La Fiscalía de Instrucción N° 35, a cargo de Paula Asaro, consideró que el informe final elaborado por una Junta Médica y elevado al juez Javier Ríos permitió, por un lado, establecer con precisión las causas y el momento del fallecimiento de Ángeles Rawson el 10 de junio pasado y, por el otro, que la víctima se defendió tenazmente de una “agresión sexual violenta”, a raíz de lo cual la fiscalía ampliará la imputación contra el procesado Jorge Mangeri.

El punto inicial de esas conclusiones se remonta al estudio histopatológico complementario de la necropsia, anexado al sumario los primeros días del mes de julio. Aquel análisis complementario había revelado la existencia de signos de anoxia (falta de oxígeno en la sangre, en las células o en los tejidos corporales) en las muestras tomadas al cadáver, lo cual no era compatible con la causa de muerte consignada en el protocolo de autopsia inicial, que mencionaba un aplastamiento progresivo por fuerzas que exceden la capacidad humana (en referencia al camión compactador).

A partir de estos datos, y como consecuencia de las intervenciones de la querella y de la actividad de los operadores judiciales, se pusieron en tela de juicio los primeros resultados a los que arribara el doctor Félix Konopka, por lo que se dispuso dos juntas médicas. La última de ellas no contó con la participación del mencionado forense.

Luego de las respuestas al puntilloso cuestionario de 72 preguntas formuladas por el Tribunal, se corroboró que las causas del fallecimiento de Ángeles Rawson estaban en relación directa a una asfixia mecánica mixta: por compresión extrínseca manual del cuello y sofocación por obstrucción manual de orificios nasales y boca. Particularmente, el mecanismo de muerte estaba vinculado a un cuadro de anoxia por falta de oxígeno debido a la interrupción del intercambio gaseoso de origen mecánico.

Por otra parte, se comprobó que la víctima perdió la vida entre las 10 y las 17 del pasado 10 de junio. Como antecedente de ese lamentable final, Ángeles, aún con vida, padeció lesiones en el tórax, en la zona de la cabeza (cara, ojos, boca y cuello) y en sus extremidades superiores e inferiores.

A nivel del tórax se acreditó la fractura de la clavícula derecha, de la vértebra dorsal, de tres costillas derechas y otras dos izquierdas, producto de golpes o choques contra una superficie dura. En el caso de la clavícula derecha podría haberse producido, además, por compresión o tracción.

Ataque sexual

En lo atinente al ataque sexual, los estudios de la Junta Médica determinaron la existencia de lesiones vitales en la rodilla izquierda y en la cara interna de ambos muslos, las cuáles eran compatibles con ese tipo de agresiones. No obstante ello, se descartó la existencia de lesiones en la región genital y ano-rectal.

A este respecto, se le añade la comprobación de lesiones vitales en el dorso de ambas manos, las que, analizadas en su conjunto, llevaron a los expertos a calificarlas como “defensivas”. Esto último vendría a corroborar la hipótesis ensayada en los inicios de la investigación por parte de la Fiscalía, vinculadas con las lesiones constatadas en el cuerpo del procesado Mangeri durante la noche del 14 de junio y la mañana de la jornada siguiente y, en especial, con las conclusiones de los estudios de ácido desoxirribonucleico referidas a las muestras tomadas de las uñas de la víctima, por las que se determinó que correspondían a él.

Ampliación de la imputación

“Finalmente, resta señalar que las conclusiones alcanzadas por los Sres. Peritos Médicos conducirán a una ampliación en la imputación formulada al procesado, con el objeto de adecuarla a las distintas calificaciones legales en las cuales podría subsumirse el acontecimiento que se le reprocha”, señaló la Fiscalía en su informe.