La Unidad Fiscal PAMI y la dirección ejecutiva de la obra social para jubilados y pensionados, realizaron el miércoles 10 de junio una actividad de promoción de derechos junto a los adultos mayores del Centro de Día “Cándida”, dependiente de la Parroquia Virgen de Caacupé, que dirige el Padre Loreno “Toto” de Vedia, en la villa 21-24 de Barracas.

El PAMI es la mayor obra social de América latina y funciona bajo control estatal federal. Tiene más de 4 millones y medio de afiliados en todo el país, y presta cobertura a personas mayores de 70 años sin jubilación, además de ex combatientes de Malvinas. En tanto, el Centro de Día “Cándida” permanece abierto de lunes a viernes, y realiza entre las 9 y las 15 horas de cada día talleres recreativos y de memoria, clases de yoga, y bingos con los jubilados que concurren a sus instalaciones. El Centro de jubilados y la agencia ATAJO de la villa 21-24, ubicada a sólo dos cuadras, mantienen un fluido vínculo institucional, en la búsqueda de resolver problemas a la población vulnerable que se acerca al centro “Cándida”.

El encuentro sobre derechos de los adultos mayores estuvo a cargo de Eric Deuteris y Juan Barreiro, de UFI-PAMI, y Oscar Larez y Matías Smecuol, de la subdirección ejecutiva de la obra social, quienes conversaron con los vecinos y las responsables del Centro de  Día, Gianna Reginato y la psicóloga Valeria Guerrero.

El objetivo del encuentro fue generar un espacio de intercambio y reflexión colectiva sobre los derechos de los adultos mayores, y recibir por parte de los quince jubilados presentes sus reclamos e inquietudes.

Los especialistas destacaron el carácter gratuito de todas las prestaciones de PAMI y la necesidad de que los adultos mayores alcen la voz y protesten toda vez que sus derechos no se ven respetados. “Tenemos que instalar el problema del maltrato al adulto mayor, que es un hecho de la realidad pero no está visibilizado”, destacó Deuteris. Para la psigóloga Valeria Guerrero, “el problema se profundiza porque al maltrato institucional se le suma el que se produce en el seno intrafamiliar”.

El responsable de la Unidad Fiscal PAMI explicó que esa dependencia del Ministerio Público “investiga exclusivamente los delitos que se cometen en el PAMI, y trabajamos coordinadamente con la obra social, para mejorar el acceso a sus prestaciones”.

Los jubilados demandaron que reuniones como las de esa mañana sean periódicas, al tiempo que expresaron quejas sobre el sistema de otorgamiento de turnos de atención y para estudios médicos.

Por su parte, el responsable de la obra social, Oscar Larez, explicó el funcionamiento del Programa Probienestar, a través del cual el PAMI transfiere a los centros de jubilados los fondos para la prestación de complementos alimentarios otorgados a los afiliados de ese Programa, mediante un bolsón con provisiones y una vianda domiciliaria, según la necesidad del beneficiario.

Otro de los requerimientos estuvo relacionado al déficit de médicos de cabecera, que “son la puerta de entrada a todo el sistema de atención y coberturas”, como expresó Larez. Los vecinos dijeron que no existe ningún médico de cabecera dentro del barrio, sino que atiende afuera, y eso dificulta la llegada a tiempo al profesional. Por lo general, el jubilado asiste a la salita médica recién cuando el problema de salud que lo aqueja demanda una atención urgente, pero los profesionales que lo atienden no pueden disponer ningún estudio, sino sólo derivarlo al “médico de cabecera”.

Larez reconoció la dificultad y se comprometió a intentar hallar una solución. Eric Deuteris, por su parte, acordó con los jubilados y las referentes del Centro de Día una vista para la semana próxima al mismo lugar, a fin de caminar el barrio y tomar dimensión de los problemas en el acceso a las prestaciones del PAMI, para diagnosticar las dificultades y abordar con los responsables de la obras social una respuesta integral.