El juez Federico Salvá, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº28, realizó esta semana el cómputo de pena para Hernán Prola, condenado en 2012 por ser el jefe de una asociación ilícita que se dedicaba a robar autos y a realizar secuestros extorsivos. El magistrado consideró que debía cumplir una pena única de 25 años de prisión, cuyo vencimiento será en 2036. La decisión está en línea con lo que había planteado el fiscal Fernando Fiszer, a cargo de la Fiscalía General Nº16 ante los Tribunales Orales Criminales y Correccionales.
De acuerdo al cómputo realizado por el Tribunal, Prola estuvo detenido desde el 13 de julio de 2011 hasta el 26 de octubre de 2012, momento en el cual se fugó mientras lo trasladaban al Hospital Durand desde el Complejo Penitenciario de Marcos Paz. Fue recapturado un mes después y permanece preso desde ese momento.
Si bien el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº16 lo había condenado a 27 años de prisión en 2012 con una pena única de 30 años por los robos y los secuestros extorsivos, la Cámara Federal de Casación Penal modificó cómo concursaban los delitos y envió a sorteo la causa para que sea otro Tribunal el que fije las penas para los acusados.
Así es como intervino el Tribunal Oral en lo Criminal Nº28, que estableció que Prola fuera condenado a 24 años de prisión por los delitos de “robo agravado por su comisión con arma de fuego en concurso ideal con secuestro extorsivo agravado por la intervención de tres o mas personas; en concurso real con robo agravado por su comisión con arma de fuego cuya aptitud para el disparo no pudo tenerse por acreditada, en concurso ideal con secuestro extorsivo agravado por la intervención de tres o mas personas y por haberse logrado el fin propuesto; en concurso real con robo agravado por su comisión con arma, en concurso ideal con secuestro extorsivo agravado por la intervención de tres o mas personas y por haberse logrado el fin propuesto, cometido en forma reiterada; en concurso real con asociación ilícita en carácter de Jefe u Organizador”.
Como ya tenía una condena del Tribunal Oral Federal Nº6, ordenó la unificación de ambas y estableció una pena única de 25 años de prisión. En base a ellos y luego de un dictamen de la Fiscalía, el juez Salva determinó que le restan cumplir aún 18 años y cinco meses, por lo que el vencimiento de la pena será el 29 de julio de 2036
El caso
En un juicio extenso, se pudo probar el funcionamiento de la asociación ilícita que actuó, por lo menos, entre marzo de 2011 y julio de ese año. Junto con Prola actuaban Silvestre More (que se encargaba de amedrentar a la víctimas); José Ernesto Peranzoni, quien se ocupaba de “reducir y ubicar” los autos robados; y Gastón Pietrafesa, el encargado de guardar las armas o “herramientas”, como les decían.
Además, se probaron tres hechos ocurridos dentro de la Ciudad de Buenos Aires. El primero sucedió el 30 de marzo de 2011, cerca de las dos de la mañana, cuando interceptaron en Avenida Lugones y Sarmiento a un auto marca Volkswagen modelo Suran donde viajaban dos policías federales.
Los golpearon y les exigieron que entreguen todo el dinero que tuvieran, al igual que el resto de sus pertenencias. Después de varias vueltas (y de apuntarles en reiteradas ocasiones), los liberaron cerca de Puente La Noria. Según se estableció, a los dos policías les robaron dos armas, un reloj, un teléfono, una cadena de oro y hasta la credencial de portación, tenencia y legítimo usuario.
El segundo hecho ocurrió en una estación de servicio ubicada sobre la Avenida General Paz, a la altura de la Avenida de los Constituyentes. Aproximadamente a las dos de la mañana, interceptaron a dos personas en el estacionamiento. Luego de subirlos al auto, les sacaron sus billeteras y celulares y los llevaron a un cajero donde una de las víctimas retiró algo de dinero. Después, fueron hacia la casa de uno de los damnificados para conseguir más dinero. La otra persona se quedó en el auto. Al ver que demoraba, los ladrones arrancaron el auto para irse, lo que hizo que la joven que estaba dentro se tirara del vehículo en movimiento.
El tercer episodio es de un día después e involucró a dos hermanos. El primero fue interceptado cerca de la 01:30 de la mañana, en la Avenida Costanera a la altura de Aeroparque y fue subido a su vehículo. Allí, lo golpearon y lo amenazaron. La víctima les dijo que tenía algo de dinero en su local, ubicado en el barrio de Recoleta. Fueron hasta allí pero los ladrones no quedaron conformes. Se dirigieron entonces hacia la autopista Panamericana y ante el pedido de más dinero, lo obligaron a llamar a su hermano. Éste terminó también secuestrado cuando se acercó a dar unos cinco mil pesos que su familiar le había requerido para “solucionar un inconveniente” con el auto. Cerca de las 05:30 y luego de haber intentado robar dentro de la casa de una de las víctimas, se llevaron los autos de los dos y los liberaron en la intersección de Panamericana y Av. San Martín.