El nuevo fiscal general fue designado a través del decreto del Poder Ejecutivo Nacional N°792/2016, luego de participar en los concursos correspondientes, la elevación de las ternas por parte del propio PEN al Senado y el acuerdo de la cámara alta.
En mayo de 2013, Gils Carbó aprobó un nuevo reglamento con el objetivo de adecuar el procedimiento de concursos públicos de oposición y antecedentes a la “búsqueda de un nuevo perfil de fiscal, más ágil, menos burocratizado, más creativo y eficiente; apto para intervenir en procesos cada vez más orales, pero también más complejos jurídica y técnicamente”.
Además, le imprime mayor celeridad al procedimiento, que con el régimen anterior demoraban un promedio de dos años. De esta manera, los procesos de selección de fiscales impulsados y concluidos por la gestión de Gils Carbó se concretaron en menos de un año desde el cierre de la inscripción, logrando un sistema más eficaz, rápido y transparente.