20 de abril de 2024
20 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Intervino la Fiscalía ante los Tribunales Orales Nº4
Condenaron a un hombre por reiteradas amenazas de muerte a su pareja
Los hechos ocurrieron entre enero y octubre de 2014. “Barreda es un poroto al lado de lo que te puedo hacer”, le dijo Ricardo Pirla a su ex pareja. El hombre había conseguido el año pasado que le otorguen una suspensión de juicio a prueba pero la Cámara Nacional de Casación revirtió la concesión de ese beneficio por pedido del Ministerio Público Fiscal.

La jueza Ivana Bloch había condenado a dos años de prisión en suspenso a un hombre de 43 años que amenazó en seis oportunidades a su ex pareja y quebró varias veces la prohibición de acercamiento. En su momento, cuando la causa llegó a la etapa oral, el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº4 le había otorgado a Ricardo Guillermo Pirla una “probation”. Sin embargo, el fiscal Marcelo Saint Jean, quien se había opuesto a la concesión del beneficio, recurrió la decisión a la Cámara Nacional de Casación, que revirtió el año pasado lo dicho por el Tribunal.

La magistrada Bloch dejó en suspenso la pena por ser la primera condena de Pirla. En su fallo, le impuso una prohibición de contacto y de acercamiento al lugar de residencia, trabajo, esparcimiento o cualquier otro donde la víctima concurra habitualmente.

El hombre aseguró que Ricardo Barreda era “un poroto” al lado de que él podía hacerle.

Los hechos

El 13 de enero de 2014, cerca de las 22:00, la víctima estaba dentro de una de las habitaciones de su casa, ubicada en el barrio Villa Real de la Ciudad de Buenos Aires, cuando ingresó Pirla. “Vos mañana agarrás todas tus cosas y te vas de casa porque si no te prendo fuego toda tu ropa o te la tiro a la calle y además te voy a matar”, le dijo. La mujer sostuvo que no se iría del lugar y que podía hacer lo que quisiera mientras no le tocara a ninguna de sus hijos.

Al día siguiente, el hombre volvió a decirle que debía irse de la casa y que si no lo hacía, iba a matarla. Le repitió que todo lo que ella hacía “tenía un precio” y que iba a ir a buscar a sus amigos para “hacerla desaparecer”. Además, se comparó con el femicida Ricardo Barreda y aseguró que era “un poroto” al lado de que él podía hacerle.

Ante esta situación, la mujer comenzó con temor a guardar algunas de sus pertenencias en una mochila aunque le dijo a su ex que no se iría de la vivienda. Pirla le aseguró que iba a matar a toda la familia para que ella lo viera y sufriera y después la mataría a ella. Como las amenazas continuaron, la víctima se fue junto con los tres hijos que tuvo con su ex hacia una plaza del barrio de Monte Castro, donde se encontró con una amiga a quién le contó de las amenazas. Cuando la víctima volvió a la casa y luego de que sus hijos se fueran a dormir, el hombre comenzó a perseguirla para que le entregue su teléfono para ver con quién había hablado. “Dame el celular, puta de mierda, porque te voy a reventar. Te voy a matar”, le exigía. Finalmente, la mujer pudo llamar al 911 para pedir ayuda.

Diez días después, la mañana del 25 de enero, Pirla fue hasta la casa para pedirle a la víctima que le alcanzara una campera y un pantalón. La mujer le acercó las cosas pero antes le recordó que había una orden de prohibición de acercamiento y contacto dictada por el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil N° 56. Cuando se acercó hasta la reja de la vivienda, el hombre volvió a amedrentarla: “No es justo lo que me estás haciendo, que yo esté en la calle. La casa no va a ser tuya ni mía ni de nadie y la voy a prender fuego, y no entro porque no quiero; yo voy a estar dando vueltas por acá, no me voy a ir. Llamá tranquila a la Policía, que no me importa”. El hombre siguió insultándola durante varios minutos más cuando ella ya estaba dentro del lugar nuevamente.

Pirla volvió a desobedecer la orden judicial el 26 de febrero: aprovechó que la mujer estaba en el hall de entrada de la casa para abordarla. “Si llego a caer preso automáticamente vienen por vos. La casa no va a ser ni mía, ni tuya, ni de nadie, la voy a prender fuego”, le manifestó. Ante el comentario de la mujer sobre el botón antipánico que le habían dado, el hombre la amenazó otra vez: “Apretalo y vas a saber lo que te va a pasar”.

A esto se le sumó lo sucedido el 6 de marzo cuando el tío (hermano de la víctima) estaba por llevar a sus sobrinos al colegio cuando apareció Pirla y se ofreció a hacerlo, lo que fue rechazado por el hombre, que se refugió dentro de la casa. Cerca de las 11 de ese mismo día, el ahora condenado ingresó a la vivienda a las corridas aprovechando que su hija mayor le abrió la puerta ante su pedido de retirar unas herramientas. “No te preocupes, hija, que esto se va a terminar’, le dijo.

Varios meses después, el 17 de octubre de 2014, aproximadamente a las 20, cuando la mujer estaba con sus dos hijos más chicos en la plaza Terán, Pirla se apareció. Al notar que ella se iba, se le acercó y la amenazó: “vos no tenés derecho a pasear con otro por la plaza. Si te vuelvo a ver con otro por acá te voy a cortar en 32 pedazos”.

El trámite de la causa

Al llegar a la etapa de juicio, el fiscal Marcelo Saint Jean se entrevistó con la damnificada, quién le manifestó su deseo de asistir a un debate. Le indicó, además. que las amenazas por las que había denunciado a su ex continuaban. Pirla le pidió al Tribunal una probation, a lo que la Fiscalía se opuso e invocó el derecho que la Convención de Belém do Pará les concede a las mujeres víctimas de violencia basada en el género de acceder a un juicio oportuno.

No obstante, el Tribunal Oral en lo Criminal Nº4 le concedió la suspensión del juicio a prueba. El fiscal recurrió a la Casación y su posición fue sostenida por la Fiscal de la Procuración General de la Nación María Luisa Piqué. En aquella oportunidad, los jueces hicieron lugar al recurso y ordenaron que oportunamente se fije fecha para la realización del juicio oral y público.

Finalmente, Pirla aceptó su culpabilidad por los delitos de “amenazas coactivas reiteradas (3 hechos); amenazas simples y desobediencia; amenazas coactivas y desobediencia; desobediencia; desobediencia reiterada (2 hechos); y amenazas coactivas”. Lo hizo a través del acuerdo de juicio abreviado firmado con la Fiscalía ante los Tribunales Orales Criminales Nº4, ratificado por la jueza Bloch.