19 de abril de 2024
19 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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El juicio a Jorge Mangeri, encargado del edificio en el que vivía la adolescente asesinada
Ángeles Rawson: el relato de los familiares sobre las horas posteriores a la desaparición
El padrastro, el hermano, la abuela, la prima y otros allegados a la víctima dieron su testimonio ante el Tribunal Oral en lo Criminal N°9. La jornada abrió con la declaración de Diana Saettone, esposa del acusado.

En la cuarta audiencia del juicio a Jorge Mangeri, acusado del crimen de Ángeles Rawson en junio de 2013, declararon Diana Saettone, esposa del único acusado, María Inés Delia Castelli, abuela materna de la joven, Juan Cruz Rawson, su hermano, y Sergio Opatowski, su padrastro.

La primera en declarar ante el Tribunal Oral Criminal N°9 fue Saettone y lo hizo por casi dos horas: “Ese fin de semana fui a la casa de mis padres por un problema de cervicales. El lunes a la noche Jorge, que se sentía mal, fue a buscarme y volvimos después de las 12. Tuvimos un llamado de la señora Jimena cerca de las 23 horas, pero pensamos que era porque se había cortado la luz. No se escuchaba bien y se cortó, yo no corté. Cuando llegamos al edificio estaba todo tranquilo”, comenzó relatando la mujer.

Y continuó: “A la mañana siguiente, cuando Jorge volvió de la clínica fui a comprarle los remedios y ahí Jimena me comentó que Ángeles no aparecía desde el día anterior. Al volver a mi casa le conté a mi marido y nos preocupamos mucho. Al rato vimos por la tele que habían encontrado el cuerpo de Mumi. Fue horrible, yo la quería muchísimo”.

Luego, la mujer detalló que el miércoles su marido, como continuaba sintiéndose mal, volvió a ir a la clínica y al volver no notaron movimiento en la planta baja del edificio de la calle Ravignani. “Pensamos que estaban descansando”, añadió.

Saettone hizo referencia a las presuntas amenazas que habría sufrido Mangeri por parte de la policía el jueves 13 de junio de 2013. “ ‘Tengo miedo por vos, no quiero volver a casa’, me dijo Jorge. Por eso nos fuimos a lo de nuestros amigos que viven en la calle Marcelo T. de Alvear”.

Con respecto a las heridas que el acusado tenía en su cuerpo, ante las preguntas del fiscal Julio César Castro, la mujer especificó que eran quemaduras en los pómulos, el cuello, en la parte interna de los codos y pinchazos al costado de la espalda.

Saettone también se refirió al encuentro con la familia de Ángeles el viernes de esa semana en la fiscalía a cargo de Paula Asaro, cuando su esposo fue llamado a declarar. “Con Jimena nos abrazamos. Ella nos pedía perdón a mí y a Jorge. Ellos me daban aliento a mí. Un policía me hizo el gesto para que me callara la boca”, añadió.

Finalmente, la mujer relató que cuando conoció las imágenes de las cámaras de seguridad que muestran a la adolescente llegando al edificio pensó: “Eso quiere decir que regresó. Si entró, ¿qué fue lo que pasó? ¿Volvió a salir?”. Al finalizar, se ubicó en las butacas del público y permaneció sentada durante el resto de la audiencia.

“Una cosa es matar y otra es desaparecer”

A continuación declaró Delia Castelli, abuela materna de Ángeles, y brindó detalles de cómo se enteró de la búsqueda de su nieta y el posterior hallazgo de su cuerpo. “Bendigo a la persona que abrió la bolsa. Tiene mi bendición y agradecimiento porque pude velarla. Una cosa es matar y otra es desaparecer a alguien y tener en vilo a toda una familia. Es una desesperación absoluta", dijo la mujer de 73 años.

Luego, el fiscal Fernando Fiszer le preguntó acerca de la noche en que su familia declaró en la fiscalía. “Había muchísima gente, nos costó entrar. Estuvimos casi 14 horas. Cuando llegaron Mangeri y su mujer los saludamos porque eran conocidos”.

La abuela de la víctima detalló que ese martes 11 de junio vio a Mangeri en la entrada del edificio. “No era de noche todavía. Estaba parado y en silencio, vestido con un buzo azul”.

Cuando la querella le preguntó cómo era su nieta, la señora leyó una carta que “Mumi” le había escrito dos meses antes de su muerte, en la que le agradecía todas las cosas que hacía por ella como abuela y todo lo que la quería. Antes de finalizar su declaración, la mujer recordó que ese domingo 9 de junio llamó a Ángeles para invitarla a almorzar a su casa el lunes siguiente. Sin embargo, su nieta le dijo que no podía porque tenía Educación Física. “Si hubiese venido, esto no habría pasado”, concluyó.

“Nos dábamos fuerzas entre todos”

Por su parte, Juan Cruz Rawson, uno de los hermanos de la víctima, describió cómo se dedicó a difundir la búsqueda de su hermana en el barrio y a través de las redes sociales, con la ayuda de familiares y amigos, durante el lunes a la noche y la mañana del martes 11 de junio de 2013.

Con respecto a la declaración del viernes 14 de junio en la fiscalía, afirmó: “Cuando vi que llegaba Mangeri en el ascensor lo abracé y él no tuvo ninguna reacción. Cuando llegó Diana, a los pocos segundos, nos quedamos charlando. Ella se tomaba de las manos con nosotros. Nos dábamos fuerza entre todos”.

El joven se refirió a la relación que tenía con Mangeri y la calificó como de “amistad”: “Era el encargado del edificio hacía ocho años y tenía muy buena relación con él. Siempre charlábamos un rato. Éramos buenos vecinos. Para mi es ‘Jorge’ y no ‘Mangeri’ porque todos esos años de amistad pesan más que el saber que es el responsable de la muerte de Ángeles. Además, es una forma de recordarle la confianza que teníamos con él”, finalizó.

"Qué feo esto que está pasando”

Una de las declaraciones más esperadas fue la de Sergio Opatowski, padrastro de Ángeles, que comenzó apenas pasadas las 14:30. El hombre relató cómo fue el comienzo de esa semana de junio de 2013. “Ese día fui al banco a cobrar mi pensión y luego pasé por la casa de mi madre. Estuve con ella, fui a pagarle unos servicios, fui al supermercado y a las 13:45 llegué a mi casa. Me sorprendí porque estaba mi hijo Axel, que me dijo que no había ido al colegio porque estaba con fiebre. A las 16:30 llegó mi mujer, Jimena, tomamos un café. A la noche, cerca de las 21:30 me preguntó si había llegado Ángeles, le dije que no y ahí comenzó la búsqueda”, recordó.

Durante la noche del día siguiente, luego del hallazgo del cuerpo de la adolescente, Opatowski contó que lo vio a Mangeri muy abrigado, y qué éste le dijo: "qué feo esto que está pasando". En ese momento, el marido de Jimena divisó que el encargado tenía un raspón en uno de sus pómulos. “Hablaba bajito y no con su voz habitual”, añadió el testigo.

Opatowski, también se refirió al encuentro con el acusado en la Fiscalía el viernes 14 de junio a la noche. "Estaba muy abrigado, temeroso, triste. Dijo que lo habían forzado para que fuera a declarar. Yo no sabía en calidad de qué iba a declarar. No sabía de qué estaba acusado. Pasamos la madrugada en la fiscalía. Creo que Mangeri no se dejaba revisar las marcas y por eso ingresaron los médicos”.

Con respecto al trato que tenía la familia con el encargado, el testigo dijo que era “normal” y que había una “buena relación” y, al concluir, aseguró no haber visto al encargado el día que se realizó el allanamiento en su casa.

“Esa mañana no mandó ningún mensaje”

La audiencia continuó con la declaración de María Cristina Schiavone, actual esposa de Franklin Rawson. La mujer indicó que todos los meses le hacía la recarga de crédito en el celular de Ángeles y que la joven siempre le agradecía a través de un mensaje de texto. “Esa mañana del lunes 10 de junio hice la recarga pero ella no me mandó ningún mensaje”.

Cecilia Brook, prima de la madre de Ángeles, fue una de las últimas en declarar. La testigo detalló que ese martes 11 de junio fue a la casa de Jimena y, mientras estaba acompañando a su familia, atendió un llamado en el teléfono fijo. “Era Mangeri y quería saber ‘si sabíamos algo’. Le dije que no. Era media mañana y estaban llegando los medios”, contó.

Finalmente declararon María Luz Piñero Campbell, otra empleadora de Dominga Torres, mucama de la familia de Ángeles, y Johana Nair Marcotte, amiga de Ángeles y Juan Cruz Rawson, quien contó la ayuda que brindó ese lunes a la noche difundiendo la imagen de la víctima a través de las redes sociales. “Esa noche, entre las 11 y las 12, la llamábamos y el celular sonaba. Le mandábamos mensajes desde diferentes teléfonos”, detalló la joven.

Una de las testigos que también debía declarar era Dominga Torres. Sin embargo, la mujer se descompuso y su declaración tuvo que posponerse hasta el próximo viernes.