La Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (DOVIC), a cargo de Malena Derdoy, participó de las “X Jornadas Nacionales del Consejo Federal de Oficinas de Asistencia a las Víctimas del Delito” que tuvieron como finalidad analizar e intercambiar experiencias de trabajo interdisciplinario sobre la asistencia a víctimas con especial foco en el abordaje de conflictos en contextos de violencia de género. En representación de la DOVIC intervino la titular de la secretaría ejecutiva, María Teresa Bravo, y dos invitadas especiales: las licenciadas Irene Fridman y Claudia Simonini.

Las jornadas fueron organizadas por el Consejo Federal y se realizaron el 2, 3 y 4 de noviembre pasados. Fueron transmitidas a través del canal oficial de YouTube del MPF de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, organismo anfitrión.

La actividad del primer día giró en torno a las buenas prácticas para garantizar el acceso a justicia de mujeres, con la exposición de la experiencia en la asistencia integral a personas víctimas del Fondo de Población de las Naciones Unidas en Guatemala. Con la moderación de Ana Barata Vallejo, del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, expusieron la coordinadora de la Iniciativa Spotlight Argentina de ONU Mujeres, Carla Majdalani, y la coordinadora técnica del Programa de Servicios Esenciales para Mujeres y Niñas víctimas y sobrevivientes de violencia, del Fondo de Población de la ONU, Karelia Ramos González.

La apertura de la segunda jornada estuvo a cargo de la titular de la secretaría ejecutiva de la DOVIC, María Teresa Bravo, quien expresó que "desde el Consejo Federal consideramos que resulta impostergable poner en agenda pública la necesidad de implementar políticas de cuidado de profesionales que se dedican a la asistencia de personas víctimas, en tanto cuidar a elles también es contribuir directamente a la protección de quienes en condición de víctimas transitan por el sistema de administración de justicia”.

Indicó que la idea es reforzar la posibilidad de implementar políticas públicas integrales de cuidado que dialoguen con las políticas de recursos humanos de los organismos que se dedican a la asistencia integral de personas víctimas, ya que los y las profesionales que desarrollan su labor en estos espacios se enfrentan con el padecimiento humano, con relatos que se relacionan con los aspectos siniestros de la cultura y su escucha sostenida en el tiempo genera impactos físicos y emocionales en ellos y ellas.

Bravo: "Cuando pensamos este panel, nos propusimos reflexionar sobre un tema que nos preocupa y ocupa a quienes trabajamos en los servicios de atención y acompañamiento a víctimas de delitos: el cuidado de les profesionales que ejercen la labor de acompañar a quienes han sufrido distintos tipos de violencias".

En este sentido, señaló que en el transcurso de una pandemia se hace necesario "pensar y re-pensar nuevas formas de abordajes para garantizar el cumplimiento de un trato digno y respetuoso tanto para la víctima como para quienes se dedican a su atención a través de la implementación de una política de cuidados que sea más justa e igualitaria, mirando especialmente la peculiar situación de las mujeres en este contexto y garantizando las perspectivas de género y victimológica".

Bravo remarcó: "Cuando pensamos este panel, nos propusimos reflexionar sobre un tema que nos preocupa y ocupa a quienes trabajamos en los servicios de atención y acompañamiento a víctimas de delitos: el cuidado de les profesionales que ejercen la labor de acompañar a quienes han sufrido distintos tipos de violencias".

A continuación, la licenciada Fridman, supervisora de los equipos de la DOVIC, introdujo el tema del cuidado a las personas que prestan asistencia. Se refirió a la necesidad de pensar en la ruta crítica de los y las profesionales (especificó que se produce en espejo con la ruta crítica de las personas víctimas), sobre el lugar que ocupan los equipos como el del “tercero de apelación” (concepto desarrollado por Fernando Ulloa) y acerca de cuándo no es suficiente la disociación instrumental (no se trata de un mecanismo que produce un efecto definitivo sino que es un instrumento de trabajo), es decir, involucrarse con la tarea con compromiso pero sin que afecte el estado emocional del trabajador.

Al respecto, se preguntó: “¿Qué es lo que pasa cuando la disociación instrumental no alcanza y los equipos quedan profundamente conmovidos por los relatos de las víctimas?”. En ese sentido, señaló que "se produce una difícil aceptación de la impotencia de la ayuda, es necesario poder reflexionar y elaborar las emociones, las angustias, como así también los afectos contratransferenciales que nos generan las víctimas. Es muy fuerte el efecto de escuchar permanentemente durante horas relatos angustiosos, siniestros, relatos de lo que he denominado los aspectos siniestros de la cultura”.

La psicoanalista propuso generar espacios de elaboración de lo que acontece al interior de los equipos, de manera de generar un canal adecuado para poner en palabras lo que acontece y cuidar la salubridad de sus integrantes en una instancia superadora de los obstáculos y que permita ganar experticia en el tiempo. Sostuvo que es necesario incorporarlo a las políticas públicas. “Nos permite hacer luz sobre los impensables de la teoría porque esto nos permite avanzar y reflexionar sobre aspectos que han sido invisibilizados”, sostuvo.

A continuación, la licenciada Claudia Simonini, del Ministerio de Salud de Córdoba, hizo una presentación sobre el programa de Cuidador de Cuidadores que comenzó a desarrollarse en 2012 en el Hospital Materno Neonatal. Habló sobre las intervenciones posibles en un espacio de cuidado, como también sobre el abordaje y las diferentes etapas del programa.

Durante la última jornada las exposiciones tuvieron como objetivo visibilizar la experiencia de países latinoamericanos en la asistencia interdisciplinaria a personas víctimas y el abordaje de conflictos en contextos de violencia de género. Expusieron Nelly Montealegre Díaz, de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México; Lélio Braga Calhau, fiscal del Ministerio Público del Estado de Minas Gerais, Brasil; María Fernanda Días Mergulhão, fiscal del Ministerio Público del Estado de Río de Janeiro, Brasil; y Mariela Solari Morales, directora de la Unidad de Víctimas y Testigos y directora de la Unidad Especializada en Género de la Fiscalía General de la Nación de la República Oriental del Uruguay.