La primera de ellas fue organizada conjuntamente con ATAJO a partir de una invitación de la Dirección de Proyectos Especiales de la Secretaría de Educación de la Municipalidad de Avellaneda. Se realizó el martes 30 de mayo en el Teatro Roma de dicha localidad y estuvo a cargo de Romina Pzellinsky y Laura Duarte. Participaron 50 personas entre docentes, personal directivo de instituciones educativas de nivel inicial y primario (en su mayoría de instituciones municipales) y estudiantes de los profesorados del Pio XII (Ciencias Políticas y Ciencias Naturales).

Por otra parte, el jueves 1° de junio, Laura Duarte, Rodrigo Castro y Gustavo Beade organizaron el taller “¿Cómo incorporar la perspectiva de género en el trabajo cotidiano?” en el marco de las V Jornadas Académicas 2017: “Escuelas posibles que parecen imposibles" sobre Educación Sexual Integral, dirigido a estudiantes y profesoras/es del profesorado para maestras/os de nivel primario y nivel inicial del ENS Nº1.

Finalmente, el viernes 2 de junio, Romina Pzellinsky y Laura Duarte brindaron un taller de capacitación a docentes en la Escuela Técnica N°9 D.E.7 "Ing. Luis A. Huergo" en el barrio de Caballito. Este taller surge como una continuidad de aquellos llevados a cabo durante el mes de mayo en la misma institución con alumnas/os de cuarto año.

El objetivo de los encuentros fue repensar el rol de la escuela como instancia fundamental en la deconstrucción de los estereotipos y roles de género históricamente arraigados en una lógica binaria y patriarcal. Durante las actividades se presentaron y se conceptualizaron las nociones de sexo, género, estereotipos, roles e identidad de género y se discutió sobre el rol que tienen las instituciones, particularmente las educativas, en los procesos de socialización.

Luego, en una segunda etapa, se trabajó bajo la modalidad de taller en la que divididos en grupos, las/los participantes pensaron cómo se reproducen los estereotipos en la escuela y qué estrategias y acciones concretas encuentran para removerlos. Se compartieron experiencias personales y profesionales y se destacó la importancia de transversalizar la perspectiva de género en las prácticas educativas y la necesidad de transformar ciertas estructuras basadas en criterios tradicionales incorporados desde la infancia que aparecen naturalizados.

Finalmente, se hizo un particular hincapié en el uso del lenguaje dentro de las instituciones educativas y se reflexionó críticamente sobre el modo en que las instituciones apelan a un tipo de lenguaje supuestamente “neutral” para comunicarse con padres, madres y alumnas/os.

Estas actividades forman parte del ciclo de formación comunitaria que lleva adelante la Dirección de Género con el objeto de contribuir a la prevención de la violencia.