El fiscal Matías Di Lello, a cargo de la a Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°53, junto a la secretaría Viviana Saá, le solicitó a la titular del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°57, María Fabiana Galletti que indague a seis hombres a los que acusó de haber tomado de rehenes a dos cabos de la Policía Federa Argentina cuando, en 2023, estaban alojados en la alcaidía de la Superintendencia de Investigaciones de esa fuerza, ubicada en el cruce de la avenida General Paz y Madariaga, en el barrio porteño de Villa Lugano.

En su dictamen, el fiscal requirió que se les reciba declaración en orden a los delitos de “atentado contra la autoridad agravado por haber sido cometido con armas, por haber sido cometido por una reunión de más de tres personas, y por haber puesto manos en la autoridad, y privación ilegal de la libertad” de los efectivos policiales.

El caso

De acuerdo a lo reconstruido por la fiscalía, el hecho ocurrió alrededor de las 20 del 23 de octubre de 2023, cuando los agentes se disponían a entregar la comida a los internos alojados en una de las celdas de la alcaidía ubicada en la calle Madariaga 6976 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Los detenidos se agolparon en la puerta, empujaron a los efectivos y salieron de la celda. Así, tomaron de rehenes a dos cabos y amenazaron con lastimarlos con las “facas” -elemento punzocortante de fabricación casera- que portaban.

Ante ello, un comisario y un principal dialogaron con los detenidos a fin de que depusieran su actitud y liberaran a los suboficiales. Los amotinados reclamaban su trasladado a unidades penitenciarias y ser escuchados por los jueces que intervenían en sus causas.

Finalmente, alrededor de las 21.40, los seis detenidos depusieron su actitud y liberaron a los dos policías a los que habían tomado de rehenes. La secuencia quedo registrada en distintas cámaras de seguridad del lugar.

Media hora después, requisaron la celda y encontraron siete “facas” de diversos materiales y características: algunas de madera con las puntas astilladas y el mango encintado, y otras de hierro con punta afilada. Por otra parte, se secuestraron teléfonos celulares, pero se determinó que estos eran de equipos de uso policial que les facilitaban a los detenidos para que pudieran comunicarse con sus familiares.

Así, en virtud de las pruebas y testimonios recabados, el fiscal Di Lello le solicitó a la jueza Galletti que indague a los seis involucrados, por considerar que “los detenidos por las motivaciones que fueran, redujeron a los agentes policiales en la celda que ellos habitaban, y lo hicieron durante más de una hora”, al tiempo que los amenazaron “con el posible uso en su contra, de las armas fabricadas por ellos mismos”.