26 de abril de 2024
26 de abril de 2024 | Las Noticias del Ministerio Público Fiscal
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Los hechos ocurrieron entre marzo y mayo de 2016
Condenaron a 17 años de prisión a un hombre que abusó sexualmente de una niña de 11
Así lo dispuso el Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº3. El fiscal Andrés Madrea había solicitado 19 años como pena.

El Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional Nº3 condenó a 17 años de prisión a un hombre que abusó sexualmente de una niña de 11, entre marzo y mayo de 2016. En el juicio, intervino el fiscal Andrés Madrea, quién había solicitado una pena de 19 años. Miguel Ángel Parano se encuentra actualmente detenido en el Complejo Penitenciario de Marcos Paz.

Los hechos ocurrieron dentro de la panadería de Parano, ubicada en el barrio de Mataderos. Según los jueces Miguel Ángel Caminos, Gustavo Jorge Rofrano y Gustavo Pablo Valle, el hombre abusó por lo menos ocho veces de la joven. Según sostuvieron, la amenazaba con hacerle daño tanto a ella como a su familia.

Parano, de 51 años, fue condenado por los delitos de “abuso sexual con acceso carnal, reiterado en al menos ocho oportunidades”; “promoción de la corrupción cometida por medio de amenazas” y “tenencia ilegítima de arma de fuego de uso civil”, tal como había postulado en su alegato el fiscal.

El caso

En noviembre de 2015, la madre de la víctima, vecina y clienta de la panadería, aceptó la propuesta que le había hecho Parano para que, por cien pesos, sus hijas fueran al negocio los sábados para realizar tareas de limpieza cuando el local ya estaba cerrado. La familia atravesaba en ese momento muchas carencias económicas. Al segundo sábado, el hombre le dijo a la mujer que únicamente debía seguir asistiendo la víctima y no su hermana, que tenía 16 años.

Al cuarto fin de semana en que la joven asistía al negocio, el hombre la obligó -bajo amenazas- a que se desnudara y la abusó vía anal. Antes de que se retirara, volvió a advertirle que si no se quedaba en silencio, le iba a pasar algo a ella y a sus hermanos. Los hechos se repitieron los sábados de marzo, abril y mayo.

La situación se mantuvo hasta que el 17 de mayo, dos de las maestras de la víctima quisieron hablarle porque notaron que había bajado llamativamente su rendimiento escolar. Llorando, la niña les relató los hechos: que el panadero al que ayudaba la tocaba, le pedía que le hiciera cosas y le ofrecía dinero por sexo.

El juicio

Tanto el fiscal como los jueces valoraron positivamente el testimonio que la víctima brindó en cámara Gesell ante una psicóloga del Cuerpo Médico Forense. La profesional destacó la “amplitud, seguridad y precisión” que tuvo la víctima al relatar lo sucedido como así también la coherencia. “Se trató, además, de un relato absolutamente creíble”, destacaron desde el Tribunal.

Tanto el fiscal como los jueces valoraron positivamente el testimonio que la víctima brindó en cámara Gesell.

Madrea resaltó que el testimonio de la víctima fue realizado con “valentía, claridad y sinceridad” y que era imposible que hubiera creado la situación de la nada y que hubiera engañado a los profesionales especializados en abuso y maltrato infantil. También, destacó lo que dijo la madre en el debate, quién hizo un relato idéntico al de su hija y explicó el cambio de conducta que la niña había experimentado tanto en la casa como en el colegio mientras trabajaba en la panadería.

El fiscal sostuvo que Parano se aprovechó de la situación de vulnerabilidad de la menor, de su contexto económico y de sus necesidades materiales, argumentos que el Tribunal compartió.

La Fiscalía y el Tribunal hicieron hincapié en los testimonios de las maestras de la víctima, las primeras en intervenir y escucharla. Ante la directora del establecimiento, la niña repitió lo sucedido, lo que activó el protocolo que tienen para este tipo de casos y llamó a la madre.

Los jueces sostuvieron que por lo menos ocho veces fue abusada por Parano e indicaron que esos actos tuvieron “entidad para alterar el comportamiento sexual de la menor”. El fiscal había explicado que la conducta del hombre afectó “la salud sexual de la menor al apartarla de las pautas sexuales que gobiernan su edad y capacidad”.

Al momento de considerar los agravantes, el fiscal Madrea sostuvo que Parano se aprovechó de la situación de vulnerabilidad de la menor, de su contexto económico y de sus necesidades materiales, argumentos que el Tribunal compartió. Jueces y fiscal sostuvieron, además, que el ahora condenado primero se ganó la confianza de la madre y luego de la hija.

"Fue claro que su quehacer delictivo denotó planificación al haber seleccionado la hora en que dejaba de atender público y podría estar a solas con la menor en el negocio”, marcaron los jueces.