19 de abril de 2024
19 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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En línea con el requerimiento de la fiscala federal Iara Silvestre
Santa Rosa: condenaron a tres años de prisión a un integrante del Ejército por abuso sexual a una soldada
Con integración unipersonal, el Tribunal Oral Federal sostuvo que el hecho fue cometido en el marco de violencia de género y también de violencia institucional, tal lo marcó la fiscalía en el alegato. El condenado es un cabo primero del Comando de la Brigada Mecanizada N°10 del Ejército Argentino de esa capital. La condena se dictó el 26 de agosto y anteayer se conocieron los fundamentos.

El Tribunal Oral Federal de Santa Rosa dio a conocer este martes los fundamentos del veredicto -que emitió el 26 de agosto pasado- con en el que condenó a tres años de prisión de ejecución en suspenso al cabo primero Sergio Alejandro González por el delito de abuso sexual simple cometido en el 2018 hacia una soldada voluntaria en el Comando de la Brigada Mecanizada N°10 del Ejército Argentino, en la ciudad Santa Rosa. En representación del Ministerio Publico Fiscal intervino la fiscala federal Iara Silvestre, quien había requerido la imposición de la pena fijada.

El tribunal, integrado de manera unipersonal por el juez José Mario Triputti, declaró, en sintonía con lo solicitado por la representante del MPF, que el hecho fue cometido en el marco de violencia de género y también de violencia institucional. A su vez, el magistrado ordenó la indemnización por el daño moral y material sufrido, que había sido pedido por el defensor público de víctimas, Martín García Ongaro, con la adhesión de la fiscalía.

En su fallo el juez Triputti citó la ley 26.485, de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones interpersonales, cuyo artículo 4 define la violencia contra las mujeres como “toda conducta, acción u omisión, que, de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes”.

Sobre este tipo de delitos, el juez determino que “se comete en circunstancias en las que la víctima se encuentra sola, donde el autor sabe que no va a ser fácilmente observado, en espacios privados, en los que no se dejan evidencias físicas”.

Explicó que “si bien los testigos indirectos no pueden dar un relato directo del hecho por no haberlo presenciado, son necesarios a la hora de determinar la coherencia y consistencia de lo manifestado por la víctima dado que pueden declarar sobre el ánimo de ella”. Agregó que “todos los testigos usaron al momento de recrear el hecho concreto exactamente los mismos términos 'la manoseó', 'le toco la cola', lo que nos permite tener el grado de veracidad que necesitamos en esta instancia para recrear el hecho”.

Por su parte, el informe técnico del área especializada de la Policía de La Pampa, donde la víctima hizo la denuncia, concluyó que la mujer fue “víctima de violencia de género bajo su forma sexual y psicológica”, ya que manifestó “sentimientos inherentes a los de una víctima de este tipo de situaciones como de culpa, angustia, pensando en el qué dirán sus compañeros y autoridades”.

El caso

El hecho ocurrió el 3 de enero de 2018 cuando la víctima se encontraba de servicio efectivo de la guardia pasiva. Mientras regresaba del baño al alojamiento C de la sección femenina, la mujer observó a González, conductor de turno y superior jerárquico de ella, que se encontraba sentado en la puerta de la ayudantía del jefe.

En ese momento, según refirió la víctima, el ahora condenado comenzó a hablarle de manera prepotente, preguntándole si podía dormir con ella. Ante la negativa, el hombre entró a la habitación, le obstruyó el paso y la encerró contra la pared. De acuerdo con el relato, haciendo caso omiso a los pedidos de la víctima para que se retirase, la arrinconó más, intentó besarla y, al no poder hacerlo, le tocó la cola. Tras ser empujado de la habitación, el acusado se retiró diciendo “esto de acá no sale”.

Luego de esto, la víctima efectuó su denuncia ante el jefe de la Delegación Santa Rosa de la Policía Federal, donde declaró el abuso que había sufrido ese día en horas de la madrugada.

La víctima fue desvinculada del Ejército en diciembre del 2018, luego de una lesión de tobillo que le impidió pasar una prueba física. Al ser interrogada en el juicio sobre qué consecuencias le ocasionó este hecho desde lo personal, lo económico y lo laboral, manifestó que psicológica y emocionalmente le cambio absolutamente todo, ya que recordar el hecho le genera ansiedad y nervios. A su vez, explicó que para ella era un orgullo estar en el Ejército y que quería hacer carrera ahí, pero que luego de aquellos hechos todo eso se vio truncado.