La Fiscalía Federal N°6, a cargo de Federico Delgado, continúa la investigación contra Jacobo Winograd por proxenetismo, luego de que una mujer acusara al mediático empresario de haberla presionado para prostituirse y de ofrecerse como intermediario entre ella y los “clientes”.
El 14 de agosto pasado, la joven se había presentado ante la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), a cargo de Marcelo Colombo, donde relató que conoció a Winograd la noche anterior en un conocido boliche ubicado en el barrio porteño de Palermo. Añadió que en esa oportunidad el hombre comenzó a halagarla en relación a su figura y a indicarle que tenía altas posibilidades de “hacer dinero grande” por fuera de las “presencias”, como se conoce la actividad de muchas modelos que asisten a determinados eventos y locales bailables a cambio de una retribución económica. Según detalló en la denuncia, el empresario le aseguró que “por sus aptitudes físicas” merecía ser bien paga por hombres de alto poder adquisitivo.
La mujer afirmó que a lo largo de ese encuentro el empresario se mostró como un facilitador de esos contactos, definiéndose a sí mismo como la persona “más influyente” del ambiente en relación a la “formación” de mujeres que en la actualidad son grandes estrellas de la televisión. Durante la conversación, le habría comentado que esas mismas mujeres han contraído matrimonio con hombres de muchísimo dinero, luego de haber pasado previamente por las “sábanas” de “clientes” que él mismo les habría presentado.
La denunciante detalló que Winograd se mostró peyorativo respecto a su trabajo de “presencias”, subestimando el salario que cobraba.
Al día siguiente de ese encuentro en el local de Palermo, la joven relató que el empresario la llamó en reiteradas oportunidades a su teléfono celular para intentar convencerla de que ofreciera su cuerpo por sexo a cambio de dinero, actuando él como intermediario. Agregó que, frente a sus temores, Winograd la agredió y subestimó verbalmente. Como prueba, aportó los audios de las conversaciones telefónicas que mantuvieron.
Finalmente, la mujer solicitó que se le dispusiera una restricción perimetral de acercamiento, ya que temía por su integridad física y la de su hija menor de edad.