24 de abril de 2024
24 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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El hecho ocurrió en enero de 2014, en Recoleta
Condenaron a 9 años de prisión a un hombre que intentó matar a dos personas luego de una pelea por un incidente de tránsito
El Tribunal Oral en lo Criminal N° 28 sostuvo que Brayan Berrios Puinche es culpable por el delito de “homicidio en grado de tentativa agravado por el uso de armas”. El fiscal Aldo de la Fuente había solicitado diez años de pena.

El 15 de enero de 2014, cerca de las 2:30, Catalina Ramón Rojas y José Javier Villalba caminaban por la calle Peña, casi en la esquina de Junín. Habían salido de la casa de uno de sus familiares luego de jugar un partido de fútbol. Cuando bajaron a la calle para hacerle señas a un taxi, un auto giró a alta velocidad muy cerca de ellos, por lo que comenzó una discusión entre los peatones y el conductor, que incluyó insultos y golpes.

Los jueces Federico Salvá, Carlos Mariano Chediek y Carlos Rengel Mirat dieron por probado que, una vez finalizada la discusión y luego de haber subido a su auto y avanzado algunos metros, Berrios Puinche “frenó bruscamente, abrió la puerta y disparó entre seis y siete disparos” que impactaron en Rojas y Villalba. Este último sufrió heridas que le provocaron una paraplejía, al parecer permanente, mientras que Rojas recibió dos balazos, uno en la rodilla y otro en el hombro. El conductor escapó.

Durante el juicio, fue clave el testimonio de Lucas Alarcón, “la punta del ovillo para dar con Berrios”, según dijo durante su alegato el fiscal Aldo de la Fuente. Este testigo presenció, de casualidad, una conversación entre el ahora condenado y el dueño de un taller mecánico, donde el primero le comentaba que había tenido un “inconveniente” con dos personas, a las cuales les había disparado. En esa conversación, Berrios dijo que había vuelto al lugar “para ver si había cámaras” y que le dejaba el auto en el taller “para enfriarlo”. Alarcón recién comentó esta situación cuando, en una reunión familiar, su hermano le comentó lo que le había pasado a unos familiares de un compañero suyo de trabajo.

Otros dos testigos, que estaban paseando a su perro aquella noche, le relataron a los jueces sobre la pelea y sobre cómo, luego de los disparos, Berrios se había dado a la fuga. Al describirlo, coincidieron con lo dicho por Alarcón y las víctimas. Todos hicieron hincapié en que el conductor del auto era alto y que tenía un acento “particular, centroamericano”. Cabe aclarar que Berrios es venezolano. El otro testigo que participó durante el juicio fue David Rodas, el dueño del taller mecánico. Si bien desconoció al acusado, finalmente admitió que iba a su negocio en ocasiones.

El fiscal De la Fuente ponderó en su alegato la declaración de Villalba, cuya presencia describió como “conmovedora” y destacó, además, las enormes dificultades que tiene actualmente la víctima. En ese mismo sentido, los jueces destacaron la rueda de reconocimiento efectuada por el hombre, compleja por las condiciones de salud en las que se encuentra. “Nunca me podría olvidar de él”, dijo Villalba y el Tribunal expresó que “bajo ningún aspecto puede dudarse de este testimonio”.

El fiscal sostuvo, además, que no hubo “ninguna causa de justificación” para este comportamiento. De La Fuente consideró que el hecho de disparar en plena vía pública mostró “una violencia inusitada¨. Esa misma línea retomaron su fundamentación los jueces, quienes afirmaron: “nada justifica tamaña reacción”.