28 de abril de 2024
28 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
Menu
Requerimiento del fiscal federal Santiago Ulpiano Martínez y la PROCUNAR
Bahía Blanca: piden elevar a juicio la investigación contra cuatro imputados por el contrabando de casi 200 kilos de cocaína
La droga había sido hallada por la Prefectura entre junio y julio pasado dentro de bolsos que flotaban en la ría de acceso al puerto de esa ciudad. La fiscalía consideró que iban a ser cargados en un buque de navegación transocéanica para su comercialización fuera del país.  

El fiscal federal subrogante de la Fiscalía Federal de Primera Instancia N°1 de Bahía Blanca, Santiago Ulpiano Martínez, y la auxiliar fiscal de la Procuraduría de Narcocriminalidad (PROCUNAR), Patricia Cisnero, solicitaron anteayer la elevación a juicio de la causa seguida a tres hombres y una mujer considerados coautores del delito de contrabando de exportación calificado, por tratarse de estupefacientes, de un cargamento de 196,36 kilos de clorhidrato de cocaína, destinado para su comercialización fuera del territorio nacional. La droga -con un 80 por ciento de pureza- había sido encontrada en seis bolsos que flotaban en la ría del Puerto de Bahía Blanca y otro que apareció en una orilla, luego del hallazgo de un bote semirrígido abandonado a la deriva en la misma zona.

Las personas acusadas son Emiliano Maximiliano Peralta, Emilio Juan Ángel Villalba Cabrera, Lilian Noemí Jara Cabrera e Ignacio Rolando Orué, individualizados a lo largo de la pesquisa, que comenzó con la búsqueda de la titularidad de la embarcación y luego fue uniendo puntos que permitieron la identificación de quienes fueron sometidos al proceso.

La fiscalía consideró acreditado en la acusación que en la maniobra -cuyo motivo de frustración se desconoce- existió intención de “burlar el control aduanero” y establecieron que, debido a las características del accionar delictivo, el hecho encuadra dentro la figura de contrabando agravado.

Hechos

El caso tuvo su inicio con el hallazgo por parte de la Prefectura Naval de un bote semirrígido identificado como “Al I Lafken II”, abandonado y a la deriva el 27 de junio pasado en el canal de acceso a la terminal portuaria de Bahía Blanca. “Estaba sin ocupantes, con los pontones laterales desinflados, la llave de arranque colocada, una caja con elementos de pesca, chalecos salvavidas y tanques con combustible prácticamente llenos”, según surge del expediente.

La cocaína fue hallada en tres momentos diferentes: la primera parte fue encontrada en proximidades de la boya 21 de la ría de acceso al Puerto de Bahía Blanca dentro de cinco bolsos que flotaban sobre el espejo de agua.

También se encontraron sogas y cabos que, tras ser extendidos, adquirirían la forma de una especie de “canasta” que podría permitir la superposición de bolsos para la realización de un “izado” a bordo de una embarcación.

La fiscalía recordó que la cocaína fue hallada en tres momentos diferentes: la primera parte fue encontrada tres días después que el bote, el 30 de junio, en proximidades de la boya 21 de la ría de acceso al Puerto de esa ciudad, dentro de cinco bolsos que flotaban sobre el espejo de agua.

La segunda parte fue encontrada al día siguiente en un bolso que flotaba en el mar en la misma ría. La sustancia estupefaciente hallada en los seis bolsos arrojó un peso total de 170,290 kilogramos.

Por último, el 18 de julio, en la playa cercana a la Base de Infantería de Marina Baterías se encontró la tercera parte en un séptimo y último bolso, que yacía semienterrado en la arena. Al verificar su contenido, se encontraron 25 panes de clorhidrato de cocaína, cuyo peso arrojó una cantidad ligeramente superior a los 26 kilogramos.

Según consta en el expediente, la droga incautada estaba acondicionada de forma compacta en paquetes rectangulares (entre 25 y 26 por cada bulto), estancos, herméticos y sujetos con sogas. En los panes de droga lucía grabada en bajo relieve la leyenda “PATRON”.

La fiscalía precisó que el 30 de junio, antes del hallazgo del primer bolso con la droga, en la zona conocida como “El Vertedero”, sobre la costa del canal de acceso al puerto de Ingeniero White, personal de la Prefectura Bahía Blanca había hallado una factura emitida el 23 de junio por una firma ligada a una estación de combustible con alojamiento para viajantes ubicada en Coronel Pringles, provincia de Buenos Aires.

Añadió que ese documento figuraba emitido a nombre de Emilio Juan Ángel Villalba Cabrera y refería al alquiler de una habitación cuádruple para la noche del 22 de junio. Se constató que Orué se alojó en el cuarto continuo. Más tarde, se accedió al registro de pasajeros del hotel, donde se corroboraron los nombres de quienes efectivamente se alojaron.

Explicó también que se obtuvo el registro de titularidad de la embarcación secuestrada y que estaba en marcha un trámite de transferencia de la nave. De allí surgió el nombre de Aureliano Villalba Cabrera, quien se encuentra prófugo.

En la zona conocida como “El Vertedero” personal de la Prefectura Bahía Blanca encontró una factura emitida días antes del hallazgo de la droga por una estación de servicio con alojamiento para viajantes ubicada en Coronel Pringles, que permitió ir tras los imputados, quienes habían pernoctado en el lugar.

La fiscalía expresó que la hipótesis criminal es que el cargamento era parte de una maniobra de mayor envergadura de ingreso/egreso de clorhidrato de cocaína de la Argentina desde/hacia el exterior, a través de un buque de gran porte que en una fecha cercana estuvo y/o transitó cerca del puerto local, y que aún no fue individualizado.

De acuerdo con lo indicado por la fiscalía, el análisis del rastreador satelital (GPS) del semirrígido permitió establecer que antes de su hallazgo la droga había sido trasladada hacia Coronel Pringles, Punta Alta, Villa del Mar (Coronel Rosales), Ingeniero White y Bahía Blanca.

Según las tareas de inteligencia criminal desarrolladas por personal de la Prefectura Naval y la declaración de testigos, el bote había sido trasladado antes de su abandono a Villa del Mar -zona aledaña al puerto local- en un tráiler sujeto a una camioneta marca Ford Ranger 4x4, cuya titularidad estaba a nombre de Peralta.

En la pieza acusatoria, la fiscalía refirió que pudo determinar que Lilian Jara Cabrera detentó un rol activo en las tareas logísticas que demandó la actividad emprendida por la estructura criminal. “Intervino en gestiones tendientes a dotar de vehículos, teléfonos móviles y recursos humanos a la organización, como ocurrió con otro de los acusados, con quien mantenía una relación amorosa”, señaló la fiscalía.

Agregó que, a partir de la información colectada, se realizaron intervenciones telefónicas y de casillas de correo electrónico de quienes figuraban como titulares del semirrígido y de la camioneta y de la persona que se había alojado en el hotel.

La fiscalía refirió que, a partir del análisis de esa información, pudo determinar que la intención de Orué, Peralta, Villalba Cabrera y Jara Cabrera era “exportar los estupefacientes a través de un buque apto para una travesía prolongada, posiblemente transoceánica, pues de lo contrario no se justificaría que se hayan movilizado hacia una terminal portuaria que ciertamente está muy distante de su lugar de residencia” en Florencio Varela, provincia de Buenos Aires.

En esa línea, en el requerimiento de elevación a juicio se indicó que se desconocen las causas por las que fracasó aquél objetivo, aunque la fiscalía estimó que esto se debió “a cuestiones accidentales ajenas” a los acusados, por lo cual concluyó que la conducta se había consumado.

La fiscalía refirió que esta hipótesis fue abonada también por el Departamento Narcotráfico de la Dirección General de Aduana.