El juicio por la represión policial durante los últimos días de la presidencia de Fernando De la Rúa continuó hoy con la ampliación de las declaraciones indagatorias de algunos de los miembros del Departamento de Control de Integridad Profesional de la Policía Federal Argentina, vinculados con el asesinato de Alberto Márquez y las graves heridas sufridas por Martín Galli y Paula Simonetti.

El 20 de diciembre de 2001, los agentes juzgados se habrían desplazado en tres automóviles -una camioneta Ford Ranger, un Fiat Palio y un Peugeot 504- por la 9 de julio en el cruce con la calle Sarmiento, en las inmediaciones del Obelisco, donde Márquez fue baleado con munición de plomo.

El primero en declarar fue el ex principal Eugenio Figueroa, quien quiso presentar al Tribunal Oral Federal N°6 un presunto informe con análisis de imágenes elaborado por un subcomisionado de la Policía Metropolitana, que, según su versión, demostrarían que el horario del hecho no coincidiría con su paso por esa zona. Tanto la fiscalía -en esta audiencia representada por Mauricio Viera y José Piombo- como las querellas se opusieron por considerar que no era prueba nueva. Tras la reposición de las defensas, el tribunal deliberó por casi una hora y dispuso la realización de un informe pericial que para su elaboración cuente con la participación de un perito oficial y de parte.

Figueroa continuó su exposición, pero no se refirió a los sucesos bajo análisis sino a cuestiones técnicas sobre la incorporación de la prueba y diversas solicitudes durante la etapa de instrucción de la causa. El presidente del tribunal José Martínez Sobrino debió advertirle que ello corresponde hacerlo a su defensor cuando se realicen los alegatos. “Siempre manifesté que era inocente frente a los hechos que caprichosamente me enrostran”, dijo el policía sobre quien pesa la acusación de haber estado a cargo del grupo que iba en el Peugeot 504.

Luego fue el turno del ex agente Gonzalo Firpo Castro y el ex subcomisario Carlos José López. El primero de ellos, quien se habría desplazado en el asiento trasero de la camioneta, refirió que no hubo un acuerdo sobre la forma de actuar. López, por su parte, se estima que estaba a cargo del Palio. Ambos hicieron hincapié en que los hechos se produjeron antes de su llegada al lugar y se remitieron a la pericia ahora ordenada por los magistrados, pero no aceptaron preguntas de las partes.

Para la semana próxima se prevé que continúen las ampliaciones de las indagatorias de los uniformados vinculados al mismo suceso. En ese sentido, el jueves declararían el ex comisario inspector Orlando Oliverio -presunto conductor de la Ford Ranger- y el ex auxiliar Horacio Berardi.