muñoz y los otros hombres ni tampoco sobre el dolo de matar. Apuntaron que comenzaron a dispara ni bien se encontraron con el grupo que conformaba la víctima. Tantos los jueces como el fiscal valoraron la declaración de los familiares de Roncal Cochachi.

Otro de los testimonios que resaltaron tanto el Tribunal como la fiscalía fue el de un primo de la víctima que, a su vez, era amigo de Goicochea Villalobos y estuvo la noche del ataque. Mediante una videoconferencia desde el consulado argentino en Lima, contó que un grupo de tres personas comenzaron a dispararles. Entre ellas, estaba “el loco César” y el acusado. Cuando comenzaron a huir, otros tres hombres aparecieron y también los persiguieron.

En su alegato, Vismara consideró que existió una división de tareas, un plan previo que permitió que atacaran primero unos mientras los otros esperaban. Destacó que todos estaban vestidos con ropas oscuras y portaban armas. En base a la prueba que se expuso en el juicio, solicitó que Muñoz fuera condenado por el inciso 6 del artículo 80 del Código Penal: “homicidio agravado por haber sido cometido con el concurso premeditado de dos o más personas”.

No obstante, los jueces consideraron que no se pudo probar la planificación del hecho, la coordinación de ideas ni la premeditación del ataque, por lo que encuadró al hecho bajo la figura de “homicidio simple”. Sí tuvieron en cuenta como agravantes que participaron del hecho varias personas, lo que facilitó el accionar de todos y dificultó a la víctima su defensa.