Funcionarios de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos participaron del primer encuentro de la “Mesa de Investigación del Lavado de Activos”. El evento estuvo organizado conjuntamente por los titulares de la Procuraduría, los fiscales Gabriel Pérez Barberá y Laura Roteta, y por el titular de la Dirección Nacional de Investigaciones del Ministerio de Seguridad de la Nación, Rodrigo Bonini.

Ayer, los coordinadores de las distintas áreas operativas de la Procelac se reunieron en la sede de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina, con los responsables de las investigaciones en casos de lavado de activos de las distintas fuerzas de seguridad federales. Puntualmente, asistieron los responsables de las divisiones específicas de la Policía Federal Argentina (PFA), la Prefectura Naval (PNA), Gendarmería Nacional (GN) y la Policía Aeroportuaria (PSA).

La dirección del evento estuvo a cargo del coordinador de investigaciones de delitos económicos del Ministerio de Seguridad de la Nación, Martín Laborde, y del coordinador del Área Operativa de Lavado de Activos y Financiamiento del Terrorismo de la Procelac, Juan Argibay.

Con las jornadas, se pretende generar confianza entre los distintos actores intervinientes en las investigaciones de lavado de activos y proponer, en un marco de discusión abierta, los distintos problemas que se experimentan a la hora de llevar adelante este tipo de investigaciones, con el objeto de tornar aún más eficiente el ya muy satisfactorio e intenso trabajo en conjunto entre la Procela y las fuerzas de seguridad. Así, en función de una serie de disparadores propuestos por la dependencia del MPF, se discutió respecto de la posibilidad de instrumentar un protocolo para allanamientos en casos de criminalidad económica, que contemple los requerimientos tecnológicos y humanos que este tipo de procedimientos exige.

A su vez, se analizaron diversas cuestiones vinculadas con la forma de materializar allanamientos en casos de criminalidad económica, y se evaluaron ideas para anticiparse a problemas recurrentes que estos operativos presentan. Entre ellos, se destacó la dificultad que presenta el secuestro de equipos tecnológicos, la preservación de la evidencia digital, el respeto de la cadena de custodia, la planificación operativa previa de los procedimientos, el acceso a información relevante para una organización efectiva y la capacitación de los miembros de las fuerzas de seguridad en tipologías recurrentes de lavado de activos, entre muchas otras cosas.