La titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N°40, Estela Andrades, que investiga la muerte de Octavio Romero, el suboficial primero de la Prefectura Naval Argentina que apareció muerto en el Río de la Plata el 17 de junio de 2011, está a la espera de que las empresas estadounidenses Microsoft y MenHunt remitan el contenido de los perfiles digitales de la víctima, a fin de establecer si de allí surge alguna pista que permita esclarecer el caso. La causa acumula 20 cuerpos.
Romero, de 33 años, fue visto por última vez por su pareja, Gabriel Gersbach, el 12 de junio de 2011 cuando salía del departamento que habitaban en la calle San Martín al 800, en el barrio porteño de Retiro, para ir a una fiesta con amigos. Lo siguiente que se supo fue el hallazgo del cuerpo en la costa del Río de La Plata a la altura de la Avenida San Martín en la localidad bonaerense de Vicente López.
El cuerpo de Romero estaba desnudo y, tal como estableció la autopsia realizada por los médicos del Departamento Judicial de San Isidro, presentaba un traumatismo cráneo-encefálico, aunque no pudo establecerse si era producto de una agresión o de la misma acción del río donde estuvo sumergido. Asimismo, los informes toxicológicos determinaron que la víctima tenía 2,06 gr/l de alcohol en sangre.
Andrades, quien intervino luego de que la justicia provincial, que debía intervenir por haberse hallado el cuerpo en esa jurisdicción, declinara su competencia, realizó una serie de medidas tendientes a establecer qué ocurrió con Romero, así como también con su teléfono celular y el arma reglamentaria, que jamás fueron encontrados.
La fiscal solicitó la investigación del entorno de la víctima, recibió los testimonios de treinta y cuatro testigos, realizó allanamientos en distintos edificios de la Prefectura Naval Argentina y analizó las imágenes de todas las cámaras de seguridad pertenecientes a la Policía Federal, Policía Metropolitana, particulares y de distintas instituciones, las cuales existían en las inmediaciones del domicilio de la víctima, sin obtener resultados respecto a qué ocurrió con Romero. Asimismo, hace dos años solicitó, vía exhorto, a las empresas estadounidenses Microsoft y MenHunt que remitan el contenido de los perfiles que Romero tenía en dichos sitios web, sin haber tenido respuesta a la fecha.