El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº4 de la Capital Federal absolvió esta tarde al ex comisario Luis Abelardo Patti, quien fue acusado por la fiscalía por el encubrimiento de un militar que estuvo prófugo un año, entre 2002 y 2003, cuando el imputado era intendente de Escobar.
Los jueces Leopoldo Oscar Bruglia, Nestor Guillermo Costabel y Pablo Daniel Bertuzzi dieron a conocer esta tarde el veredicto, pocas horas después de que el fiscal Fernado Arrigo solicitara la pena de cinco años de prisión para el ex policía.
El tribunal pospuso la publicidad de los fundamentos para el lunes 29 de julio a las 18.00, cuando el Poder Judicial retome la actividad tras la feria de invierno.
En la resolución, los magistrados también decidieron "poner a disposición" del fiscal "las constancias de la presente causa que considere conducente para que, de estimarlo pertinente promueva autónomamente la denuncia por el delito de acción pública al que hiciera referencia en su alegato". Ese punto del dispositivo tiene relación con la petición de Arrigo para que se remitan al juez de primera instancia las constancias de la causa que dan cuenta de la posible comisión de delitos por parte del personal policial que realizaba las escuchas telefónicas que permitieron llevar a juicio a Patti, "por cuanto se omitieron incluir en las transcripciones de las conversaciones pasajes esenciales para la investigación de la presente causa", indicó hoy más temprano el fiscal en la acusación.
La acusación
El alegato del fiscal, inicialmente previsto para el viernes pasado, comenzó esta mañana. En su exposición ante los jueces, Arrigo consideró acreditado que Patti ayudó a evadirse del Poder Judicial al ex coronel Jorge Horacio Granada, quien fue detenido el 25 de julio de 2003, pocas horas después de hablar con Patti telefónicamente. Justamente, las pruebas más importantes que ponderó el fiscal en su alegato son las desgrabaciones de escuchas telefónicas que se venían realizando entonces en procura de dar con el paradero del prófugo.
Granada era buscado desde el 8 de julio de 2002 en la causa que investigaba el secuestro y desaparición de los militantes montoneros durante la denominada "Contraofensiva".
Arrigo aseguró en su alegato que "la acción de Luis Abelardo Patti para ayudar a Granada es justamente haberlo acercado a Granada con una persona –que no se pudo identificar- que con capacidad suficiente lo mantendrían al tanto si lo fueran a detener, a fin de mantenerse fuera del alcance de la justicia". Y agregó que Patti también ayudó al prófugo "dándole dinero en forma periódica".
En la conversación que comprometió a Patti con el encubrimiento, ocurrida el mismo día de su detención, Granada le cuenta que el día anterior había logrado escapar de la policía, pero que otro prófugo que estaba junto a él, Jorge Arias Duval -a quien no menciona por el nombre-, había sido capturado. El episodio había ocurrido en un bar.
- Pero entonces no cumplió el hombre... ¿o sí?- inquiere Patti, dando a entender que había una persona vinculada a las fuerzas de seguridad que garantizaría la evasión del prófugo. "No era del lugar nuestro el hombre, era de otro lado...", le contesta en clave Granada, sobre el área de revista de los efectivos que intervinieron en aquél operativo. Incluso, le dice a Patti: "Era de Antiterrorismo o una cosa así", en supuesta referencia a la Unidad de Investigaciones Antiterroristas de la Policía Federal.
El ex comisario le informó que en ese momento estaba en Mar del Plata y que, cuando volviera, iba a volver a comunicarse.
- No sé si te llamo a tu casa o te veo directamente para evitar el teléfono- le contesta Granada.
- Sí, sí, yo te llamo- replica Patti.
Granada agrega que no quiere comprometerlo, dado que Patti hasta el momento había sorteado las imputaciones por crímenes de lesa humanidad: "Claro, yo sé que es un tema que vos... que estás muy bien con el tema de derechos humanos, todo bien, por eso yo no quiero comprometerte ni nada, en absoluto... Yo solamente te quería saludar..."
Y del otro lado, Patti fue nuevamente lacónico: "Yo te llamo".
- Bueno, listo.
- Un abrazo- se despidió el ex comisario.
- Un abrazo, hasta luego- se esperanzó el prófugo.
En la causa quedó acreditado que Patti y Granada tenían relación personal desde la década del '80. Cuando Patti llegó a la Municipalidad de Escobar, el ex militar concurría a visitarlo en su carácter de miembro de la Asociación Civil Los Naranjos, con sede en aquella ciudad bonaerense.
Pero el fiscal señaló que ambos no tenían "una amistad de un nivel de intensidad como para desplazar la culpabilidad", es decir, que pudiera convertirse en una de las excepciones previstas en el tipo penal del encubrimiento. En efecto, Arrigo consideró que el móvil del encubrimiento fue que Patti consideraba que había sobre Granada una "persecución política". En ese sentido, el representante del Ministerio Público estimó que "una acción en esta forma de ver el accionar de la Justicia no puede verse beneficiada en que el Estado reconozca una causal de inculpabilidad. Pues si así lo hiciera sería premiar la comunidad de los delincuentes y las asociaciones criminales".
El fiscal Arrigo consideró en su alegato que la comunicación telefónica entre el ex comisario y el entonces prófugo da cuenta de que "Patti sabía detalladamente la situación procesal de Granada y la imputación que recaía sobre este", lo cual es importante como prueba del encubrimiento.
También ponderó una comunicación del 26 de julio de 2003, el día siguiente de la detención de Granada, en la que la esposa de este habla con su cuñado (hermano del detenido), quien le insiste en que le pida a "Luis" que interceda para que no lo trasladen al complejo penitenciario de Marcos Paz. La insistencia del hermano de Granada consistía en que aparentemente Patti "ya había hablado con 'el Ministro' -en otra oportunidad- y le habían garantizado justamente que le avisarían a Granada si lo fueran a detener", dijo el fiscal, citando las comunicaciones telefónicas.
Dos condenados
Años después de aquella fuga frustrada, Patti y Granada fueron condenados en diferentes juicios por crímenes de lesa humanidad. El militar recibió prisión perpetua el año pasado por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Bahía Blanca, por crímenes en el ámbito del V Cuerpo del Ejército.
Un año antes, en 2011, el propio Patti fue condenado a la misma pena por el TOCF N°1 de San Martín, por delitos durante la época del terrorismo de Estado en la zona norte del Conurbano.