El fiscal General Martín Suárez Faisal realizó su alegato en el marco del juicio por trata de personas con fines de explotación sexual que se lleva a cabo en la provincia de Santa Fe. El representante del Ministerio Público solicitó diez años de prisión con cumplimiento efectivo para Mariela Alejandra Sandoval y Zunilda Guadalupe Godoy, por considerarlas autoras del delito de trata de personas con fines de explotación sexual, agravado por el abuso de la situación de vulnerabilidad de las víctimas, por la pluralidad de víctimas, por la pluralidad de partícipes, por la consumación de la explotación, y por la minoridad de dos de las víctimas. Asimismo, pidió que Martín Oscar Gómez sea condenado a cinco años de prisión efectiva por encontrarlo partícipe secundario del mismo delito.
Los tres imputados están acusados de capturar al menos a seis mujeres, dos de ellas menores de edad en ese momento, para trasladarlas y prostituirlas en otras localidades de la provincia. Llegaron a la instancia del debate oral con prisión preventiva desde que fueron detenidos en junio de 2013 mientras trasladaba a las víctimas que luego fueron rescatadas.
La primera audiencia se realizó el martes 5 de agosto, cuando declararon tres de las víctimas, quien afirmó: “Empecé a viajar porque necesitaba el dinero, tengo una hija de dos años y cuatro meses. Yo sabía por mis amigas del barrio que viajaban chicas a Puerto San Martín, entonces contacté con Mariela Sandoval y ella me pasó a buscar por lo de mi mamá. Viajábamos hasta ocho chicas por auto y cuando llegábamos nos paraban a cada una en un lugar que nos habían asignado”.
Con respecto a la modalidad de la banda indicó que todos los días las trasladaban y les cobraban doscientos pesos a cada una. "Nos llevaban y nos traían. Para coordinar los viajes, nos comunicábamos con Mariela y ella nos mandaba un auto para que nos busque. A mí me buscaban cerca de las siete de la tarde por la casa de mi mamá. Llegábamos a Puerto San Martín cerca de las 21:30 pero antes nos cambiábamos en una estación de servicios ubicada en la autopista Santa Fe-Rosario antes de bajar a Puerto San Martín. Cuando llegábamos teníamos hasta las 3 de la mañana para trabajar en la calle y si nos demorábamos más de la hora nos cobraban 50 pesos demás. El trabajo lo hacíamos principalmente con autos que circulan por el lugar, por ahí también camiones”, explicó en su testimonio.
Asimismo, describió cómo fue el momento en que fueron interceptados en la ruta: “Mariela viajaba con nosotras en el mismo auto casi todos los días, pero en esa oportunidad no estaba. Viajaban Martín o Walter como remiseros, siempre en autos de ellos que son comunes, no están pintados como taxis o remises”.
La joven señaló que vive con su madre y con su abuela, quien cobran su pensión, “pero alcanza”. Además, su ex pareja apenas le pasa dinero para mantener a la hija que tienen en común. “Por eso acepté la propuesta”, aseguró. Y agregó: “Si no iba por dos semanas o si faltaba un día porque mi hija estaba enferma, me cobraban igual”. Finalmente, admitió que tiene temor por su seguridad y la de su familia.
Otra de las víctimas que declaró ante el Juez Federal N°1 de Santa Fe, relató que se enteró del trabajo en Puerto San Martín por una amiga. Con respecto al sistema de multas, la mujer aseguró que si faltaba, los días se los cobraban igual. Otra de las reglas consistía en avisar antes de las cinco de la tarde para pagar treinta pesos. Si avisaba después de esa hora que no iba a ir a trabajar, debían pagar el pasaje entero, que en ese momento costaba doscientos pesos. Además, detalló que el horario de vuelta hacia Santa Fe era a las 3:00 los días de semana y a las 4:00 los sábados.
“El modo para ir a trabajar era así: Mariela Sandoval me mandaba un mensaje preguntándome si yo viajaba y me decía a qué hora me pasaban a buscar. Siempre pasaba un auto, no sabía cuál porque iban cambiando constantemente, al igual que de choferes porque no les pagaban muy bien entonces se quejaban y se iban. Una vez que nos buscaban, el auto nos llevaba hasta la estación de gas OIRSA donde comprábamos la provista para pasar la noche y después seguíamos viaje. Luego, nos cambiábamos en alguna estación de servicio, en aquella en la que había menos gente y menos policías, y continuábamos viaje. Una vez en Puerto San Martín, nos repartían en las paradas, que eran establecidas por Mariela. La mía era la de Ruta Nac. 11 km. 334 y La Paz, justo en la esquina. Mariela tenía tres cuadras que manejaba y en esas nos repartía a todas. Nosotras fijábamos la tarifa y arreglábamos con los clientes para ir a un hotel que estuviera cerca, hay dos hoteles en realidad. Luego regresábamos a los autos que nos traían de vuelta. Mariela, además de designar los lugares, nos traía los preservativos y nos hacía de remis en el caso de que arreglemos con algún cliente para ir a una casa. En esos casos nos cobraba el viaje”, declaró la segunda víctima.
En relación a la participación de la Zunilda Godoy, la víctima indicó que es la pareja de Mariela y que es ella es la que mandaba ya que era la dueña del negocio, mientras que Mariela era la encargada, con quien ellas coordinaban y de quien recibían órdenes. “Zunilda manejaba todo, aunque no aparecía en el lugar”, añadió.
Finalmente, ese día declaró la tercer víctima, quien coincidió con lo relatado por las otras dos mujeres y agregó: “Nuestro trabajo era de lunes a lunes. Los preservativos nos los vendía Mariela, por lo que había que pagárselos a ella”.
Con respecto a Mariela Sandoval, la joven dijo que viajaba con ella siempre ya que “trabajaba en su grupo”. Y continuó: “Yo empecé a trabajar con Mariela por intermedio de una amiga que habló con ella y un día me pasó a buscar un auto a las seis de la tarde. De las condiciones que nos ponían y de lo que había que pagar me fui enterando después”.
Finalmente, dijo que vive con su mamá junto a sus dos hermanos y su hija de un año y diez meses. “En mi casa con los ingresos que tenemos no nos alcanzan para vivir y por eso empecé a trabajar en esto”, aseguró.
El caso
La causa se inició el 14 de octubre de 2011, luego de que una mujer parara en una estación de servicio ubicada el centro de la autopista Rosario-Santa Fe, a la altura de la localidad La Rivera. Mientras su esposo cargaba nafta, ella fue al baño y en la parte de ingreso le sorprendió ver siete chicas, todas menores de edad, maquilladas, con vestimenta que las vinculaba al ejercicio de la prostitución y que contrastaba con sus cuerpos ya que tenían entre 13 y 14 años. Relató que hablaban entre ellas en un acento no propio de la zona. Luego advirtió que había una mujer que salía de los baños y que afuera había estacionado un coche marca Renault 19, de color gris metalizado. La mujer se dirigió con una de las chicas a la parte del negocio y compraron algo y luego se dirigieron al auto donde, a los empujones, hizo entrar a 7 chicas en la parte trasera, mientras que un hombre se hizo cargo del volante.
Como consecuencia, la testigo realizó la denuncia en el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la provincia de Santa Fe, lo que dio origen a la investigación. En esa línea, el 24 de junio de 2013, se logró interceptar un vehículo que transitaba por la Autopista Brigadier López, conducido por uno de los imputados. Al ser detenido, se pudo verificar que trasladaba 6 mujeres, dos de ellas menores de edad. Además, fueron secuestrados del interior del vehículo 30 preservativos y un papel con nombres de mujeres y montos expresados en números, entre otros elementos.
Finalmente, en diciembre de 2013, el titular de la Fiscalía Federal N° 2 de Santa Fe, Walter Rodríguez, solicitó la elevación a juicio oral de la causa que comenzó el 4 de agosto en la ciudad de Santa Fe.