"Uno siempre descree de esos anuncios, pero por las dudas me presenté". Ezequiel Pérez es el primer trabajador que ingresó al Ministerio Público Fiscal a través del Sistema de Ingreso Democrático e Igualitario aprobado en abril por la procuradora General, Alejandra Gils Carbó. Se inscribió por Internet, rindió los exámenes, fue entrevistado por el fiscal Federal Gerardo Di Masi y, luego de ser seleccionado, comenzó a trabajar en la Fiscalía Federal Criminal y Correccional N°8, ubicada en  los tribunales orales de Comodoro Py.

La oportunidad de participar del nuevo mecanismo de ingreso al Ministerio Público le llegó a través de la red de redes. Un click en el link y el sistema lo ayudó a completar los formularios digitales y enviar la documentación. "Vi el anuncio y pensé que era una oportunidad, más que nada para seguir con mis estudios y mantenerme en Buenos Aires, porque yo soy de La Pampa", contó Ezequiel a Fiscales. La posibilidad de no abandonar la cursada de su carrera de Psicología fue otro incentivo para probar suerte.

Ezequiel recibió la noticia de que había quedado preseleccionado y la desconfianza se transformó en sorpresa. El mundo judicial carga con el peso de años de recomendaciones que priman sobre las necesidades y las capacidades de los aspirantes a cubrir las vacantes. "Después de la entrevista, me enteré de que fui el primero y aun así todavía no lo creía. Pensé que podía pasar un año, tres o cuatro. Cuando vi que fue todo en cuestión de meses me puse muy contento", recordó.

Los edificios del servicio de justicia suelen desanimar a los legos a subir las monumentales escaleras y atravesar las enormes puertas. La sede de los tribunales orales de Comodoro Py no es la excepción. Pero los miedos de Ezequiel se disiparon casi inmediatamente: "En lo cotidiano me siento muy bien, la gente trabaja muy bien, fue realmente cómodo. Es un ambiente muy acogedor”.

Ezequiel no es el único. Más de 13 mil personas ya se inscribieron en el sitio web del MPF para los concursos que se abrieron y más de 30 mil completaron sus datos y están a la espera de la apertura de las convocatorias para cubrir las vacantes en las fiscalías de todo el país. “Es una oportunidad para los chicos, en mi caso del interior, para cursar una carrera y poder trabajar”, recomienda el primer ingresante de la larga lista de candidatos a un puesto de trabajo en un ámbito que hasta ahora resultaba prácticamente vedado.

El servicio de justicia no solamente es cuestión de abogados y abogadas. Miles de personas cumplen diversas funciones día a día para garantizar el correcto funcionamiento del sistema. Con poco tiempo caminando los pasillos de Comodoro Py, Ezequiel Pérez ya sabe que no hay justicia sin trabajo colectivo. Y en eso está: “Sé que cada uno en su posición cumple un rol y si ese rol lo lleva al ciento por ciento, se va a armar un equipo de trabajo donde uno tiene que hacer lo mejor posible para que el otro esté más cómodo. Si uno pone atención en lo que tiene que hacer, suma al trabajo en equipo”.