El procurador general de la Nación interino, Eduardo Casal, participó ayer de la proyección del documental “A man can make a difference – Law not war” (Un hombre puede hacer la diferencia – Ley y no Guerra), sobre la vida de Ben Ferencz, fiscal jefe de los juicios de Nüremberg e impulsor de la Corte Penal Internacional. La actividad se realizó en el día de los derechos humanos, y con motivo del 70º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio, adoptadas por las Naciones Unidas en diciembre de 1948.

Participaron también del encuentro la Directora para América Latina del Instituto Auschwitz para la Paz y Reconciliación (AIPR, por sus siglas en inglés), Eugenia Carbone, el Primer Secretario encargado de Asuntos Culturales de la Embajada de Alemania, Harold Hermann, y la titular de la Dirección General de Derechos Humanos del MPF, Andrea Pochak.

Al abrir la jornada, el procurador general destacó la importancia del 70° aniversario de la aprobación de la Declaración Universal de Derechos Humanos y de la Convención para la Prevención y Sanción del Genocidio, y destacó que la adopción de estos instrumentos fue un hito en la historia contemporánea y el puntapié inicial para el desarrollo del derecho internacional de los derechos humanos. Además, señaló la necesidad de seguir avanzando en la efectiva protección de los derechos de las personas.

Por su parte, Hermann resaltó la relevancia del documental, pues permite divulgar el mensaje que dejaron los juicios de Nüremberg, esto es, que “nadie es superior a la ley. Ni siquiera los Estados. Nadie está por arriba de los derechos humanos universales”.

Carbone agradeció la posibilidad de proyectar esta película en el ámbito del Ministerio Público Fiscal pues, como en el caso de los emblemáticos juicios de Nüremberg, los/as operadores judiciales son actores claves en la prevención y persecución de crímenes de lesa humanidad.

Por último, Pochak recalcó que la actividad tuvo en miras reflexionar sobre el papel que tienen los fiscales, y todos los integrantes del MPF, para asegurar la justicia por las graves violaciones de derechos humanos, para lograr la reparación integral de las víctimas, y para evidenciar la íntima vinculación entre justicia y paz. “Sin justicia por los crímenes atroces, no hay paz posible”, agregó.