Más de 50 integrantes del Ministerio Público Fiscal participaron de las jornadas “Introducción al Lenguaje Claro” organizadas por la Dirección de Comunicación Institucional (DCI) y la Dirección General de Capacitación y Escuela (DGCE), con los objetivos de brindar herramientas teóricas y prácticas para mejorar la claridad de los textos producidos en el ámbito institucional y de reflexionar sobre la importancia de la comunicación entre la justicia y la ciudadanía.

La actividad, con una carga horaria de cuatro horas, se realizó entre el martes y el miércoles pasados en el salón auditorio de la Procuración General de la Nación, ubicado en Teniente General Perón 667, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de la titular de la DCI, Julia Kenny, y del secretario de Coordinación Institucional de la Procuración General de la Nación, Juan Manuel Olima Espel.

Ambos destacaron que esta iniciativa se enmarca en la Resolución PGN Nº38/25, dictada por el procurador general interino, Eduardo Casal, el 12 de septiembre pasado, mediante la cual se implementó el Programa de Lenguaje Claro en el MPF. “Le da otro impulso a lo que ya se venía trabajando”, coincidieron.

Olima Espel dijo que, si bien la resolución tiene dos meses, las distintas áreas de la Procuración General de la Nación están trabajando hace mucho en su implementación. “Desde la Procuración buscamos que los dictámenes sean más claros sin que pierdan el tecnicismo y la especificidad”, sostuvo.

En la misma línea, Kenny subrayó que “la comunicación clara contribuye al acceso a la información y a la transparencia”, y anunció que la DCI ofrecerá talleres presenciales en dependencias especializadas, oficinas y fiscalías del MPF, para abordar aspectos prácticos y específicos del lenguaje tanto escrito como oral.

En ese sentido, resaltó que la oralidad plena es una de las principales características del sistema acusatorio, que ya se implementó en más de la mitad del país y por ello es un aspecto a considerar.

Apertura de la capacitación “Introducción al Lenguaje Claro” en la sede de la Procuración General de la Nación. Foto: M. Pellón

“Nos interesa poner en la práctica el lenguaje claro. La comunicación clara se visibiliza y manifiesta en un montón de actividades, desde la atención al público hasta en los escritos -organización de la información, estructura en los textos, por ejemplo-. No sólo lenguaje claro en sus formas lingüísticas sino como algo integral”, precisó.

Asimismo, Kenny resaltó la importancia de pensar en el destinatario, a quiénes van dirigidos los mensajes, y recordó que los y las integrantes del MPF ya cuentan con un canal de contacto directo vía correo electrónico, a través del cual quienes lo requieran pueden realizar consultas y evacuar dudas sobre esta temática.

Recorrido histórico del lenguaje claro

A continuación, el subdirector general del departamento de la Seguridad Social de la Dirección de Recursos Humanos del MPF y doctor en letras de la Universidad de Buenos Aires, Diego Vila, realizó un recorrido histórico del lenguaje claro.

Respecto al lenguaje jurídico, destacó que en 2002, en España, se aprobó la Carta de derechos de los ciudadanos ante la justicia, como consecuencia del Pacto de Estado para la Reforma de la Justicia de 2001, que reconoció el derecho de toda persona a que el lenguaje jurídico le resulte comprensible, aunque no conozca de derecho.

En ese sentido, Vila recordó que desde 2013 la DGCE brinda cursos de lenguaje democrático y claro, y celebró la resolución del procurador. Así, resaltó la importancia “del derecho a comprender y el imperativo de la transparencia”, dado que la gestión pública debe ser visible y accesible para el escrutinio de la sociedad.

“Un escrito que no resulta comprensible no es ejemplo de lectura llana. Es necesario tener presente al destinatario porque impacta sobre el mensaje que se quiere dar, no tener miedo a escribir claro”, concluyó.

Olima Espel intervino y agregó que el multidestinatario es un gran problema en el lenguaje jurídico. “Los legisladores deberían tener especificidad técnica para limitar las explicaciones, ser estrictos y claros”, puntualizó. Y agregó: “El lenguaje claro es parte de una cultura”.

Hubo más de 50 asistentes en la capacitación sobre “Introducción al Lenguaje Claro”, en la sede de la PGN. Foto: M. Pellón

Más tarde, la coordinadora académica del Observatorio de Lenguaje Claro de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA), Mariana Bozetti, quien además se desempeña en la DGCE del MPF, abordó la comunicación en el ámbito jurídico.

En ese sentido, recomendó “no subestimar a las personas destinatarias y encontrar el equilibrio entre la precisión técnica y la comprensión de la ciudadanía”, así como los recursos para capacitar de forma continua y evaluar la recepción de las propuestas.

Entre las estrategias sugeridas, Bozetti mencionó la incorporación de párrafos explicativos en sentencias, documentos complementarios en formato de preguntas y respuestas que reformulen el contenido, y la elaboración de glosarios independientes sobre términos de uso frecuente en la institución.

Claridad en los mensajes

La jornada del miércoles comenzó con la exposición de Sebastián Scioscioli, de la DGCE y además profesor en Derecho Constitucional, Didáctica General y Epistemología y Metodología de la Investigación de la UBA, quien abordó el marco legal del lenguaje claro en la Argentina.

El especialista dijo que el derecho a comprender está muy ligado a la democratización y al acceso a la justicia, así como al derecho al debido proceso y a la autonomía de las personas, a la igualdad. En este sentido, explicó que una “comunicación clara, sumada a una correcta argumentación jurídica, contribuyen a la democratización de la comunicación”.

“Para el MPF, el lenguaje claro no es accesorio, es parte de nuestro mandato constitucional”, concluyó.

Finalmente, la funcionaria de la Dirección de Comunicación de MPF, licenciada en Letras y correctora de textos literarios, Eugenia Bertotto, analizó los distintos géneros discursivos institucionales y trabajó con ejemplos concretos de redacción para identificar los obstáculos de comprensión.

A partir del intercambio con los asistentes, propuso estrategias para lograr textos claros sin perder precisión jurídica ni rigurosidad técnica.