27 de julio de 2024
27 de julio de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Actuaban en los barrios porteños de Palermo, Belgrano y Saavedra
Condenaron a tres años de prisión a dos imputados por cometer secuestros virtuales
El Tribunal Oral en lo Criminal N°12 confirmó además que otros cinco detenidos deberán resarcir económicamente a 10 damnificados por un total de 700 mil pesos.

El Tribunal Oral en lo Criminal N°12 sentenció José Luis Platón Castillo e Isabel Castillo a tres años de prisión en suspenso, 200 horas de trabajo comunitario y tres años de prisión de efectivo cumplimiento respectivamente, por ser coautores de los delitos de asociación ilícita, estafas reiteradas y estafa en grado de tentativa. En la causa, se imputó a otros cinco sospechosos, a quienes se les suspendió el juicio a prueba por el término de tres años luego de que ofrecieran en forma conjunta la suma de 700 mil pesos a diez damnificados y se les impusieran más 300 horas de trabajo no remunerado por el mismo plazo.

Los siete imputados integraban una banda delictiva que fue desarticulada en septiembre de 2014 a raíz de una investigación realizada por la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N°7, a cargo de Justo Joaquin Rovira, con intervención de la titular del Juzgado de Instrucción N°37, Silvia Nora Ramond, mientras que el fiscal de la Fiscalía General N°12, Gustavo Gerlero, intervino en la etapa de debate.

Los condenados integraban una banda que tenía como fin realizar secuestros virtuales, con 13 hechos comprobados entre enero y mayo de ese año, en los barrios porteños de Palermo, Belgrano y Saavedra. En cada suceso, participaban al menos cuatro integrantes de la organización, quienes previamente se distribuían las tareas y analizaban la zona cercana a la vivienda de la víctima. Durante la madrugada, uno de ellos llamaba llorando al domicilio de la víctima simulando ser un familiar secuestrado, mientras que otro intervenía y se hacía pasar por el supuesto secuestrador exigiendo la entrega de dinero o bienes materiales a cambio de su liberación. Además, se indicaba a la persona que era engañada que dejara el dinero en algún lugar específico, cuyos datos eran provistos por otro cómplice, situado en las inmediaciones de la vivienda de la víctima, quien luego retiraba el dinero o las joyas entregadas como rescate.

También, se acreditó que los imputados contaban con gran cantidad de teléfonos celulares con líneas prepagas, equipos de comunicación por radio -tipo Nextel- y se comunicaban entre ellos en dialecto romaní para no ser descubiertos. Se movilizaban en distintos autos registrados a nombre de familiares y/o amigos, algunos de alta gama, los cuales rotaban para no llamar la atención.