El Tribunal Oral en lo Criminal Nº7 condenó a un hombre a tres años de prisión por golpear a su hija, lo que le causó una secuela permanente. José Oscar Feréz había sido condenado en abril de este año a 22 años de cárcel por abusar sexualmente de ella. Durante ese juicio, la joven relató la golpiza a la que fue sometida. El hombre reconoció haberla golpeado, en el marco de un acuerdo realizado entre su defensa y el fiscal Oscar Ciruzzi.

En el juicio por abuso, la víctima le contó a los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº16 varias situaciones de violencia que tuvo que atravesar con su padre. Una de ellas ocurrió cuando tenía entre 13 y 14 años, en la vía pública, mientras esperaba el colectivo junto a su novio. En ese momento, Férez bajó de un auto y le dio una cachetada en la cara. Luego, continuó con los golpes, lo que le provocó varias heridas en la cara. Después, la tomó del cabello y la arrastró para obligarla a subir al vehículo.

Ante esa declaración, y a pedido del fiscal Fernando Fiszer, los jueces Inés Cantisani, Gustavo González Ferrari y Hugo Decaría ordenaron que el Cuerpo Médico Forense examinara a la joven para determinar la lesión que presentaba. Los profesionales constataron “una leve desviación y chasquido del lado derecho de la mandíbula”, lo que generó “un daño que debilita al órgano de la masticación en forma parcial y permanente”.

Con ese informe, se realizó la extracción del testimonio para generar una nueva investigación. En la etapa de instrucción, la mujer amplió su declaración y relató lo sucedido luego de la golpiza. Dijo que cuando llegaron a la casa, no podía cerrar la boca y que estuvo así por lo menos por tres días. Aseguró que nunca fue al médico por esto. Sobre este punto también se había expedido el Cuerpo Medico Forense, que destacó en su informe que la chica no recibió atención médica, lo que hubiera permitido “atenuar consecuencias y/o secuelas”, las cuales son evidentes en la actualidad.

En base a estos hechos, descriptos en el acuerdo de juicio abreviado, Férez fue condenado por los jueces Gabriel Eduardo Vega, Gustavo Jorge Rofrano y Gustavo Pablo Valle a tres años de prisión en suspenso por el delito de “lesiones graves agravadas por el vínculo”. Está actualmente detenido en Complejo Penitenciario Federal de Marcos Paz.

El caso por abuso

En abril de este año, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº16 lo condenó por abusar sexualmente de su hija en reiteradas oportunidades. También fue hallado culpable de abusar de dos amigas de su hija y de tomar fotos y realizar videos pornográficos relacionados con menores de edad. En su alegato, el fiscal Fernando Fiszer había solicitado 25 años de prisión.

Según el relato de la víctima, los abusos se dieron entre 2006 y 2009. Tanto los jueces como el fiscal consideraron que el relato de la joven fue creíble y veraz, y que además se ve corroborado por los profesionales del Cuerpo Médico Forense. Para Fiszer, hubo una “evidente situación de vulnerabilidad por las circunstancias de la vida de la niña”, ya que los hechos se dieron durante la enfermedad y muerte de su madre.

También, fue incorporado al debate el informe realizado por la Oficina de Violencia Doméstica que da cuenta de situaciones de maltrato infantil y un cuadro de “violencia doméstica de alto riesgo”. Para los jueces, “contar la verdad significaba perder su padre; quebrar para siempre su vínculo afectivo y perder, además, el sustento económico que éste proveía”.