La titular de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°39, María Paula Asaro, y su colega Mariela Labozzetta, responsable de la Unidad Fiscal Especializada en Violencia contra las Mujeres (UFEM), requirieron la elevación a juicio de la investigación seguida contra Fernando José Villanueva, por amenazar y golpear a su mujer en reiteradas oportunidades, una de las cuales culminó con la hospitalización de la víctima a causa de una lesión cerebral.
Tras un breve noviazgo, la víctima y Villanueva se casaron el 22 de diciembre de 2015, tras lo cual fueron a convivir a la casa donde el imputado vivía junto a su pequeño hijo, en el barrio porteño de Villa Luro. Durante los primeros meses, Villanueva comenzó a discutir con amigos y familiares de la víctima y, poco a poco, la fue aislando de ellos. Asimismo, controlaba los perfiles en redes sociales de su mujer y le revisaba los programas de mensajería instantánea de su celular. Tal era el grado de control, que el hombre comenzó a responder algunos mensajes, simulando ser su esposa.
Los episodios de violencia comenzaron a ser más frecuentes. Primero el hombre se dañaba a sí mismo al tiempo que amenazaba a su mujer con “saltar de la ventana para que ella viese cómo se moría y para que sufriera el trauma de ese episodio toda su vida”. El imputado también se ofuscaba con su pequeño hijo y con su propia madre y hermana, al extremo de que la víctima evitó que el hombre las lesionara en una oportunidad.
El acusado controlaba los perfiles en redes sociales de su mujer y le revisaba los programas de mensajería instantánea de su celular. Tal era el grado de control, que comenzó a responder algunos mensajes simulando ser su esposa.
Las agresiones de Villanueva se fueron incrementando con el correr del tiempo, pasando de la violencia verbal y emocional a la física. El 10 de abril de 2017, amenazó a su mujer con cortarle la cabeza y matarla. El audio del ataque fue grabado por la víctima. Tras ello, unos días antes del 26 de abril, el hombre tomó un arma de aire comprimido y le apuntó entre los ojos a la víctima, mientras le decía que la "dejaría ciega para que no viese a más nadie, para que no sirviera más y para que dependiese de él”. Sin embargo, la mujer pudo detener la agresión tras lo cual el imputado amenazó con autolesionarse nuevamente “para que su esposa tuviera que cuidarlo de por vida”.
También por esa fecha, Villanueva habría golpeado a su pareja en dos oportunidades, lo que le ocasionó hematomas en sus brazos. El 28 de abril de 2017, el imputado y su mujer se encontraron a cenar en un boliche del barrio porteño de Palermo. Allí, el hombre habría intentado agredirla sin éxito dado que la víctima logró defenderse. Cuando volvieron al departamento, ya en la madrugada del 29 de abril, Villanueva comenzó una nueva discusión por las supuestas infidelidades de la mujer y, en un momento en que ésta quedó de espaldas, le propinó un golpe seco en la nuca. Ello fue presenciado por el hijo del imputado, que comenzó a llorar, por lo que la mujer decidió llevarlo a su cuarto.
Las agresiones de Villanueva se fueron incrementando con el correr del tiempo, pasando de la violencia verbal y emocional a la física.
Cuando la víctima volvió, se sentó en la cama y Villanueva comenzó a pegarle en los brazos y el estómago, hasta que la mujer le pidió que parase porque se iba a desmayar, ante lo cual el hombre cedió y le fue a preparar un jugo y bombones, para luego llamar a su hijo para que “hablaran en familia”.
A raíz del golpe en la cabeza, la mujer pasó varios días en cama. Si bien sus familiares intentaban hablar con ella, Villanueva mediaba y decía que no los podía atender porque dormía. Finalmente, el hermano de la mujer increpó al imputado y logró que llamase a un médico, quien la atendió e indicó que la mujer estaba sedada y que al día siguiente debía mejorar.
Sin embargo, el 1° de mayo, tras hablar con su hermana y notar que balbuceaba, el hermano de la mujer, como así también otros familiares, volvieron a insistirle a Villanueva con que llamara a un doctor. Finalmente, la médica concurrió a la vivienda y dispuso el traslado de la mujer a una clínica privada, donde determinaron que presentaba una lesión hemorrágica en el cerebro, cuyo origen habría sido traumático.
En base a las pruebas y testimonios colectados en la investigación, las fiscales Asaro y Labozzetta consideraron que “el comportamiento violento de Villanueva comenzó en los meses de noviembre y diciembre de 2016, primero como agresiones verbales para luego dar lugar a la violencia física y a las amenazas mediante el uso de un rifle de aire comprimido”. Asimismo, señalaron que el hecho de que el imputado haya accedido ilegítimamente al perfil de la red social Facebook de su víctima –lo que configuraría un delito de acción privada- “configura, en el contexto que aquí se analiza, un mecanismo de control configurativo de violencia psicológica contra la mujer”.
Por todo ello, las representantes del Ministerio Público Fiscal le requirieron al responsable del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°17, Roberto Ponce, que Villanueva fuera sometido a juicio oral en orden a los delitos de amenazas simples, amenazas coactivas agravadas por el uso de armas, lesiones leves agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género (dos hechos) y lesiones graves agravadas por el vínculo y por mediar violencia de género.