La procuradora general de la Nación, Alejandra Gils Carbó, recibió ayer por la mañana al ex presidente del Tribunale de Bologna, ex procurador de Milán y especialista en temas de delitos económicos y derechos humanos, Francesco Maisto; y a la ex juez de la Cámara de Apelaciones de Milán y experta en casos de corrupción Anna Conforti. Maisto además formó parte de las investigaciones vinculadas a la causa "Tangentopoli" (en italiano, "tangente" significa "soborno"), iniciada en 1992 tras la detención del dirigente socialista Mario Chiesa mientras recibía un pago millonario por la concesión de una obra pública. Ese caso derivó en una investigación sobre una gran red de corrupción, conocida como "Mani pulite". En tanto, Conforti recordó su trabajo en delitos de violencia de género, sobre todo en el caso que tuvo por protagonista a un ex catedrático mexicano, como en la sentencia por estrago doloso en hechos ocurridos durante la década del ’70, que tuvieron implicancias con abusos del Estado y los servicios de inteligencia.
Fueron parte del encuentro, la fiscal general ante los tribunales orales en lo criminal Mónica Cuñarro; el fiscal general ante la Cámara de Casación Penal Javier De Luca; el fiscal general a cargo de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, Jorge Auat; la fiscal titular de la Unidad Fiscal de Ejecución Penal, Guillermina García Padín; el cotitular de la Unidad Fiscal AMIA Santiago Eyherabide; la fiscal a cargo de la Dirección General de Investigaciones y Apoyo Tecnológico a la Investigación Penal (DATIP), Cristina Caamaño; la responsable de la Secretaría de Coordinación de la Procuración General de la Nación y titular de la Unidad Fiscal Especializada de Violencia contra las Mujeres, Mariela Labozzetta; la fiscal Josefina Minatta, y el coordinador de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin), José Nebbia. Además, fueron invitados representantes de ATAJO y de la Procuraduría de Investigaciones Administrativas.
La titular del Ministerio Público repasó los principales ejes de la política criminal de la Procuración General de la Nación y detalló el rol de las procuradurías especializadas en la investigación de la criminalidad organizada. Junto al ex juez italiano, Gils Carbó hizo hincapié en el trabajo de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin) en los casos de violaciones a los derechos humanos de las personas privadas de la libertad.
Maisto -quien participó en Italia de la redacción de la “legge gozzini”, sancionada para evitar torturas carcelarias a partir de las visitas a las cárceles- analizó los desafíos en la aplicación del derecho penal y puntualizó en la necesidad de orientar los recursos de los servicios de justicia hacia los eslabones más altos de las organizaciones criminales. Puntualmente, recordó su trabajo en materia de narcocriminalidad, en el que se hizo foco en los grandes traficantes y no en los "pequeños dealers".
El otro eje del encuentro fueron los mecanismos de cooperación internacional para la persecución penal inteligente de las organizaciones criminales trasnacionales. Gils Carbó y Maisto coincidieron en la importancia de la articulación de los poderes judiciales y ministerios públicos en materia de narcocriminalidad, corrupción, trata de personas y las actividades económicas ilegales que buscan insertar en el mercado legal los producidos por esas bandas. El ex magistrado destacó además los mecanismos de trabajo conjunto entre los ministerios públicos de la región y refirió diversos ejemplos de investigaciones de redes delictivas trasnacionales que operaban en Europa y América Latina.