20 de abril de 2024
20 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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El hecho ocurrió entre el 22 y el 23 de febrero de 2015
Tres de febrero: pidieron juicio oral por un secuestro extorsivo con abuso sexual
Tres hombres irán a juicio oral por el secuestro de una mujer en Caseros, por el que cobraron un rescate de mil pesos. Uno de ellos, además, fue imputado por el abuso sexual de la víctima. El raid delictivo y la rápida investigación de la Fiscalía Federal a través de cruces telefónicos y de Facebook.

El fiscal federal de Tres de Febrero, Paulo Starc, requirió la elevación a juicio de tres acusados del secuestro extorsivo de una mujer, quien fue interceptada en Caseros en la medianoche del 22 de febrero del año pasado. Uno de los captores luego abusó sexualmente de la víctima, hecho por el que también arribará a la instancia de debate oral y público.

El requerimiento del fiscal fue formulado ante el Juzgado Federal N°1 de San Martín. Los acusados por el secuestro extorsivo y por asociación ilícita son Maximiliano Víctor Hugo Ritondale (29 años), Germán Alberto Martínez (32) y Miguel Ricardo Gramajo (19), este último además imputado por el abuso. La acusación también comprende a Daniela Noemí Frías (29), a quien junto a Ritondale y Martínez se le imputa la portación de un arma de guerra -un revólver marca Smith & Wesson- en el momento en el que fueron detenidos por la Policía.

El raid

La mujer víctima del secuestro fue liberada horas más tarde, en la mañana del 23 de febrero, luego de que su familia pagara un rescate de mil pesos ($1000). Su periplo había comenzado la noche anterior, alrededor de las 23.45, cuando intentó bajar de su Fiat Uno en la puerta de su domicilio del partido de Tres de Febrero.

Al abrir la puerta de su vehículo, un Fíat 128 se ubicó junto a su auto y le impidió salir. Dos hombres con armas cortas la apuntaron y obligaron a pasar a la parte trasera de su vehículo y luego lo abordaron.

El hombre que se sentó en la butaca del acompañante tomó el celular de la víctima y revisó su bolso. Mientras, le preguntaba si tenía dinero o algún familiar a quien requerírselo. La mujer respondió que no a las dos preguntas.

El conductor amenazó con regresar a su domicilio. La víctima les refirió que en su casa no iban a encontrar cosas de valor, dado que había sufrido un robo hacía poco tiempo, y les sugirió que llamaran a su cuñado.

Instantes después, sonó el teléfono de la víctima. Era su hija, a quien le refirió que estaba secuestrada. “Tu mamá está secuestrada, empiecen a juntar plata, que en veinte minutos llamo de nuevo”, dijo uno de los secuestradores tras tomar el celular.

El auto luego sufrió un inconveniente técnico y, al sospechar que podía tener un dispositivo de rastreo satelital, los captores decidieron abandonarlo y pasarse al Fiat 128 que era conducido por otro hombre.

Uno de los captores intentó llamar desde el celular de la víctima al cuñado de ella para pedirle el rescate, pero la comunicación no pudo establecerse porque el celular, prepago, no tenía crédito. Fue así que los captores empezaron a recorrer kioscos para comprar una tarjeta de recarga. La adquirieron, pero no lograron cargar el crédito.

A esa altura eran las 2:14 de la mañana. El horario exacto quedó registrado en el celular del cuñado de la víctima, quien recibió un llamado desde un teléfono propiedad de uno de los captores. El secuestrador pidió entre dos mil y tres mil pesos a cambio para la liberación. Rato más tarde, el cuñado de la mujer le indicó que había podido reunir mil.

Los captores aceptaron esa suma y le indicaron que debía entregarla sobre la Ruta 8, unos 200 metros antes del Camino del Buen Ayre, en un semáforo. El hombre dejó el dinero en una bolsa de nylon, debajo de una piedra. Alrededor de las 4:00, una persona apareció a pie en el lugar, retiró el dinero y se internó en una villa denominada "Puerta 8". La Policía, que ya estaba alertada, vio la escena, pero no intervino porque la víctima permanecía privada de su libertad. La Fiscalía a esa altura había ordenado también las medidas para investigar el teléfono celular desde el que los captores habían llamado al cuñado de la víctima.

Entretanto, la mujer secuestrada había quedó en el interior del Fiat 128, que fue conducido al interior de una villa. Todos los captores habían descendido del vehículo y ella quedó sola durante al menos una hora, hasta que, en esa situación, fue abusada sexualmente.

Tras el pago del rescate, la víctima fue liberada a dos cuadras de la avenida Márquez, en la localidad de Loma Hermosa, poco después de las 4:00. Se dirigió a la primera casa que vio iluminada. Un hombre la ayudó y llamó al servicio de emergencias 911. Eran las 4:30.

La Policía arribó al lugar minutos después. La mujer fue asistida y desde el primer momento denunció el abuso sexual, por lo cual se pudo obtener de su cuerpo una muestra del semen del agresor y determinar su perfil genético.

Descubiertos por Facebook

La comunicación desde el teléfono celular de uno de los captores al teléfono del cuñado de la víctima fue la punta del ovillo de la investigación realizada por el fiscal Starc y sus colaboradores. Determinaron con qué otros teléfonos se había comunicado. Uno de esos números estaba registrado en un domicilio de la Villa Mitre, justo a la vuelta del lugar donde fueron hallados los autos de la víctima y el utilizado por los secuestradores, que había sido hurtado días antes.

Esa línea con la que uno de los captores habían tenido contacto permitió llevar a otros teléfonos, entre ellos el de Ritondale, que fue individualizado mediante escuchas.

El teléfono que permitió abrirse paso en la red de contactos de la banda estaba asociada a un perfil de Facebook, que permitió a su vez identificar a otros perfiles cuyos teléfonos habían tenido contacto con el celular utilizado en la madrugada del 23 de febrero.

En pocos días, con esos elementos se logró la interceptación de llamadas realizadas por otros abonados y se supo que se trataba de una banda que planeaba cometer otros crímenes. Con esa información y las averiguaciones encubiertas realizadas en los barrios por la Policía se llegó a individualizar a Martínez y luego a Gramajo. Este último permaneció prófugo más tiempo que el resto.

El 9 de marzo, fueron detenidos Ritondale, Martínez y Daniela Farías, cuando habían acordado reunirse para cometer un delito. Fue en ese contexto que la Policía halló el arma de guerra.

Tras la detención, la víctima pudo reconocer a Ritondale y a Martínez en ruedas de personas. El perfil genético obtenido en la muestra de semen fue determinante para individualizar al restante acusado.