El ex prosecretario del Juzgado Federal encabezado por Juan José Galeano, Claudio Lifschitz, declaró como testigo el lunes pasado en el juicio que se lleva adelante por el encubrimiento y la desviación de la investigación del atentado a la AMIA en los tribunales federales de Retiro. En 1995, Lifschitz ingresó al Juzgado para ese entonces a cargo de Juan José Galeano. En representación del Ministerio Público Fiscal, estuvieron presentes los cotitulares de la Unidad Fiscal AMIA Roberto Salum, Leonadro Filippini y Santiago Eyherabide y el fiscal ad hoc Miguel Yivoff.
Lifschitz declaró cerca de cuatro horas y se espera que continúe haciéndolo este jueves a partir de las 10 de la mañana. Volvió a referir todas las irregularidades que, a su entender, cometieron el ex juez federal, algunos de sus empleados y personal de la SIDE en la investigación del atentado a la mutual.
“Yo no sé en qué ámbito físico ocurrió el pago, de eso se encargó la Secretaría de Inteligencia (…) para el pago el ex juez federal Galeano lo habló con Hugo Anzorreguy”, dijo Lifschitz. El testigo explicó además que el tema del pago no era algo secreto en el Juzgado y que la idea había surgido del entonces juez federal.
Asimismo, afirmó que la declaración indagatoria en la que Telleldín involucró a los policías bonaerenses en el atentado fue un hecho de trascendencia para la causa. Explicó que “los negocios eran entre Carlos Telleldín y Juan José Galeano”. Con relación a los fiscales dijo que "jamás bajaron, no sé por qué se mantuvieron distantes, sabían pero no estaban ahí”. También se le preguntó por el video en el que se ve al juez y al imputado hablar del pago antes de la declaración. Dijo que muchos documentos fílmicos “fueron quemados cuando salieron a la luz” las irregularidades y que el supuesto robo al juzgado que permitió la filtración de la información fue “una mentira de Galeano”.
Cámaras ocultas
A su vez, el testigo explicó que existían cámaras ocultas en varios despachos. En los tribunales federales ubicados en Comodoro Py 2002, la Secretaría de Inteligencia había colocado una cámara oculta en el despacho del ex juez Galeano y también en la oficina de los secretarios Javier De Gamas y Carlos Velasco y otra en la de Susana Spina.
Explicó Lifschitz que las cámaras se usaban para grabar declaraciones indagatorias y testimoniales, así como entrevistas informales y que el sistema instalado en el juzgado grababa dos VHS a la vez de cada registro. Resaltó que las personas que declaraban no sabían que estaban siendo filmadas. Luego el documento filmado era guardado en la caja fuerte de los secretarios.
Los dichos de Lifschitz sobre este eje de su declaración van en línea con lo manifestado por otros testigos ante el Tribunal, quienes también habían afirmado la presencia de cámaras ocultas.