El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Formosa -integrado por los jueces subrogantes Norma Lampugnani, Aldo Alurralde y Carlos Soto Davila- condenó a Juan Neri Villalba a diez años de prisión por considerarlo autor de homicidio agravado en grado de tentativa, tras embestir a un gendarme con su camioneta, que quedó sobre el capot sujeto al limpia parabrisas. El oficial fue arrastrado más de treinta kilómetros en esa situación. Durante el debate oral, en representación del MPF, intervino el fiscal general Luis Benítez, quien, en los alegatos, había solicitado una pena de cinco años de prisión.
Todo ocurrió durante la madrugada del viernes 6 de marzo de 2009, cuando en el puesto de control de ruta “Fermín Rolón” de Gendarmería Nacional, ubicado en la Ruta Nacional 11, próximo a la ciudad de Clorinda, provincia de Formosa, se aproximó al puesto de control de ruta una camioneta Nissan, doble cabina, conducida por Neri Villalba. En ese momento, en circunstancias de un control de rutina, los oficiales que estaban en el control le solicitaron al conductor que exhibiera la documentación personal y del vehículo, además de que se estacionara al costado de la cinta asfáltica para un control más exhaustivo. Esto último, declararon los gendarmes, se debió a que uno de ellos había advertido, a través de la abertura de la ventanilla, un “bulto” ciego, de forma rectangular, de aspecto sospechoso, en el asiento trasero.
Sin embargo, Neri Villalba no acató la orden. Por el contrario, cuando el gendarme que resultaría la víctima del delito se dirigió al lado contrario de la camioneta para observar mejor, cruzando por el frente de la misma, el imputado aceleró bruscamente el vehículo y embistió al oficial, quien quedó tendido sobre el capot del vehículo, sujetándose del extremo inferior del limpia parabrisas. El ahora condenado continuó con la marcha, aumentando cada vez más la velocidad, siempre con el gendarme tendido sobre el capot, y haciendo zigzag con dirección a la ciudad de Formosa.
Fueron más de treinta kilómetros en los que incluso el gendarme intentó dispararle a una rueda con su arma reglamentaria para detener el vehículo, pero sin éxito. Finalmente, cuando la camioneta ingresó bruscamente a la Ruta Provincial N° 6 -ruta terrada y en mal estado-, debió reducir la velocidad para no sufrir un vuelco. Esta situación fue la que permitió al gendarme arrojarse de la camioneta. Pero esto le provocó lesiones y secuelas en la columna lumbar que sufre hasta hoy.
Previo a esta sentencia, en marzo de 2014 Neri Villalba había resultado absuelto por la composición original del tribunal oral. Sin embargo, tras un recurso del fiscal, la Cámara Federal de Casación Penal anuló esa absolución, y mandando realizar nuevo juicio, para lo cual designó tres jueces subrogantes, que fueron los que encontraron culpable al imputado.
Para esto, los magistrados entendieron que “el hecho flagrante no fue accidental, resistió la orden de la autoridad sin respetar que un gendarme estuviera delante, con total desprecio de la vida humana”. Además, descalificaron lo expresado por Neri Villalba al momento de su descargo, quien había señalado que “el gendarme, para impedir que se retire del lugar, se montó sobre el capot de su camioneta. Que entonces siguió su marcha a una velocidad de 30 km. por hora, en todo momento cuidando la vida del gendarme”. El tribunal, en cambio, precisó que “no resultan creíbles las excusas exculpatorias luego de cotejar las mismas con los testimonios prestados en la audiencia, más las conclusiones periciales, no lo favorecen sus contradicciones y vaguedades, como así alusiones a actos reñidos con la más elemental lógica y en contradicción con el devenir natural de las cosas”.