El fiscal Ramiro González solicitó la elevación a juicio de un hombre y de su madre, ambos acusados de explotar sexualmente, con la colaboración de otros familiares, a dos adolescentes menores de edad en la Ciudad de Buenos Aires y en Rafaela, provincia de Santa Fe. La denuncia había sido presentada por una de las víctimas el 8 de agosto de 2014 ante la Comisaría N°8 de la Policía Federal Argentina, un día después de escapar del cautiverio. Los imputados permanecen detenidos desde el 3 de junio, cuando se realizó un allanamiento en el hotel porteño “Soutullo”, donde además se rescató a una de ellas.

El trabajo del equipo de la Fiscalía Nº7 en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal no es el primero de los procesos judiciales que enfrentó el clan: al expediente fueron incorporadas otras actuaciones que daban cuenta de actividades compatibles con trata de personas.

Una de las jóvenes relató en su denuncia que en diciembre de 2011, cuando tenía apenas 15 años, entabló una relación amorosa con el principal imputado. Luego de un tiempo, el acusado le comentó su intención de vivir juntos en la casa de los padres, ubicada en la ciudad de Rafaela, provincia de Santa Fe. Las propuestas continuaron hasta que ella aceptó la mudanza a comienzos de 2012.

Ya en la localidad santafesina, el acusado comenzó a explotarla sexualmente, a golpearla y amenazarla de muerte si no regresaba con dinero al finalizar la jornada. Por su parte, la mujer fue la encargada de dar los detalles en torno al precio que debía cobrarse a los "clientes”, y al hotel al que debía trasladarse para realizar los “pases”. Además, aclaró que el dinero debía ser entregado a su hijo.

La víctima subrayó además que al cabo de un año quedó embarazada, lo que no impidió que continuara su padecimiento.

Por otro lado, el fiscal consideró probado que ambos explotaron sexualmente, también con la colaboración de la familia, a otra joven menor de edad entre el 15 de abril y el 3 de junio del corriente año. La adolescente, quien sufre un retraso madurativo, habría sido captada “en circunstancias que aún se desconocen”, acogida en un hotel y obligada a ejercer la prostitución todas las noches en los barrios porteños de Flores y Constitución. Cuando los empleados del albergue le negaron el ingreso por no alcanzar los 18 años, los explotadores le habrían otorgado una identidad falsa para simular “una inexistente mayoría de edad de la menor”.

Este tramo de la pesquisa se había iniciado a raíz de una denuncia presentada ante la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), a cargo de Marcelo Colombo, por una integrante de la Asociación Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos.