El titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal de Instrucción N°29, Lucio Herrera (h), solicitó la elevación a juicio de la investigación por homicidio culposo seguida contra una médica que le administró a una de sus pacientes, sin previo examen clínico ni advertencias sobre los potenciales efectos adversos, pastillas que le causaron severas alucinaciones, que la habrían llevado a saltar de un doceavo piso.
La doctora, cuyo nombre no trascendió, atendía pacientes y recetaba distintas drogas para bajar de peso sin examinarlos previamente. Asimismo, tampoco informaba los componentes de las pastillas ni los efectos adversos.
Si bien la medicación debía ser preparada en farmacias mediante las llamadas “recetas magistrales” y ser retirada personalmente, la imputada hacía las entregas en su consultorio.
En la investigación desarrollada por el equipo de la Fiscalía a cargo del fiscal Herrera, se probó que la médica recetó a una de sus pacientes de 21 años tres frascos de pastillas e indicó que debía tomarlas dos veces por día, todas juntas.
Luego de la ingesta, la chica sufrió alucinaciones y cambios de conducta, por lo cual la madre decidió reducirle la medicina y llamar a la especialista, quien le refirió que los problemas no tenían que ver con el tratamiento indicado. Sin embargo, el 29 de enero de 2013, la chica se encerró en una oficina del edificio donde vivía y saltó al vacío desde el piso 12.
La División Laboratorio Químico de la Policía Federal Argentina estableció que uno de los tipos de las pastillas estaban compuestas por ácido fólico, tripicolinato de cromo, vitamina E, Cafeína y diazepam; la segunda medicación contenía mazindol, y el tercer comprimido, que decía tener carnitina, en realidad tenía mazindol. Conforme sostuvieron los peritos consultados por la Fiscalía, el diazepam puede generar “intranquilidad, agitación, agresividad, delirio, ataques de ira, pesadillas, alucinaciones, psicosis, comportamiento inadecuado… manías e hipomanías con tendencia al suicidio”, mientras que el mazindol puede causar “confusión, depresión, terror nocturno, insomnio, delirios, actitudes psicóticas, pánico, entre otros”.
En este caso, se determinó que la víctima recibió una dosis superior de la debida de mazindol, por lo que comenzó a oír voces y tener un comportamiento paranoide, que culminó con el trágico desenlace.
En base a los testimonios brindados por familiares y allegados de la víctima -algunos de los cuales también eran pacientes de la imputada- y sobre las pruebas de laboratorio realizadas y la opinión de médicos legistas y personal de la ANMAT, el fiscal Herrera, solicitó el procesamiento de la médica, el cual fue apelado por la defensa. Sin embargo, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, tuvo en consideración los testimonios de los facultativos del Cuerpo Médico Forense y de la ANMAT y confirmó el procesamiento.
Ahora, el representante del Ministerio Público consideró que la instrucción estaba completa, por lo que decidió solicitar al titular del Juzgado Nacional en lo Criminal de Instrucción N°11, Luis Alberto Zelaya, la elevación a juicio de la investigación.